Un tumor de baja complejidad llamado liposarcoma comenzó a crecer en la parte posterior de uno de los muslos de un turrialbeño de 37 años. Creció hasta llegar a los cinco kilos, 13 centímetros de largo y 10 de ancho, dimensiones que resultaban aún más impactantes debido a su localización.
Un equipo de profesionales del Max Peralta, en Cartago, puso fin al problema, y no solo lo extranjeron, sino también evitaron la amputación de la pierna.
El procedimiento tomó cinco horas y estuvo a cargo de Álvaro Carvajal Montoya, especialista en Ortopedia y Traumatología, quien aseguró que, aunque el tumor fuera de baja complejidad esto no significa que no fuera agresivo, pues si continuaba creciendo podía comprometer la salud y la vida del paciente. Esto se debe a que el tumor es gigante para esa parte del cuerpo y generaba limitaciones funcionales al paciente: comprimía vasos capilares y nervios, lo que producía alteración en la movilidad, complicaciones para desarrollar actividades cotidianas y dolor.
De hecho, el tumor dificultaba al paciente realizar su trabajo como chofer; según describió, ya que el solo roce del asiento provocaba dolores fuertes y no lo dejaba conducir. Esto lo llevó a acudir al hospital William Allen, de Turrialba, de donde fue referido al Max Peralta.
La cirugía
Esta es la primera vez que un liposarcoma gigante con estas dimensiones es extraído en el Max Peralta. Carvajal explicó que los tumores óseos y de tejidos blandos representan menos del 5% de los tipos de cáncer que se diagnostican en el país, y los casos malignos, como el de este hombre, alcanzan menos del 2%.
Para el procedimiento se requirió la presencia de un cirujano vascular, quien se encargó de la disección de los vasos sanguíneos. Esto permitió extraer el tumor y diseccionarlo con márgenes adecuados para revisar el tejido sano, descartar la presencia de células malignas y conservar el tejido sano para no amputar la pierna. También se hicieron movimientos de músculos para dar soporte a las áreas donde no había, precisamente por la invasión del tumor.
El paciente se recupera y poco a poco regresa a su vida normal. De momento, camina con andadera y está en rehabilitación, pero confía en que pronto volverá a su trabajo.
“Hasta los médicos están sorprendidos por la rapidez con la que estoy evolucionando”, dijo en un comunicado compartido por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).