Supongamos que le recetaron unos medicamentos para tratar una condición crónica. ¿Dónde los guarda? Si su respuesta es “en el botiquín del baño”, comenzamos mal. ¿Cómo va a desechar los blísteres o la caja cuando se termine el producto? Si su respuesta es “en el basurero”, cometerá otro error, aunque la caja esté vacía y sin rastro del medicamento.
¿Por qué? Para responder, La Nación contactó a Gustavo Sáenz García, farmacéutico y vocero del Colegio de Farmacéuticos de Costa Rica, quien se especializó en desechos de medicamentos y otros productos farmacéuticos.
La forma como se almacenan y manipulan los medicamentos puede hacer que un producto que todavía tiene lejos la fecha de vencimiento caduque antes y su efecto sea menor (e incluso nulo). Sáenz puso un ejemplo concreto para mostrar la importancia de un adecuado cuido de los medicamentos:
“Si va a una farmacia de la Caja (Costarricense de Seguro Social, CCSS) y le dan unos medicamentos que usted por alguna razón ya tiene y no va a necesitar, el momento que tiene para devolverlos es ahí mismo, cuando está en la ventanilla de la farmacia.
“Ya por salir de ahí no le recibirían los medicamentos, porque el farmacéutico no puede dar fe de la forma como usted los almacenó o manipuló, aunque usted solo hubiera caminado hasta la entrada de la farmacia y se hubiera devuelto”.
¿Qué hacer para que los medicamentos se mantengan bien, con todas sus propiedades y que tengan el efecto que nuestra salud necesita? Son varios pasos los que deben seguirse.
En la casa
Sáenz enfatizó en que hay dos lugares muy comunes en donde los costarricenses guardan los medicamentos y que pueden ser muy dañinos: la cocina y el baño. Sostuvo que no entiende por qué todavía se diseñan baños con botiquín, cuando este es el último lugar donde deberían guardarse los fármacos.
“Son lugares totalmente inadecuados. En la cocina se alcanzan niveles de temperaturas muy altas. Y el baño es un lugar donde se concentra muchísima humedad. Esto afecta la integridad y la seguridad de los tratamientos médicos”, expuso.
“El vapor del baño y la humedad del baño, hacen que hasta las cajas y etiquetas se sientan húmedas. Eso es perceptible, pero la temperatura no. No podemos medirlo. Y las temperaturas más altas aceleran la llegada de la fecha de vencimiento”, aseguró.
¿Cómo almacenarlos? Lo ideal es que estén en una caja plástica, con tapas herméticas, que se rotule para especificar que ahí hay medicamentos. Estas cajas deben estar en los roperos o closets, los lugares más frescos del hogar.
Si usted debe salir por varias horas y debe tomar alguna dosis en ese tiempo, lleve en el bolso solo las que va a necesitar, porque el calor y la humedad del bolso podrían echar a perder las dosis que no deban tomarse en las siguientes horas.
Esta tabla contiene las principales recomendaciones:
FUENTE: Punto Seguro. DISEÑO/LA NACIÓN.
El problema de los desechos
Es normal que en los hogares haya bolsas llenas de fármacos para cualquier condición de salud. Algunos sí deben tomarse de forma constante para controlar alguna enfermedad crónica, pero otros los tenemos a mano por si en algún momento nos doliera la cabeza o el estómago o nos llegara una gripe o nos diera gastritis. En el caso de estos últimos es más fácil que pase el tiempo sin que los usemos y caduquen.
En 2021, año más reciente para el cual hay datos, la CCSS despachó más 86 millones de recetas de medicamentos.
“Para una población de poco más de 5 millones de habitantes es una cantidad muy alta. Pero también tenemos acceso a más de 1.200 farmacias privadas donde hay acceso a una buena gama de medicamentos.
“A esto debemos sumar que los medicamentos de venta libre están en supermercados, pulperías, hasta en los tramos en las fiestas populares. Es muy fácil ese acceso, y uno de los peligros es que les perdemos el respeto”, destacó Sáenz.
“Vamos acumulando medicamentos que no sabemos cómo llegaron a nuestras casas, pero el hecho es que ahí están”, añadió.
El especialista advirtió de que una de las razones por las cuales se acumulan los fármacos es que las personas no terminan los tratamientos y esto no es correcto. El tratamiento debe seguirse al pie de la letra hasta el final y no tendría por qué sobrar.
Un riesgo asociado a esta práctica es que para no “desperdiciar” las personas “receten” a alguien más lo que les sobró.
Ocurre también cuando alguien fallece y los familiares buscan, con muy buenas intenciones, donar lo que el difunto no llegó a necesitar. Por más loable que se vea esta labor, no es correcta.
“Esos medicamentos fueron prescritos para esa persona y nada más que para ella. Hay organizaciones sin fines de lucro que buscan donaciones para atender personas en situación de calle, pero esto más bien podría perjudicarles. Uno no puede garantizar el almacenamiento ni la calidad de los medicamentos”, destacó.
¿Cuándo desecharlos?
El farmacéutico aconsejó revisar las cajas de los productos cada dos o tres meses y vigilar las fechas de vencimiento, también ver si hay manchas o suavidad en las cajas, eso daría señal de que los medicamentos que no están en buenas condiciones.
“Lo que no hemos usado del todo en tres meses, mejor desecharlos. Por lo tanto, tampoco es bueno aprovechar ofertas de algunos establecimientos que ofrecen cinco o seis cajas de un producto, que ni siquiera sabemos en cuánto tiempo podríamos necesitarlos”, subrayó Sáenz.
“Y los medicamentos no pueden usarse después de las fechas de vencimiento. Los estándares de la industria son tan altos que deben garantizar al menos el 90% al llegar la fecha de vencimiento.
“Lo que pasa es que ningún fabricante hace estudios de toxicología posterior a la fecha de vencimiento. Nadie me da garantía de si me pueda dar algún tipo de reacción”, afirmó el especialista.
Sáenz advirtió de que a la hora de pensar en los desechos, no solo debemos tomar en consideración los medicamentos en sí mismos, sino también los empaques: blísteres, cajas, tapas, frascos, bolsas. Todo esto también requiere de un manejo especial.
¿Cómo no desecharlos?
El farmacéutico fue enfático en su respuesta: no podemos botar ni los medicamentos ni los envases o empaques a la basura tradicional, ni al reciclaje, ni al lavabo ni al inodoro. Esto podría tener consecuencias para la salud pública y ambiental.
Por un lado, componentes como los blísteres no son material reciclable y botarlos de forma tradicional con los desechos no reciclables hará más basura en los botaderos o rellenos sanitarios.
Las botellas, cajas y etiquetas son muy sensibles, pues pueden ser material de primera calidad para quienes falsifican medicamentos.
“Tienen información fidedigna de color, tipografía, diseño gráfico, pero también datos sensibles, como los sellos de seguridad, fecha de expiración, número de lote. Ellos la aprovechan para sus falsificaciones; por eso no los podemos desechar en la basura”, recalcó.
Por otra parte, los medicamentos que se desechan en la basura o lavabo tienen un impacto ambiental muy grande, porque la droga va al ambiente y afecta aguas, suelos, plantaciones y, con esto, a los animales.
Esto no solo afectaría la salud ambiental, sino que también podría aumentar la resistencia antimicrobiana. En otras palabras, las bacterias podrían generar inmunidad hacia los antibióticos y tendríamos menos armas para defendernos si nos infectan.
Lo que sí debemos hacer al desechar
El consejo de Sáenz es que podemos ir guardando los desechos de los empaques y envases en una bolsa, para cuando llegue el momento también de descartar medicamentos ya vencidos o en mal estado.
¿Dónde llevarlos? En el país hay un programa llamado Punto Seguro, que tiene convenio con el Colegio de Farmacéuticos. Hay contenedores, con forma de un basurero grande, donde las personas pueden desecharlos. Hay más de 100 puntos en todo el país. Usted puede ubicar el más cercano a su domicilio en punto-seguro.com o a través de info@punto-seguro.com.
Otra forma es a través de las jornadas de desecho de medicamentos que las diferentes farmacias de la CCSS hacen periódicamente.
Allí las personas pueden llevar sus pomadas, ungüentos, lociones, bloqueadores solares y hasta cosméticos. También pueden llevarse los residuos de medicamentos veterinarios.
¿Qué hacer en el caso de si se quebró la botella de un jarabe y el líquido se derrame? Lo que procede es usar una toalla absorbente, limpiar todo el líquido y guardar esta toalla en una bolsa y luego llevarla al punto seguro o a las campañas de recolección de medicamentos.