Una mala jugada del azar es la responsable de dos terceras partes de los casos de cáncer, revela una investigación publicada en la última semana en la revista científica Science .
De acuerdo con este estudio –desarrollado por científicos de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos–, el riesgo de padecer cáncer se parece más a una lotería que al resultado de una combinación de factores ambientales y genéticos.
El genetista Bert Vogelstein y el bioestadístico Cristian Tomasetti proponen un modelo matemático para comprender el origen del padecimiento que solo en el 2012 cobró la vida de 8,2 millones de personas en el planeta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este modelo analiza las mutaciones aleatorias que se producen durante la división normal de las células madre.
De acuerdo con los científicos, la “mala suerte” definiría el riesgo de que esas mutaciones den como resultado células cancerosas en los tejidos.
El análisis. En su investigación, Vogelstein y Tomasetti analizaron las variaciones de células madre en 31 tejidos del cuerpo humano. Ellos tomaron la cantidad total de células en un órgano, identificaron qué porcentaje de ellas son células madre de larga vida y luego determinaron cuántas veces se dividieron durante ese periodo. En cada división, sostienen los expertos, existe un riesgo de mutación en las células hijas que posteriormente provocaría cáncer. De este modo, los investigadores concluyeron que los tejidos que albergan más divisiones de células madre son más vulnerables al cáncer. Un ejemplo de ello es el colon.
Al comparar estos números con las cifras reales de incidencia de cáncer, los resultados no fueron nada halagadores: el factor azar en las mutaciones de las células saludables es responsable de dos tercios (el 65%) de todos los tipos de cáncer. Entre ellos figuran, por ejemplo, el cáncer de pulmón en no fumadores, la leucemia linfocítica crónica o el cáncer de esófago. El otro tercio es producto de la “mala suerte” más condiciones genéticas, factores ambientales y hábitos nocivos como fumado, abuso de alcohol, exposición a la radiación solar y alimentación inadecuada.