París. AFP Los edulcorantes artificiales, que fueron inventados para reducir el consumo de azúcar y promover una vida sana, podrían aumentar el riesgo de diabetes, según un nuevo reporte de la revista científica Nature.
Presentes en las bebidas gaseosas, en los cereales, en los postres, los edulcorantes artificiales representan un gran mercado alimenticio y son muy apreciados por quienes siguen una dieta o que tienen problemas con el azúcar.
Algunos expertos recomiendan los edulcorantes para gente que sufre de diabetes de tipo 2, una enfermedad que ha alcanzado proporciones epidémicas. También, para quienes padecen de intolerancia a la glucosa, un estado prediabético, con niveles de azúcar elevados en la sangre.
Los edulcorantes dejan un gusto dulce en la boca y sus moléculas pasan directamente al aparato intestinal, sin ser absorbidas, por ello, a diferencia del azúcar, añaden poco aporte calórico al cuerpo.
Los científicos realizaron experimentos con ratones y grupos de seres humanos. Descubrieron que los edulcorantes, en realidad, perturban la elaboración y las funciones de las bacterias intestinales, que aceleran la intolerancia a la glucosa.
“Nuestros resultados sugieren que los edulcorantes quizás hayan contribuido a reforzar exactamente la misma epidemia que debían en principio combatir”, dice el texto.
Los investigadores, dirigidos por Eran Elinav y Eran Segal, del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, añadieron tres tipos usuales de edulcorantes –aspartamo, sucralosa o sacarina– al agua de ratones en dosis apropiadas, equivalentes a los niveles máximos que se recomiendan para las personas.
Esos roedores desarrollaron intolerancia a la glucosa, mientras que otro grupo que solo bebió agua, o agua con azúcar, no sufrieron ese síntoma.
Los investigadores trasplantaron luego heces de esos ratones alimentados con glucosa y edulcorantes a roedores que no tenían bacterias intestinales.
Los niveles de glucosa en la sangre de estos últimos animales crecieron rápidamente.