A sus 68 años, este domingo falleció Álvaro Ugalde Víquez, quien es considerado uno de los padres del actual sistema de parques nacionales de Costa Rica.
Ugalde, junto a Mario Boza, impulsaron la creación de los parques nacionales iniciando con el Parque Nacional Santa Rosa en 1971 y con ello empezaron a teñir de verde a Costa Rica, dándole prestigio a nivel internacional por su vocación de conservación. Actualmente, el país ostenta 169 áreas silvestres protegidas, las cuales representan el 26% del territorio nacional bajo protección.
Fue director del Servicios de Parques Nacionales entre 1973 y 1985, luego se desempeñó como director del Área de Conservación Osa (Acosa), trinchera desde donde peleó por salvar al Parque Nacional Corcovado de los oreros y cazadores ilegales. Lucha que, ya desligado del Sinac, continuó hasta el día de su muerte.
En 2005, Ugalde recibió el Premio al Mérito en la Conservación de la Biodiversidad Costarricense que entrega el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio).
Hoy, el sector ambiental del país se despide de él mientras guardaparques le rinden guardia de honor y Ugalde viste el uniforme beige y verde característico de los funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
"El éxito que Álvaro Ugalde, 'un viejo zorro de los parques nacionales' como lo describe el colega parquista Jorge Rodríguez Villalobos, en todas las acciones conservacionistas que emprendió se debió a que era un trabajador incansable, poseía un profundo amor por las áreas protegidas que él había ayudado a crear, proteger y desarrollar; poseía una notable inteligencia, era desprendido, conocía a profundidad el tema ambiental, derrochaba buenas intenciones y era una persona honesta por los cuatro costados", comentó Mario Boza.
"Un luchador incansable contra cualquier amenaza a la integridad de los parques nacionales, un amigo fiel a su causa que siempre fue sincero, transparente y soñador... legado que debemos mantener", lo desribió la aboga ambiental María Virginia Cajiao.
"Luciano (Capelli) y yo pudimos conocer a Álvaro, su dimensión humana, su humor, su astucia para conseguir fondos entre personajes de la alta sociedad norteamericana y europea cuando empezamos a hacer el libro de parques nacionales. Nos cautivó su personalidad, su inteligencia y esa capacidad innata para contar las odiseas y penurias por las que pasaron los fundadores de los parques. Lo más admirable es que 40 años después de empezar la aventura, cobró nuevos bríos para emprender una operación de rescate. Nos deja un vacío terrible y una causa que defender", declaró la periodista Yazmín Ross.
"Nunca voy a olvidar estar ayudando a Roberto (Salom) con la toma de datos de sus tesis de maestría en Corcovado cuando llegó un señor a visitarnos, venía entrando a Sirena. Su visita fue mágica, nos contó varias historias, pero la más impresionante fue cuando se quebró la clavícula en la Isla del Coco. Junto a otro valiente llegaron a la isla para tener presencia y empezar a evitar que siguiera siendo un sitio de pescadores piratas. Tuvo que enfrentarse a ellos varias veces. Pero, para su mala suerte, reparando el sitio que iba a ser su estación, una viga cedió y le quebró la clavícula. Tuvo que pedirle ayuda a los pescadores para que lo llevaran a tierra firme. En un pequeño bote resistió el dolor durante varios días. Yo creo que pocos nos atreveríamos a tanto en pro de la conservación, aún con la facilidad de las condiciones actuales, imaginemos antes que tan difícil podía ser. Por cierto, cuando el señor se fue, yo aún un poco distraída viajando aún con sus historias, pregunté quién era. La mayoría se extrañó que no conociera al famoso Álvaro Ugalde", relató Daniela Araya, bióloga de la organización Panthera.
Ugalde inspiró a muchos ambientalistas, quienes aseguraron que continuarán con su legado.
"Cuando visitamos un museo y nos detenemos frente a una obra de arte que tiene ya cientos de años, pocas veces pensamos en las personas que durante tantas décadas, incluso siglos, han cuidado esa obra, protegiéndola del tiempo, de las guerras y de cualquier otro peligro, para que muchos años después podamos disfrutarla. Alguien tuvo la visión, siglos antes, de conservarla para las futuras generaciones", manifestó Zdenka Piskulich, directora de la Asociación Costa Rica por Siempre.
Piskulich continuó: "En Costa Rica, esas obras de arte naturales son nuestras áreas protegidas y ese gran visionario es Álvaro Ugalde. Quizás muchos no lo conocen por su nombre, pero todos los costarricenses, sin excepción, hemos disfrutado su legado. Cada vez que visitamos un parque nacional, que respiramos aire puro o que nos regocijamos ante las maravillas de nuestra naturaleza, debemos agradecer su visión".
"Creo que don Álvaro dejó un legado que beneficia, cada día, a un país que hoy vive de la naturaleza. Y no solo hablo de turismo, sino de agua, aire, energía. Todo lo que se le relaciona y nos beneficia. Hoy el mundo parece coincidir en la dependencia de los seres humanos con su entorno natural. Pero cuando él y otros decidieron avanzar una agenda de conservación en el país, el mundo era muy diferente y no veía mayor utilidad en tener tierras, o mar, sin usos. Ese mérito es significativo. Lo cierto es que esas tierras, esos ríos y esos mares tenían y tienen muchos usos. Nosotros somos solamente un usuario más. Don Álvaro vivió dando el ejemplo de que la conservación es un proceso, no un punto en el tiempo. Dedicó su vida a la conservación y, haciendo eso, nos la dedicó a los costarricenses pasados, presentes y futuros", comentó Marco Quesada, director de Conservación Internacional (CI) en Costa Rica.
"Para mí, el legado de Álvaro Ugalde significa los logros de una gran era y los retos que quedan para los nuevos encargados de la vida silvestre. Su modelo nos dio lo que somos, nos toca a nosotros transformarlo en el futuro", destacó el biólogo Andrés Jiménez quien actualmente trabaja en Osa.
"Álvaro Ugalde es un héroe que tiene Costa Rica, uno que logró la protección del medio ambiente para la conservación de la vida silvestre y como legado para las futuras generaciones, entre las cuales me encuentro yo, que después de 50 años de la fundación del sistema de parques, disfruto y aprendo cada día de su herencia en el Parque Nacional Marino Las Baulas. Mis sinceros respetos a tan gran ser humando y mis condolencias a sus seres queridos", dijo el joven voluntario Cristian Díaz.
"Fundación Promar se une al luto que embarga hoy a Costa Rica entera por el fallecimiento de don Álvaro Ugalde Víquez, insigne creador, junto con don Mario Boza, del Sistema de Parques Nacionales (SPN), hoy Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC). Su espíritu y amor por la Naturaleza lo llevo a luchar incansablemente por proteger en áreas determinadas nuestros recursos naturales. Mucha agua ha pasado bajo el puente desde entonces, los enfoques y formas de manejo han cambiado, en algunos aspectos han mejorado, en otros todavía se requiere de más empuje, integración con las comunidades y más trabajo conjunto, pero es innegable el hecho que hoy comunidades, sector turismo, empresarial, ambiental e industrial y todos los y las costarricenses, disfrutamos de los invaluables beneficios de las áreas protegidas gracias a la visionaria acción de estos dos ilustres costarricenses", manifestó Javier Rodríguez, director de Fundación Promar.
"Don Álvaro fue fuente de inspiración para el trabajo que emprendimos en Costa Rica hace más de 25 años. A través de sus palabras y labor, conocimos la valiosa riqueza natural del país, particularmente de su amado Pacífico Sur. Su legado debe renovar el compromiso de todos nosotros para conservar nuestra biodiversidad", declaró Ronald Sanabria, vicepresidente de turismo sostenible de la organización Rainforest Alliance.