Ante la emergencia sanitaria que representa el zika a nivel mundial, diferentes laboratorios científicos se han propuesto conseguir formas para controlar el zancudo Aedes aegypti , transmisor de esta enfermedad, además del dengue, la chikunguña y la fiebre amarilla.
Fumigaciones, mosquitos genéticamente modificados para que no puedan reproducirse, peces que comen larvas, bacterias e insecticidas naturales, son algunas de las alternativas por las que optan diferentes naciones.
No obstante, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pide extremar cuidados con este tipo de controles. Según los especialistas, aún no hay datos suficientes que demuestren la eficacia total de estos métodos, especialmente el relacionado con mosquitos estériles.
“Sabemos que funciona, pero una cosa es hacerlo en el tubo de ensayo de un laboratorio y otra es tenerlo listo para grandes zonas de El Salvador, Colombia o Brasil”, manifestó a la agencia de noticias EFE, Juan Lubroth, responsable del Servicio de Sanidad Animal de la FAO.
A pesar de esta advertencia, los científicos que desarrollan la técnica la apoyan y aseguran que el método no es nuevo.
“Hemos demostrado que la técnica es eficaz a pequeña escala: podemos actuar en la periferia de una ciudad, quizás hasta en una localidad de unas 250.000 personas. Ahora tenemos que ampliar la escala”, señaló la entomóloga Rosemary Lees, una de las investigadoras de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).
En lo que sí existe consenso es en que ninguna de estas medidas sustituye la destrucción, dentro de los hogares, de los posibles criaderos del zancudo.