El mundo de la moda está de luto. El visionario diseñador francés, Pierre Cardin, falleció este martes 29 de diciembre a los 98 años.
Así lo dio a conocer su familia por medio de un comunicado de prensa, en el que aseguran que el empresario murió por la mañana en el hospital americano de Neuilly, al oeste de París, Francia.
"Es un día de gran tristeza para toda nuestra familia, Pierre Cardin ya no está. El gran diseñador de moda que fue, atravesó el siglo, dejando a Francia y al mundo un legado artístico único en el mundo, pero no sólo", escribe su familia en un comunicado.
Cardin, hijo de inmigrantes italianos, se convirtió en un hombre de negocios mundialmente conocido por sus futuristas ideas sobre la moda, las cuales tomaron mayor relevancia entre las décadas de 1970 y 1980, cuando su marca empezaba a ser reconocida mundialmente.
Sin embargo, no se trataba solo de prendas, pues el multifacético empresario adoptó un sistema de licencias que le permitió estampar su nombre en relojes de pulsera, sábanas, perfumes y hasta en agua mineral.
LEA MÁS: (GALERÍA) 70 años de Pierre Cardin
Además, era conocido por poner a desfilar, antes que muchos otros, a hombres.
"Estamos orgullosos de su tenaz ambición y de la audacia que demostró a lo largo de su vida. Hombre moderno con múltiples talentos y una energía inagotable, se involucró muy pronto en los flujos de la globalización de bienes y el comercio", continúa el texto.
Pierre Cardin nació el 2 de julio de 1922 cerca de Venecia, Italia. Sin embargo, a los dos años sus padres hicieron maletas y se fueron a vivir a Francia huyendo del fascismo.
“Nunca olvidó sus orígenes, al mismo tiempo que muestra un amor incondicional por Francia”, escribe su familia.
Creció en Saint-Étienne, en el centro de Francia, dentro de una familia modesta de clase trabajadora, en la que sus padres María y Alessandro Cardin, le enseñaron el valor del trabajo desde muy joven.
De hecho, antes de hacerse un nombre en el mundo de la moda, el diseñador, quien nunca tuvo hijos, trabajó como sastre a los 14 años y más tarde fue contador de la Cruz Roja.
“Soy el modisto más viejo”, dijo Cardin a la AFP en una entrevista en 2019, con 96 años, en el que reconocía que estaba preparando su sucesión y contaba con tres creadores de su taller para seguir diseñando ropa futurista.
Aunque en los últimos años su ropa se abarató y al no tener prácticamente ningún cambio con respecto a los estilos de la era de 1960, era considerada por los expertos como una marca un tanto anticuada.
Cardin fue el primer modisto en entrar en la Academia de Bellas Artes, haciendo que la moda fuera reconocida como un arte de pleno derecho.
Visionario y empresario polifacético
“Lo inventé todo”, le gustaba decir a Cardin, pionero del prêt-à-porter, del estilo futurista y de la diversificación mundial de su marca.
Su despacho, situado al lado del Palacio del Elíseo, donde colgaban fotos que lo mostraban junto a Fidel Castro o Louis Aragon, al igual que viejos artículos de prensa y diversos objetos, es un testimonio de la excepcional trayectoria de este histórico personaje de la moda francesa.
Cardin nunca quiso jubilarse y logró llevar la alta costura a las calles con el lanzamiento de una línea de prêt-à-porter desde 1959.
Adoptó a gran escala un sistema de licencias que le aseguraba una distribución en todo el mundo, poniendo su nombre en productos tan diversos como corbatas, cigarrillos, perfumes o agua embotellada.
Cardin comenzó a trabajar como aprendiz de sastre, y a los 14 años ya sabía confeccionar sus propios diseños, aptitud infrecuente hoy en el mundo de la moda que a él le permitió traducir sus ideas en piezas reales.
La historia de Cardin se confunde con la de la moda. Fue formado en la casa Christian Dior, la abandonó en 1950 para fundar su propia firma, y presentó en 1953 su primera colección.
“En Dior aprendí la elegancia, evidentemente”, afirmó.
Su “museo” personal, situado en Saint-Ouen (periferia de París) tiene 3.500 m2 destinados a la moda, 3.500 m2 para los muebles, y resguarda unos 10.000 modelos que fue guardando desde el principio de su carrera.
Fue pionero en Asia desde muy temprano, donde gozó de gran notoriedad: fue a Japón en 1957, luego organizó desfiles desde 1979 en China, cuando el país estaba en plena reconstrucción.
El diseñador, cuyos trajes sin cuello inspiraron los que usaron The Beatles, fue también un hombre de la cultura y un mecenas comprometido con el teatro, la danza y la música, a través del Espace Cardin en París y el festival de arte lírico y el teatro Lacoste, en el Lubéron (sur de Francia).
Polifacético, se embarcó también en la creación de muebles, así como en la industria hotelera y la restauración, con la cadena Maxim’s. El embajador honorario de la Unesco, fue también el primer modisto académico.
A finales de noviembre del 2016, en la gran sala de reuniones de la Academia de Bellas Artes presentó a los 94 años uno de los desfiles interminables a los que estaba acostumbrado, con motivo de sus 70 años.
Incansable, ese mismo año, poco antes de la presentación de una nueva colección, explicó tener siempre la “necesidad de expresarse”.
Creador de la estética futurista, alcanzó el éxito desde el principio con sus vestidos de burbujas. Jugó con materiales innovadores, colores y formas geométricas, diseñó vestidos inspirados en el “op art”, vestidos moldeados, pantalones elipse, abrigos coloridos y trapezoidales, y trajes de hombre de cuello Mao.
Ninguna figura de la moda menciona la contribución que tuvo Cardin al inicio de su carrera con sus marcas, que en todo caso es esencial. De hecho, recibió tres Dés d’or (Dedal de oro), distinciones de la moda francesa otorgadas hasta principios de los 90.
Pierre Cardin fue hasta el final un gran trabajador que controló su negocio al 100%, el único de su generación que se mantuvo independiente. Aunque en el 2011, anunció que quería vender este imperio por 1000 millones de euros, pero no encontró comprador.
Hasta ahora se desconoce la causa de la muerte del diseñador.
Noticia en desarrollo.