Entre la casa de la agüela y la de los primos, todo se vuelve pura confianza y familiaridad en El Valle de las Tejas. Hasta allá, en La Trinidad de Moravia (San José), han llegado los secretos de la cuisine francesa y los antojitos mexicanos vestidos con sarape y sombrero de charro.
Así como lo oye. Resulta que el propietario de ese acogedor lugar, José Carballo, quiere probar con nuevas opciones para seducir el estómago y alborotar nuestro apetito. Y, aunque mantendrá la comida típica costarricense que ha sido la tradición, la semana pasada se echó al agua con los nuevos toques.
El Valle de las Tejas cuenta con tres ambientes, o sea que ahí hay pa'todos para que no vaya a haber patadas... Para El Rincón de los Primos -un ranchote grande y cómodo-, mandaron la comida mexicana, y en La Cuchara de la Agüela -el restaurante más formal dentro de lo informal que es ahí todo- sirven lo nuestro, ahora combinado con los experimentos culinarios del chef francés Erick Rizzato. Hay además una taberna para boquear, tomarse los traguitos y hasta bailar los fines de semana.
Y hablando de fines de semana, el sitio se presta para ir en familia porque, entre sus hermosos jardines -elaborados con muy buen gusto-, hay cortos senderos llenos de vegetación que conducen a un gran playground y a un pequeño zoológico con venados, gallinas, patos y unos cuantos animales más. De tal manera, hasta los güilillas pueden vacilar mientras los papás se llenan la panza. Cuando a los chicos les da hambre, hay un menú especial, con precios muy razonables.
De charros y galos
Si usted anda antojado de antojitos mexicanos, váyase para donde los primos. Ha sido acertada la aventura que han emprendido, de llevar a la cartilla algunos platos pocos conocidos aquí, pero muy propios de las zonas de Yucatán, Puebla, Tampico y Veracruz. Así se nos da la opción de probar cosas diferentes y bien preparadas porque el encargado de este sector es un verdadero chef mexicano: Frank Carrión. Él sabe que está introduciendo cosas nuevas -un poquito de lo más representativo- y se ha cuidado de que las recetas respondan al dedillo a lo que se come en su país.
En el rancho se puede ir solo a picar, a comer en forma, o a probar un poco ahí y pasarse luego donde la agüela, o a la taberna para seguir la noche. Hay de todo: desde entraditas, caldos, carnes blancas y rojas, y algo para vegetarianos, hasta postres.
También puede tener usted ganas de algo típico, y entonces de una vez pruebe La Cuchara de la Agüela, donde además se puede dejar tentar por los toques franceses que Erick ha ido imprimiendo con sutileza -aunque parece que el plato estelar es ahí el comal típico, ideal para compartir entre varios con los traguitos-.
No obstante, igual puede usted pedir las carnes rojas. Las más agradecidas con los experimentos del francés son las preparadas al estilo galo pero bañadas en salsas "tropicales" con limón, aguacate, curri con piña; y pringuitos de vino blanco o tinto. También ha hecho pruebas con el pescado y el pollo: unas le han salido buenas, y otras, más o menos.
De todos modos, José Carballo dice que el menú está todavía a prueba y que serán quienes se sienten a las mesas los que tengan la última palabra: ¡ustedes!
En fin, es un lugar agradable, donde se come bien, la atención es esmerada y lo despiden a uno con un buen café. Y los viernes por la noche hasta hay música en vivo para acompañarlo mientras come.
Cómo, dónde, cuándo
Lugar : Complejo Típico El Valle de las Tejas.
Dirección : La Trinidad de Moravia (San José), 150 metros al norte de la iglesia católica de la localidad.
Horario : De martes a viernes, a partir de las 4 p. m. Sábado y domingo, de 11 a. m. en adelante.
Teléfono : 245-4545.
Precios : Entradas de ¢500 a ¢900. Platos fuertes y comales de ¢1.100 a ¢2.425. Platos de niños de ¢350 a ¢650. Postres de ¢325 a ¢450. Cerveza: ¢280 (nacionales) y ¢430 (Tecate y Corona). Refrescos: ¢220 (gaseosos), y de ¢280 a ¢325 (naturales).