El diseño sostenible inspira mucho más que solamente al uso de materias primas amigables con el ambiente.
La mayoría de estas iniciativas también están impulsadas por jóvenes que decidieron dejar de ser empleados y convertir sus ideas en una empresa o marca propia, que incluso ha logrado, en algunos casos, traspasar las fronteras del país
“Yo soy diseñadora gráfica y terminé haciendo mi propia empresa con una idea original. Nos esforzamos por hacer las cosas bien y de forma ética”, comentó Yara Salazar, cuyos diseños desfilaron recientemente en el Ethical Fashion Show de París.
La costarricense trabaja junto a su madre, Marta Hidalgo, en el desarrollo de bolsos de cuero, a partir de diferentes prendas reutilizadas.
Los proyectos y creaciones también benefician a mujeres de zonas rurales y les permiten empoderarse y educar ambientalmente a sus comunidades.
Este es el caso de los bolsos Hipnverde, que trabaja con seis mujeres de la zona de Pénjamo, de la Fortuna de San Carlos.
La diseñadora Natasha Moscoa les proporciona máquinas de coser a amas de casa, quienes trabajan desde la comodidad de su hogar para producir alrededor de 80 bolsos artesanales al mes.
Por su parte, la organización Recyclart, que produce accesorios ecológicos con las pestañas de latas de refresco, trabaja con mujeres de las mujeres de San Antonio de Escazú, Árbol Bueno de Coto Brus, isla de Chira, Talamanca y Osa.
Las mujeres laboran en centros de acopio y recogen donaciones de tela para crear aretes, pulseras y collares que se venden en tiendas internacionales de ecodiseño.
“El comercio justo nos interesa mucho. Estamos en proceso de acreditación en el área de comercio justo. Tenemos presencia en tiendas que se especializan en reciclables y comercio que no viola los derechos humanos de las personas que trabajan ahí”, destacó Alexis Fournier, coordinadora del proyecto Recyclart.
Diseñadores y tiendas como El Mercadito del Diseño también donan cierto porcentaje de sus ganancias a obras de bien social.
“Tratamos de ayudar socialmente. Si sacamos una colección nueva, destinamos parte de las ganancias a ayudar a alguien: niños, ancianos, causas animales o grupos de reforestación. No queremos ser solo un accesorio”, dijo Cristina Aguilar, dueña del local.