Un 16 de agosto de 1980, dos hermanos, Armando y Carlos de Castro, junto a alguien que apodaban Sherpa –y que cantaba potente y alto–, y Hermes Calabria –bien sentado en la batería– dieron un concierto. Fue en Leganés (Madrid), y lo hicieron bajo el nombre de Barón Rojo. Entonces, nacía oficialmente aquella banda que, en ese momento, nadie imaginaba en lo que devendría: un peso pesado del
Activa por 32 años, con cerca de 12 publicaciones lanzadas, una legión de fans bien afianzada en España y Latinoamérica, y canciones en el imaginario de más de dos generaciones, defienden el título de banda legendaria con el cual está a siete días de llegar a Costa Rica.
La banda aterrizará el próximo lunes 16 de abril para dar un único concierto : jueves 19 de abril en el Club 212, Heredia.
Con álbumes como
Uno de sus pilares, Armando de Castro conversó con
Lo primero que se me ocurre es: por fin esta es la buena porque parece ser que hubo un conato anterior que no logró fructificar pero ahora ya podemos decir que, definitivamente, Barón Rojo va a estar allí en Costa Rica y para nosotros es un honor como lo ha sido estar en todos los otros países centroamericanos o sudamericanos. Estamos ansiosos de complacer a los seguidores y complacernos así también nosotros mismos.
Creo que por ser la primera vez para muchos de ver a Barón Rojo en directo se creará una emoción y una comunicación especial entre el grupo y la gente. Prometo que ensayaremos muy bien todas las canciones para dar un gran espectáculo en directo. Será un concierto guapo.
(Ríe). Pues sí, no solo una mujer puede ser guapa, también un concierto en nuestro argot.
Lo veo desde una manera muy satisfactoria. Parto de la base de que lo que hacemos es música y que estamos dentro de un género que se llama canción y en el cual, forzosamente, tienes que acompañar un texto por lo menos en el 95 por ciento de los casos.
”Y en una canción plasmas un poco tu manera de pensar, la manera en que vemos el mundo en que vivimos y las circunstancias que ocurren a tu alrededor, las relaciones humanos, los acontecimientos, los gobernantes y los gobernados. Y aspiras a que eso tenga una linda repercusión; escribes para que al menos a alguien le haga pensar un poquito en estos años.
Sí, 32 años y muchas canciones como bien dices. La mayoría de las canciones han ocupado ese lugar que tú mencionas dentro del
Seguir haciendo buena música, pero con textos llenos de lugares comunes, que cuenten una historia y que esa historia produzca placer o haga pensar.
(Ríe) Esta es un a circunstancia curiosa porque te obliga a mantenerte en una paradoja: por un lado, que tu música suene fresca, que no sea el mismo disco que se repita una y otra vez, cambiándole simplemente algunas palabras y acordes a las canciones, pero, al mismo tiempo, no puedes defraudar a la gante que es fan, porque estás en un determinado estilo y en una manera de hacer música.
En nuestro caso es bastante sencillo: no nos cuesta nada hacer
”Y una vez dicho eso: no nos cuesta ningún trabajo hacer
Nos produce un sentido de responsabilidad muy grande, porque se espera que estemos a la altura de las circunstancias y que Barón Rojo dé siempre algo más dentro del panorama del mundo del
”Somos sensibles y conscientes de esa demanda del público y, por eso, cada gira y cada actuación, la hacemos con respeto igual ante 2.000 personas que ante 200. Mantenemos las mismas ganas y energías que cuando empezamos, precisamente para mantener viva la llama de
”Sabemos que ya no somos unos niños, pero tenemos energía para unos cuantos años más”.
En muchos factores y no sé si el orden en que te los diré es el correcto. Primero: una gran dosis de trabajo y de no desanimarse ante las circunstancias, porque no todas son favorables y a veces hay que remar contracorriente a menudo.
”Te preguntas: ‘¿por qué unos grupos funcionan y otros no, si todos trabajan?’ Porque se necesita una dosis de talento y de ingenio. Y se tienen que dar circunstancias externas que favorezcan el momento en que apareciste en el mercado. Siempre fuimos músicos de