Fue en el 2008, cuando el año apenas daba sus primeros pasos en enero, que Édgar Oceransky comenzó esta relación. ¿De amor? La frecuencia, la constancia y la entrega, más lo compartido en medio, parecen indicar que sí.
Desde la primera vez que el mexicano vino a Costa Rica no paró. Durante dos años, Édgar Oceransky ha mantenido el pulso de una conexión con Costa Rica. Vino a presentar en vivo cada disco que iba cocinando:
Un buen día, se dio también a la tarea de grabar un DVD en suelo local, sacándole punta a sus enlaces por estos lares. Se llama
Sus planes de volver tras haberse presentando en marzo pasado se detuvieron. Un virus, por supuesto que no fue invitado, entró a su corazón. Se repuso. Y hace poco volvió a activar su agenda en México y puso pies en polvorosa, nuevamente, hacía Costa Rica.
El creador de
De su propia boca, esto pasa con él, hoy que es noviembre.
Vengo con dos frentes. Uno es cerrar la gira de
Sí claro. La idea siempre ha sido esa. Estamos yendo y viendo acá y a México y nos encontramos también en Colombia para ir tendiendo redes de colaboraciones, entre otras personas para converger.
Fíjate que lo estoy dando por terminado, porque tengo escritas casi todas las canciones para un nuevo disco que saldrá el próximo año.
Aún redondeo ideas, pero mi línea sigue siendo la misma: cantarle al amor de mi familia, la pareja, los amigos. La trinchera desde la cual yo libro mis batallas es el amor, en sus diferentes facetas.
Sí. Ese tiempo reflexione. Cantar y componer, que es algo que amo, se había convertido en lo único que hacía. Y esto me llevó a darme cuenta que tenía que bajarle un poco del trabajo y atender más otros espacios de mi vida, que también son importantes y me nutren para hacer lo que amo.