¿Cuáles artistas se destacan en esta ocasión y por qué?
Hay varias participaciones muy importantes. Estamos muy satisfechos de tener nuevamente a los Niños Cantores de Viena. Es un acontecimiento importante por la calidad artística y la trayectoria de este grupo que se remonta a finales del siglo XV. Es impresionante la trayectoria que ha tenido la agrupación y también porque producen un gran interés en el público costarricense.
¿Cómo fue el proceso de selección de los invitados?
Los criterios que manejamos son calidad artística, en primer lugar. También nos interesa que el festival sea variado con diferentes manifestaciones, tanto vocales como música instrumental y también de diferentes orígenes geográficos. Un factor muy importante este año es que queríamos que la actividad explorara un poco los límites de la música clásica con agrupaciones que manejaran un repertorio que, de algún modo, investigara un poco la relación de la música clásica con otros géneros musicales y la relación entre la música popular y la música clásica.
¿Qué cambios destacaría en esta nueva edición?
Este año tenemos más sedes. Hemos tratado que el festival se produzca en más lugares y en diferentes regiones del país. Este año, por primera vez en mucho tiempo, tenemos una sede en el Caribe, en el hotel Le Cameleón, en Puerto Viejo, lo cual es muy importante para nosotros. Tenemos dos sedes nuevas en Quepos y vamos a tener conciertos en la explanada de La Aduana. Justamente ahí vamos a tener a los Niños Cantores de Viena. Nos interesan mucho estos lugares abiertos donde pueda llegar mucha gente. Tenemos un total de 25 sedes, algunas vuelven este año. Es un festival más ambicioso este año.
¿En qué se ha convertido este festival después de 20 ediciones?
Las primeras ediciones del festival se hacían prácticamente en San José, como muchas actividades que solo funcionan en el centro del país y en la actualidad podemos decir que estamos presentes en todo el territorio nacional. Es un festival al que todo mundo puede acceder no solo geográficamente, también, por el costo.
Después de 20 ediciones, ¿cuál considera usted que es el principal reto que enfrenta este festival?
Lo más importante es mantenerse creciendo, ser una ventana del arte que sucede en el mundo entero y mantener la calidad que mostró desde el inicio.