Guanacaste no se agota. Fuente de inspiración interminable para artistas de todas las disciplinas, sonará ahora como un nuevo poema sinfónico de Luis Diego Herra. El compositor lo define como un viaje por la provincia; el director Chosei Komatsu lo considera “muy, muy emocionante”.
En un programa que incluye música de Johannes Brahms y Wolfgang Amadeus Mozart, el cuarto concierto de temporada de la Orquesta Sinfónica Nacional incluirá el estreno de Guanacaste , el primero de una serie de cinco poemas sinfónicos que Herra desea completar.
El Teatro Nacional albergará el concierto este viernes y el domingo, con el director Chosei Komatsu (titular de la Sinfónica entre el 2004 y el 2010) y el pianista Juan Pablo Andrade.
“ Mi obra está basada en Guanacaste como tal, con esa idea de quien ve un poema y recibe sensaciones”, explica Herra. “Quiero es que uno sienta un paseo con las sensaciones: puede ser ir a esa zona, de pronto escuchar una marimba, ver a la gente en las playas o en las montañas...”, dice.
En Guanacaste , ritmos de danza y una melodía evocadora condensan las emociones que la provincia inspira en Herra. “Hay un material basado en ritmos compuestos, que son ritmos desde nuestros antepasados, de los aborígenes de la zona”, explica.
Para Herra, es la primera composición en un recorrido musical que seguirá por Limón, San José y la cordillera volcánica central.
Hondo. En el ensayo del jueves, Komatsu guiaba a los músicos por las jubilosas notas de la Segunda sinfonía, de Brahms. En uno de los movimientos, el clarinete se eleva dulcemente, seguido poco después por las envolventes cuerdas. Como otras obras del compositor alemán, en esta sinfonía incluida en el programa reluce su profundo cariño por cada instrumento de la orquesta.
Komatsu se alegra de volver a tocar esta obra con una orquesta que condujo por seis años. “Estoy muy feliz de estar de regreso porque cuando era director artístico, pasaba aquí hasta 16 semanas al año. Extrañaba estar aquí”, sonríe. “Una vez más, estoy impresionado por su seriedad con respecto a la música, su amor por tocar música, lo cual es muy valioso de esta orquesta. Tienen un auténtico sentido de orgullo”, celebra.
En la composición de Brahms, encuentra dificultad, pero también una atención al detalle que exige gran motivación de los instrumentistas. “Brahms está muy consciente de la forma y la técnica de la composición, y al mismo tiempo, crea bellas melodías”.
Por su parte, en el Concierto N.° 26 para piano y orquesta en Re Mayor , Komatsu celebra la “libertad” que Mozart halló. “Sigue cambiando, yéndose a las profundidades, a lo profundo de la montaña. El segundo movimiento, en contraste, es muy simple; no tiene ornamentación innecesaria: es breve, simple y muy fuerte”, describe el director invitado la Sinfónica Nacional.
Concuerda el solista invitado para interpretar el concierto, Juan Pablo Andrade. “Es una obra que quiero mucho. Nunca la había tocado, pero siempre había deseado tocarlo”, confiesa el pianista. La considera simple, pero jamás superficial.
En el económico fluir de notas de este concierto, Mozart casa contenido con sencillez, considera Andrade. Afirma: “Esa simpleza es precisamente lo que conmueve. Contiene una belleza indescriptible”.
Para escuchar esta música, los tiquetes valen entre ¢4.000 y ¢18.000, con descuentos de 50% para estudiantes y ciudadanos de oro, Se pueden comprar en las boleterías física y digital del recinto.
El concierto del viernes será a las 8 p. m., con una charla previa a cargo del maestro Komatsu y Aurelia Trejos. La cita del domingo será a las 10:30 a. m.