Hay una norma que ha regido la carrera musical de Fanny Lu: la exploración.
A lo largo de casi 20 años de trayectoria, la cantante colombiana ha sorprendido a su público con géneros tan variados y sonidos tan diversos que le han permitido cosechar grandes éxitos en la industria.
Según ella, reinventarse en este mercado es fundamental. Por eso, en los últimos años ha fusionado ritmos tropicales con sonidos urbanos y tradicionales de su natal Colombia, para ofrecer a su público un abanico de posibilidades dentro de su rítmico repertorio.
Para Fanny Lu autoplagiarse no es siquiera una posibilidad, por eso está en esa búsqueda constante de renovación para que sus trabajos no suenen similar a sus éxitos más grandes, entre ellos Fanfarrón, Tú no eres para mí o Mujeres, por mencionar algunos.
La cantante latinoamericana está de visita en Costa Rica. Un viaje fugaz del que arribó este miércoles al mediodía y que concluirá el viernes, y que tiene por objetivo promocionar su más reciente sencillo Llorar es una locura, que formará parte de su cuarta producción discográfica que estará en el mercado durante el segundo semestre del año.
Lu se presentará este jueves en un concierto privado (showcase) en el club Vértigo, en el Centro Colón, en el que reunirá a pocas personas.
Fanny Lu, de 44 años de edad, conversó con Viva acerca de su nuevo éxito, que escribió en colaboración con Randy Malcom, de Gente de Zona, y que produjo Arbise González.
En Llorar es una locura colabora el cantante cubano El Mola y en la pieza, la simpática artista, explora por primera vez con un género de cumbia urbana.
La canción es un homenaje a la vida, ¿por qué esa dedicatoria?
Soy una persona muy positiva y he vivido momentos difíciles en mi vida como todos. Hay gente que tiene problemas más grandes que uno. Son gente muy valiente que le enseña a uno que los obstáculos están en la cabeza, porque soy una convencida de que Dios siempre te cuida y te manda retos en la vida para que aprendas y te fortalezcas; entonces, he aprendido que entre más positiva se enfrenta la vida, más fácil sobrepasas esos momentos y ves la vida de color. Soy así, gracias a Dios, porque toma tiempo volverse de esa forma.
Dicen que mucho de lo que escriben y cantan los artistas refleja algún pasaje de sus vidas personales. ¿Esta pieza es su caso?
Sí. He vivido muchos momentos difíciles y me he dado cuenta que cuanto más positiva soy, es cuando más entiendo la vida, porque te abres a la luz y no te sumerges en la oscuridad. Siempre digo que uno puede llorar para desahogarse, pero no se puede ahogar en las lágrimas, porque sino no hay espacio para pensar y mirar más allá. Cuando los ojos los tienes invadidos de lágrimas no ves el futuro, ves todo borroso, no puedes ver la luz. Entonces, realmente de la manera en como veas la vida es como la pintas, es como la construyes. He tenido momentos en la vida de mucho dolor, y solo es cuando me limpio las lágrimas que puedo encontrar soluciones a esos enredos que nos hacemos en la cabeza.
¿Qué exploró nuevo como artista en esta canción?
Esta canción tiene mucho de la esencia caribeña de los cubanos que me acompañan. Me gusta mucho rodearme de diferente gente porque puedes absorber una cantidad de cosas, de estilos diferentes. Es una cumbia urbana pero que viene con muchos vientos, percusión y con mucho sabor del Caribe, pero también se siente mucho Colombia, porque trato de que todas mis canciones lleven ese sello mío, de mi país y de donde vengo. El álbum del que formará parte este tema ha sido una exploración de melodías diferentes, de amores, de mujeres poderosas –me encanta empoderar a la mujer–. Está invadido de positivismo y amor. Es una búsqueda nueva y esa necesidad de decirle a las mujeres: quiérete, valórate, pero también ama porque el amor es bonito.
¿Dónde grabaron el video?
El video lo hicimos en La Guaira en Venezuela. Una playa hermosísima cerca del aeropuerto de Caracas. El director es Nuno Gómez, quien se ha especializado en tocar fibras a través de los videos. Este canción necesitaba un video igual de emotivo que la letra de la canción y logramos algo muy bonito. Lo lanzamos en la semana de la mujer, le hicimos tributo a la mujer mostrando cinco casos de la vida real, con mujeres maravillosas que nos prestaron sus historias como ejemplo de realización. Ese es el mensaje del video.
¿Por qué para usted llorar es una locura?
Porque es una locura escoger llorar cuando puedes sonreír. Dios te da las alternativas.
En este tema en particular tiene una colaboración con el cubano El Mola, pero también ha trabajado con Gente de Zona, por ejemplo... ¿qué le han dejado estas colaboraciones?
Me gustan mucho y me divierto mucho. También se aprende mucho de los otros artistas y el público se divierte. A ellos (el público) les gusta sorprenderse con esas combinaciones de géneros, de estilos, de colores de voz. La canción con Gente de Zona (Lo que Dios quiera) es maravillosa. Trabajar en El perfume con Carlos Vives –que si bien no es una colaboración donde él cante pero sí trabajó en la canción– fue una experiencia superbonita; y así he trabajado con varios artistas.
¿Personalmente qué le ha aportado esas colaboraciones?
Crecimiento. Cuando usted ve a otros trabajar ves mucho de lo que hacen, de las fuentes de donde se inspiran, de su manera de interpretar, de su visión de la vida... Me la he pasado en el estudio con diferentes artistas y soy superesponja. Me encanta tanto como también compartir de mi experiencia.
¿Hay algún cantante con el que te gustaría trabajar?
Con Juan Luis Guerra. Algún día haré una canción con él. Todo en la vida tiene sus momentos y los momentos de Dios son perfectos. Es un pendiente que tengo en la vida.
En la industria en la que está la reinvención es necesaria, ¿cómo se ha reinventado Fanny Lu a lo largo de los años?
Dándome la libertar para ser creativa. Lo que menos he querido en mi vida es autoplagiarme, siempre digo eso. No pienso en que si me fue bien en una canción, debo hacer otra igual. Me gusta siempre cambiar de dirección para ver hacia dónde me lleva la vida y me doy la libertad de invitar a gente distinta con estilos diferentes a trabajar conmigo, sin coartarlos y decirles: '¡Esto tiene que ser así!', dándome la libertad y el privilegio de absorber muchas cosas, porque si bien mi música siempre tiene mi sello y se siente mía, tiene ese aporte de otros y eso ofrece una mirada amplia del espectro musical que es infinito; por eso, a la hora de ser creativos no me importa el género y de esa manera muevo mi música.
¿Ha detectado algo que no le haya gustado a sus seguidores en esa exploración a la que se refiere?
No lo había pensado tan preciso. Siento que han habido canciones más pegajosas que otras. Tú no eres para mí fue como un fenómeno, como una cosa así muy asombrosa a nivel de América Latina pero No te pido flores también. Ambas son dos estilos totalmente diferentes, pero sí hay piezas que han sido más contundentes que otras. Hay como regiones donde la gente es más fan y que me pide canciones que en otros lugares no me piden. En México prefieren Ni loca, Tú no eres para mí, Fanfarrón... Tengo el privilegio de que ya tengo un repertorio supergrande que a la gente le gusta muchísimo y del que puedo escoger.
La última vez que cantó para Costa Rica fue en la Teletón del 2014. ¿Cuándo volveremos a verla acá en una presentación más masiva?
Me encantaría venir a dar un espectáculo acá; de hecho, estamos montando un show con nuevas versiones de las canciones, mucho más alegres y rítmicas. Hemos hecho versiones discotequeras, alegres, y traemos un show muy visual. Ese show estará listo en agosto y, sí, me sueño con que Centroamérica sea uno de esos lugares donde podamos llevar la gira y Costa Rica es de esos países que quiero tanto y del que espero que me inviten.
¿Qué recuerdos tiene del público costarricense?
El público costarricense conmigo siempre ha sido superentregado, superanimado. Es un público muy alegre, entonces se expresa mucho y canta mucho y grita mucho. Centroamérica en general es así, son dados a darte cariño, a decirte te quiero y el público de aquí (Costa Rica) es muy cariñoso y yo soy superamorosa. Costa Rica siempre me ha recibido con el corazón y por eso tengo tanta ilusión de comenzar de nuevo a venir porque antes venía muchísimo.
En un momento convulso para el mundo por diferentes acontecimientos, ¿qué papel asume usted como artista ante eso?
No tengo ninguna bandera política, jamás, porque no me interesa. Soy una colombiana que apoya a mi país en sus procesos. Sí critico el tema de la corrupción que invade nuestras naciones y es una enfermedad que no nos deja crecer, pero pienso que uno, independientemente de que sea artista, como ciudadano de un país tiene que aportar y apoyar los procesos que atraviesan las naciones, por eso siempre me refiero positivo a mi país. Como latinoamericana también. Por ejemplo, acompaño a Venezuela de corazón, no me uno a la lucha en ningún lado, ni en Colombia, donde el tema de la paz ha sido muy discutido y controversial. Me caracterizo por resaltar lo positivo y acompaño a que la gente se sienta feliz y positiva y de que lo que está pasando ojalá nos traiga un mejor mañana. La paz me ilusiona muchísimo, porque yo soy víctima de la guerra: a mí papá lo mataron en una época complicada del país, él siendo abogado. Puedo considerarme víctima de la guerra pero soy promotora de la reconciliación y no tengo rencores. La alegría en la mitad del caos, el positivismo en la mitad del conflicto, es lo que como artista yo aporto.
¿Qué sigue tras la visita a Costa Rica?
Seguiré promocionando este trabajo. De aquí voy a Guatemala, luego a los Billboard, cantaré con Franco de Vita en Ecuador. Además invito a mi público a que me apoye porque estoy nominada a mejor artista femenina en los premios Heat, que los ganadores los escoge el público, por eso hay que votar en la página de los premios o descargando la aplicación.