El querido lutier costarricense Aristides Guzmán, pionero del oficio de la construcción de guitarras, falleció este viernes 25 de febrero.
El deceso fue confirmado desde el Facebook de Guitarras Hermanos Guzmán, quienes escribieron: “lamentamos profundamente el fallecimiento de nuestro tío abuelo Aristides Guzmán Mora. Nos deja a todos los costarricenses un gran legado gracias a su invaluable labor como lutier constructor de bellas guitarras verdaderas obras de arte. Paz a su estimable familia”.
Hace más de siete décadas, don Aristides confeccionó su primera guitarra. Así se ganó el título de lutier, pues se le llama así a la persona que construye o repara instrumentos musicales de cuerdas.
Aristides fue un lutier pionero y fue uno de los pocos que mantuvieron la tradición en la primera mitad del siglo XX. En una semblanza publicada en Revista Dominical, en el 2017, Guzmán contó que pretendía seguir trabajando en la fabricación de guitarras hasta que muriera. “No sé hacer guitarras. En esto, todos los días se aprende”, dijo en esa ocasión.
Fue el menor de una docena de hermanos y dedicó más de 70 años de su vida a la construcción de guitarras, debido a la pasión y también a la necesidad. La música le gustó desde que era un niño, pero desde la infancia tuvo que trabajar, razón por la que apenas completó el sexto grado.
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Venía del campo –de Santa Marta, en Puriscal, para ser exactos– y migró a San José. Luego vivió en Santo Domingo de Heredia y finalmente se afincó en Tibás. “De todos modos que la vida mía fue como rodar; hoy aquí, mañana allá”, expresó don Aristides en esa misma semblanza. Lo mismo con el oficio: pasó de la agricultura a la lavandería y a la jardinería, antes de trabajar en un taller de guitarras barriendo.
En ese instante de la adolescencia se unieron tres elementos fundamentales: primero, tenía trabajo; segundo, sabía tocar guitarra –o, como dice él, hacía bulla con los amigos–; y tercero, se encendió su curiosidad por el trabajo de maderas a la luz de preguntas como “¿por qué suena la guitarra?”.
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En el taller le permitían jugar con la madera, así que empezó a construir su primera guitarra. Un día, unos muchachos del campo llegaron a la fábrica de don Emanuel Mora –su tío y patrón– y al ver las guitarras que había en el lugar pusieron la mirada fija en la primera creación de Guzmán.
En 1950, junto a su hermano mayor, abrió la fábrica de guitarras Hermanos Guzmán. No obstante, tomó la decisión de dejarle la empresa a su hermano y empezar una fábrica él solo veinte años después.
Comprando un terreno en Cinco Esquinas de Tibás, la Fábrica de Guitarras Arístides Guzmán Mora S.A. se inauguró en 1970. Su trabajo llegó a todo el país, llevando música y alegría a través de sus queridos instrumentos de cuerda.