Akasha: llegar al sol sin quemarse en el intento

No hay ejercicio más difícil que el de resistirse a regresar a la zona donde se está cómodo. ¿Solo un loco podría despreciar ese lugar donde no hay que hacer mayor esfuerzo? Pues si es así, Akasha está perdida en la locura, y encima, tiene una conveniente amnesia selectiva: la de no atesorar las glorias pasadas.

Akasha no desprecia para nada la gira a Estados Unidos, que en el 2008 le dio aquel primer álbum Descriptar (2006); Akasha no menosprecia tampoco el hecho de que pasó de ser una formación emergente, que casi rogaba por un espacio en un concierto, a ser, velozmente, una banda revelación que amasó una legión de fans. Lo que ocupaba era tan solo una oportunidad.

No olvidará que Akasha logró el premio ACAM 2010 a la música nacional por artista de mayor proyección internacional. Como tampoco olvidará que su video de Descriptar llegó a MTV Latinoamérica.

Pero no se trata de que Akasha sea malagradecida. Se trata de que no hay nada más triste que mentirse a uno mismo, y no reconocer que el tiempo pasa y que a su paso uno no es la misma persona que fue ayer.

Parece que Akasha se vio En el espejo. Sí, en el tema tres de su segundo disco recién lanzado, el Cerca del Sol, hay una canción clave y reveladora que dice: Hoy me vi hundido en el lodo, desperté y estaba perdido, sin control tirado en el piso, reconocer que tengo que ir cambiando. Hoy me miro en el espejo...

Bob Artavia (guitarra) y Emmanuel Sotela (guitarra) no son más los chiquitos de cole que eran cuando fundaron Akasha.

Y ni ellos, ni Julio Nájera (voz), Manuel Mauni Villalobos (bajo) y Narayan Barrantes (batería) son más los mismos debutantes que en Descriptar hablaban de la disyuntiva entre la luz y la oscuridad.

Hacia la luz. “No soy adolescente anymore (así habla Julio Nájera). Y por otro lado, desde el principio teníamos claro que no queríamos pasar 20 años con la misma fórmula por más que esta funcione”, cuenta la voz principal de Akasha.

“Cuando Bob y yo hicimos algunas de las canciones de Descriptar, teníamos como 16 años. Ahora tenemos 25 y estamos en un momento diferente. Es importante no repetirse; estamos orgullosos de Descriptar pero ese disco ya fue. Ahora queremos decir otras cosas”, dijo Emma Sotela, quien refuerza así las palabras de Julio Nájera.

Y esas “otras cosas que decir”, son respuestas. Cerca del Sol, igual que la canción que le da título, habla de la búsqueda de la felicidad emprendiendo un viaje hasta llegar a una fuente de luz: el Sol.

Pero hacer eso, querer tocar el Sol sin quemarse en el intento, tiene un precio. “Alguna gente dice: ‘ma’es, qué vendidos, cambiaron.’ Y para mí, inventarse una fórmula y estar 30 años con ella, eso es ser vendido. Nosotros creemos en evolucionar”, confiesa Julio Nájera.

Akasha no haría un Descriptar dos, ni tres, ni cuatro. No quería el mismo sonido, las mismas composiciones ni las mismas estructuras.

En Cerca del sol, Akasha varió incluso su numerología. No fueron esta vez 11 temas, lo normal dentro de un larga duración: fueron siete.

Seis canciones –Amanecer, Alunizar (que es el punta de lanza), En el espejo, Páginas, Desterrado y Cerca del Sol– y la intro de En el espejo que es Reflexión V, un minuto y cuatro segundos de piano solo, melódico y melancólico.

“Es preguntarse: ¿Qué hice con mi vida?, ¿me pasé toda la vida con una fachada que me inventé cuando era más carajillo? Es que uno no puede asumir un personaje de por vida”, dice Julio Nájera.

Y Mauni Villalobos lo apuntala: “Lo que es importante es que todos hemos ido evolucionando en una misma sintonía”.

El bajista da en el clavo. Uno de los grandes puntales de la banda es la unidad y la composición de Cerca del Sol.

Julio Nájera sigue siendo el letrista mayoritario y en palabras y conceptos como “La Voz”, “cábala”, “El Libro de la Vida” y “karma” está claro que hoy, más que nunca, él cree en la magia pura. Pero hubo creación colectiva: Amanecer por ejemplo.

Y temas como En el espejo y Desterrado pertenecen al lote de canciones que Akasha tenía cuando aún no movía el Descriptar.

Faccone y Cambre. Como el asunto era no repetirse y crecer, Akasha no regresó a los lugares de donde ya había partido antes.

Esta vez logró dos alianzas de peso: el productor Benny Faccone y el director argentino de videos Joaquín Cambre, quien realizó el audiovisual de Alunizar.

Trabajar con Benny Faccone, que ha producido o grabado desde a Chick Corea y Weather Report, hasta Michael Jackson, Stevie Wonder y Whitney Houston, fue la gran lección para Akasha.

“Creo que fue mi mejor y peor semana”, cuenta Bob Artavia, y ríe. La presión era mucha.

Por haber tenido el fogueo de trabajar con productores como Federico Miranda (Gandhi), Alberto Ortiz y Jesse Alvarado (en el Descriptar), Akasha iba preparada para soportar la edición y rediseño, cruel a veces para el autor, que debe hacer el productor. Llegó la banda con unos 18 temas entre maquetas e ideas a punta de voz y guitarra.

“Uno siente como que le están arrancado un brazo. Pero igual con él (Faccone) fue demasiado bueno”, dice Julio Nájera.

“Yo soy muy necio pero este señor es tan experimentado, con tanta calle. Decía ‘esto está a destiempo’ y nosotros no le creíamos. Luego lo ponía en la pantalla y era cierto, por un milímetro y él lo podía escuchar. Es increíble. Vivir esta experiencia de trabajar con Benny es algo que nada lo sustituye”, reflexionó Mauni Villalobos.

Faccone delegó en Carlos Murguia –productor de voces para Diane Warren, Luis Miguel, Alejandro Sanz, Billy Preston, Santana y decenas de artistas más– la tarea de guiar a Julio y a Mauni que hace las segundas voces. El Julio que cantaba en Cerca del Sol es otro.

Akasha quiere hacer camino afuera. Y si tiene algo de profeta será como dice en Cerca del Sol: escribiré en mis brazos que triunfé.