La emergencia por la pandemia del nuevo coronavirus covid-19 no solo ha afectado la salud pública, sino que también la economía mundial ya está sufriendo los estragos de una enfermedad para la cual no estábamos preparados.
Así como la salud y las finanzas se han visto atacadas, en temas sociales también hemos vivido grandes cambios, uno de los más fuertes es el que ha vivido el sector artístico a partir de la decisión de muchos gobiernos de cancelar o suspender los eventos masivos para evitar el contagio.
La música es una de las aristas que se ha afectado de manera más directa, ya que como bien explica Giancarlo Guerrero, multiganador de premios Grammy y director de la Orquesta Sinfónica de Nashville, los espectáculos en vivo requieren de la presencia del público.
En nuestro país, los músicos han mostrado en redes sociales su preocupación por la cancelación de eventos, pues la mayoría viven el día a día con contrataciones por lo que su sustento depende de esas presentaciones que, ante la emergencia, las autoridades costarricenses ordenaron su suspensión hasta setiembre. Además, bares y teatros, escenarios comunes de la música, también han sido cerrados por órdenes del Ministerio de Salud.
Pero, los ticos que viven y trabajan fuera de nuestras fronteras también se han tenido que enfrentar a esta situación crítica, alejados de sus familias y de su tierra natal. ¿Cómo se vive en el extranjero esta situación profesional y personal? Cuatro costarricenses nos lo cuentan.
México y Argentina
El músico Luigi Jiménez reside y trabaja en México desde hace aproximadamente dos años, cuando se fue a tierra azteca para tocar con la banda Camilo Séptimo, al igual que se mantiene activo con la agrupación costarricense Patterns. El bajista ahora se encuentra en Costa Rica, ya que tomó la decisión urgente de volver al país porque afirma que la situación en México se puede salir pronto de control, debido a lo que vivió y vio en los últimos días.
Hace dos fines de semana, a Jiménez lo llamaron para que fuera con su banda a tocar al festival Vive Latino, que se llevó a cabo el sábado 14 y domingo 15 de marzo, en el Foro Sol de la Ciudad de México. “Para mí era un concierto de riesgo, pero es mi trabajo. Fue impactante ver que había más de 100 mil personas como si nada estuviera pasando; ahí fue donde me di cuenta de que México no está tomando las precauciones del caso”, explicó el bajista.
A Jiménez y sus compañeros de Camilo Séptimo les cancelaron una gira por Estados Unidos que estaba pactada para tener 35 conciertos, así que ante la situación tomó la decisión de volver a Costa Rica lo antes posible. En México dejó su casa y a sus dos gatos al cuidado de una vecina.
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Por su parte, la cantante costarricense Marianela Villalobos, quien reside desde hace 12 años en Argentina, tuvo que cancelar la promoción y la presentación de su disco Tanto Tico y resguardarse en casa al lado de su esposo y su hijo.
“Las medidas aquí son muy estrictas, no se puede salir, es por ley. Si alguien está en la calle es detenido por la policía”, narró Villalobos, quien es cantante de tango y vive en Buenos Aires.
“Es una situación bastante difícil porque estábamos preparando la presentación del nuevo disco, teníamos fechas confirmadas, ensayos con los músicos y todo está postergado por ahora”, explicó la artista. Además, el esposo de Villalobos también es músico, él es pianista y toca en diferentes agrupaciones a las cuales también se les han cancelado actividades.
“El ambiente artístico es el primero que se ve afectado porque la mayoría somos trabajadores independientes. Esta situación es como si nos hubieran tirado un balde de agua fría, estamos atados”, agregó la intérprete, pues asegura que no tienen un patrón o un salario que responda por su trabajo.
Estados Unidos
Dos casos similares se viven a lo interno de Estados Unidos, uno en Nueva York y el otro en Tennessee.
El director y músico Felipe Fournier, ganador del Latin Grammy, vive en El Bronx, en Nueva York, una de las ciudades más afectadas por el coronavirus, ya que según datos de la BBC, hasta el pasado martes el estado superaba la cantidad de 25.000 infectados.
Felipe y su esposa, la bailarina Argelia Arreola, viven en los Estados Unidos hace siete años; allí han desarrollado sus respectivas carreras. Felipe se ha desempeñado como vibrafonista, director de orquesta y productor; pero ahora, ante la crisis, todas sus clases y presentaciones también fueron canceladas.
“Está horrible. El fin de semana que se declaró la emergencia me cancelaron poco a poco las actividades y, al final, fueron 15 cancelaciones en un fin de semana. Ya no hay giras, conciertos y tampoco doy las clases que estaba ofreciendo en un programa para niños latinos con vulnerabilidad social de El Bronx ”, explicó Fournier.
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De acuerdo con el artista, pese a que el alcalde de Nueva York está haciendo un trabajo responsable, falta mucha educación para las personas en riesgo social que no han tenido acceso a educación de calidad, ya que pese a las advertencias, muchos siguen en la calle (trabajando los que necesitan y otros solo compartiendo con sus vecinos).
Fournier contó que hay organizaciones que se han sumado a apoyar a los artistas frente a su situación económica. La Unión de Músicos de Nueva York y la Academia Latina de la Grabación (Grammy), han buscado cómo ayudar a sus afiliados.
“La Unión logró meternos a los músicos en las planillas de desempleo, pero hay que llenar un formulario y luego llamar al estado para una entrevista telefónica, lo que pasa es que las líneas están saturadas. Los Grammy están abogando para que incluyan a los trabajadores de la música en un fondo de alivio”, contó el vibrafonista.
En la ciudad de Nashville, Tennessee, está Giancarlo Guerrero y su familia desde hace 12 años. Guerrero es el director de la Orquesta Sinfónica de Nashville, con la cual ha ganado varios premios Grammy y ahora se adecúan a la emergencia internacional.
Guerrero y la orquesta tenían programada una gira por Europa en estas semanas, pero no salieron de los Estados Unidos para realizar las presentaciones porque las cancelaron.
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“El hecho de que nosotros dependemos de la música en vivo y de las aglomeraciones, cuando llegaron las directrices nos vimos directamente afectados. Fue un cambio inmediato, que nos agarró completamente fuera de base, de la noche a la mañana hubo que cancelar conciertos, actividades y ensayos”, afirmó Guerrero.
Además, hace tres semanas Nashville se vio afectado por un tornado que destruyó casas y provocó muertes. “El tornado golpeó el centro de la ciudad una semana antes de cerrar todo por el virus. La emergencia afectó a varios de nuestros músicos que, incluso, perdieron sus casas, así que encima de esto viene la crisis del coronavirus que ha hecho todo más difícil”, contó el director.
Sin embargo, Guerrero, quien se define como un gran optimista, afirma que guarda mucha esperanza y le pide a sus colegas que cuando todo vuelva a la normalidad, retomen su pasión. “Sé que estamos en momentos de incertidumbre y dificultad económica para muchos colegas, pero espero que esto se solucione pronto y cuando pase seguiremos los artistas en el escenario, porque el público necesita de este alimento espiritual que es la música”, aseveró.