Ana Torroja se presentó el jueves 8 de junio en el teatro Melico Salazar con su gira 'Conexión'. Fotografía: John Durán (JOHN DURAN)
Con el teatro Melico Salazar a reventar, la artista española Ana Torroja demostró su temple como artista y como mujer entregada.
Desde que pisó el escenario del teatro la noche del jueves donde presentó su espectáculo Conexión, Torroja fue todo amor y entrega para su público. La española realizó un repaso amplio por su carrera con la desaparecida agrupación Mecano y también por los temas que ha hecho éxitos en su faceta como solista. No quedó ningún corazón roto, ni una garganta estuvo en silencio, Ana fue espectacular.
La cita musical de la intérprete de Hijo de la luna con su público costarricense se dio con el fin de apoyar a la Fundación Cadena Mayor que ayuda a la población adulta mayor de nuestro país. Los fans de Ana respondieron, mientras que ella, desde el principio de su espectáculo agradeció la oportunidad de brindar su talento para la causa.
A eso de las 7:30 p. m. apareció regia en tarima. Acompañada por cinco músicos (guitarras, batería, bajo y teclados), Torroja se veía hermosa y juvenil con un atuendo elegante, pero a la vez muy a su estilo pop.
La primera canción de la noche fue Fuerza del destino. Su voz sigue ofreciendo esos matices de romanticismo y delicadeza que la han definido durante su trayectoria. El primer regalo por parte de Mecano fue la perfecta excusa para darle rienda suelta al amor que dominaría durante toda la velada.
El público la adora, eso quedó demostrado desde que Ana entró a escena. Casi de inmediato y sin dejar espacio para los suspiros, Ana cantó Hoy no me puedo levantar, marcando así el ritmo de sube y baja de emociones que llevaría el espectáculo. Con A contratiempo, tema con el que se presentó como solista allá por el año 1997, le puso más romanticismo a la cita.
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La complicidad entre Ana Torroja y sus músicos se sintió a flor de piel durante su concierto el jueves 8 de junio en el teatro Melico Salazar. Fotografía: John Durán (JOHN DURAN)
El montaje en escena era sencillo, pero tanto el juego de luces de colores como el humo en el ambiente matizaron a los presentes y los metió en una especie de intimidad y complicidad entre artista y sus fans.
"Cuando uno lleva tanto tiempo cantando estas canciones, vosotros podéis pensar que si no me aburro, pues no me aburro. Las sigo cantando primero porque sé que las queréis escuchar, segundo porque me sigo emocionando al cantarlas y por último, porque hay canciones como esta que sigue hablándole al sentimiento más puro que hay: el amor", las primeras palabras que ofreció Ana para su público las usó para presentar uno de sus más grandes éxitos: Mujer contra mujer. Torroja le cantó al amor, a ese que no tiene nombres ni etiquetas, como ella misma lo había dicho en entrevista con Viva hace unos días.
La emoción de la audiencia no se hizo esperar, esa definitivamente era una de las canciones más esperadas de la noche. Por su parte, la cantante le puso toda la intimidad que se merece el tema que habla de una relación entre dos mujeres que no es bien vista por la sociedad.
El repertorio siguió llevando a los fans de Ana y de Mecano por un viaje a las décadas de los años 80 y 90. Cruz de navajas, Maquillaje, El 7 de septiembre, fueron coreadas con intensidad, con pasión.
Calidad
Un vaso con agua de coco fue la hidratación que mantuvo la energía de Ana durante el recital. Fue complaciente con sus seguidores, ella sabía perfectamente cuáles eran las canciones que querían escuchar y se dedicó a hacerlos felices.
A mitad del espectáculo llegó la oportunidad para escuchar un medley de temas que, como la propia Ana comentó, eran infaltables en sus espectáculos, pero había poco tiempo para cantarlos, así que hizo un resumen con Dalí, Quédate en Madrid, Cementerio, Naturaleza muerta y otras.
Aunque la audiencia estuvo muy emocionada desde el inicio, había algo de timidez en la interacción, tal vez porque el concierto fue en un teatro. Sin embargo, cuando sonó Ay que pesado, algunas personas del público se pusieron de pie para bailar. Pero el punto más alto de la noche llegaría con Un año más, en ese momento nadie se quedó sentado y todos los presentes se dejaron llevar por este clásico de Mecano. Hubo una explosión de papeles de colores, algo pocas veces visto en un recinto como el Melico. Ese punto marcó la primera salida de Ana de escena.
Inquieta, así estuvo toda la noche Ana Torroja en su concierto en el Melico Salazar. La artista se entrega a su público y muestra romanticismo, sensualidad y emoción en escena. Fotografía: John Durán (JOHN DURAN)
Todos sabían que todavía quedaba más, que había que esperar un cierre muy especial y llegó. Ana volvió con sus músicos, esta vez con un hermoso vestido de lentejuelas con un tucán al frente y botas de color rojo hasta las rodillas. Ya con el éxtasis al borde, Ana interpretó Hijo de la luna. Con ternura y emoción, la pieza erizó pieles, provocó lágrimas y un gran aplauso.
Para el cierre, de nuevo complaciente, la española de 58 años, parecía que tenía todavía mucho que dar y así fue. Torroja invitó a su público a que le pidiera canciones. "De algunas no me voy a acordar, pero las cantaré", dijo. La invitación la retó a interpretar a capela temas del recuerdo como Sentía, Soy y El fallo positivo, demostrando una vez más su calidad vocal.
El cierre, como era de esperarse fue por todo lo alto. Faltaba una canción, tal vez la que fue más coreada esa noche. Me cuesta tanto olvidarte fue el gran final de una noche donde Ana emocionada cantó por dos horas.
Labor social
De acuerdo con la agencia de comunicación Tres Puntos, el dinero recolectado en el concierto de Ana Torroja será utilizado por la Fundación Cadena Mayor en conjunto con la Universidad Santa Paula para realizar dos proyectos de labor social enfocados en la población adulta mayor.
El primer proyecto que se beneficiará con los recursos será el centro de Cuidados Paliativos de Curridabat. Además, como segundo proyecto se apoyará a la Asociación Península de Nicoya Zona Azul con el fin de mantener y respaldar a la población longeva de la comunidad.