La siempre agitada avenida central de San José se apaciguó la mañana de este jueves 5 de setiembre. Las personas que iban en distintas direcciones fueron atraídas por un hecho poco usual. En una de las vitrinas de la tienda La Gloria había un señor que con sus manos hacía algo. Al acercarse los curiosos descubrían que quien estaba era un zapatero iniciando la creación de un par de calzado.
Gerardo Chaves, de 66 años, estaba sentado en su banco y en una pequeña mesa tenía lista la horma y un poco de cemento, sus dedos expertos colocaban el pegamento para que las personas más jóvenes conocieran el proceso que lleva crear de cero un par de zapatos, trabajo cada vez menos frecuente en el país por la cantidad de producto importado que se comercia.
Daniel del Barco es uno de los diseñadores que para la producción de sus diseños emplea artesanos que crean el calzado que él antes plasmó en bocetos. Durante casi nueve años, don Gerardo fue parte de los artesanos que trabajaban en la fábrica de Del Barco, una que se redujo y tuvo que recortar parte importante de su personal.
Hace dos años don Gerardo no cuenta con un trabajo formal, ello porque cada vez menos personas acuden a un zapatero.
Este jueves, Daniel del Barco quiso honrar a quienes por tantos años han trabajado como zapateros. Don Gerardo fue el rostro de este acto, primero para reconocer a los talentosos artesanos y también para darle exposición a don Gerardo y así ayudarle a reubicarse en un empleo formal.
“En el mes de la patria en el que todos cantamos ‘vivan siempre el trabajo y la paz’ y en un momento social como el que estamos viviendo los costarricenses, en el que todos los días se habla de bloqueos, de huelgas, donde hay tantos intereses de por medio, cada quien jalando para su saco. Me pareció importante hacer un llamado de atención, de volver los ojos hacia lo más básico, nuestra esencia, idiosincrasia y qué mejor que hacerlo con un oficio ya casi olvidado como el oficio del zapatero.
LEA MÁS: Daniel del Barco explora otras opciones de diseño de calzado en su nueva colección ‘Costa Brava’
"Me parece que en la cara de don Gerardo podríamos perfectamente visibilizar a todos esos zapateros, labriegos sencillos que todas las mañanas se levantan para hacer su trabajo, gente que no puede darse el lujo de ir a hacer un bloqueo o una huelga, entonces me parece que es importante ver hacia adentro”, explicó Del Barco, quien actualmente trabaja con 16 personas en la creación de sus zapatos, entre ellos hay seis zapateros.
Don Gerardo Chaves agradeció el reconocimiento, sin embargo, lamentó que queden tan pocos talleres en el país. En su natal Cristo Rey, barrio donde aprendió el oficio, dice que antes había hasta 20 zapaterías, ahora si acaso quedan dos.
Aunque este zapatero tiene edad para estar pensionado, dice que le quedan tres años de cotizar para poder llegar a la mitad de las cuotas y así pensionarse, ello porque por muchos años lo empleaban, pero no contaba con seguro social.
“Antes no se cotizaba. A veces había personas que no teníamos trabajo estable, entonces llegaba otro señor y decía que pagaba tanto y uno se iba a trabajar con él. Tenía estabilidad laboral, pero no económica. El tiempo que trabajé con don Daniel sí estuve asegurado y algo muy bueno es que él trabaja todo artesanal y remunera muy bien. Ahorita no tengo trabajo estable y espero que luego de esta exposición se presente una oportunidad estable”, detalló Chaves, quien estará los días 6, 7, 13 y 14 de setiembre en la vitrina de tienda La Gloria mostrando cómo hacer zapatos. Los cuatro días llegará de 3 a 6 p. m.
La moda llega a la capital
Daniel del Barco, diseñador desde hace más de 36 años, es conocido por crear zapatos que han sido usados por la expresidenta Laura Chinchilla y desde hace varios años es el patrocinador oficial de Miss Costa Rica y calza a la reina tica en Miss Universo. Sin embargo, sus creaciones no son exclusivas del mundo de la política y la belleza.
Este 5 de setiembre se comunicó oficialmente que su marca se mudó al centro de San José, antes su tienda estaba en Escazú y ahora se instaló en La Gloria. Con esa llegada, se refuerza el plan del diseñador de democratizar la moda en Costa Rica, pues sus zapatos oscilan entre los ¢22.000 y los 39.000.
“Tras luchar, hemos logrado posicionar una marca como nadie lo ha hecho. Tuve fábrica muy grande, pero hace tres años tuve que hacer cambios, reducir la planilla en una cuarta parte y desde hace 18 meses he fabricado algunas colecciones fuera del país, que por razones de tecnología y otras cosas es más rentable hacerlo allá. Pero hemos mantenido una célula de producción muy interesante en Pavas, en la que fabricamos zapatos de tacón que son el ADN de la marca, importamos cueros de Brasil, de Italia, España y México. Muchos zapatos planos y tenis se hacen afuera, por tema de ventajas competitivas.
"Apuntamos a la democratización de la moda y el diseño. Este no es un producto que se tiene que sentir inaccesible”, aseveró.