Depardieu se siente traicionado por Francia y feliz en Rusia
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Mal con su patria. El actor francés y nacionalizado ruso, Gerard Depardieu, que decidió renunciar a la ciudadanía gala tras la decisión del Gobierno socialista francés de elevar al 75% los impuestos a los más ricos, dijo ayer, sentirse ruso, y mal por los franceses.
“Los franceses me han traicionado y me considero prácticamente ruso, con un corazón ruso-francés”, dijo el actor en rueda de prensa durante la presentación de la película para televisión Rasputin, durante el Festival Internacional de Cine de Moscú.
“Si has venido por los altos impuestos, pues dilo así. Como dice mi productor francés: 'Mi patria es aquella en la que se pagan menos impuestos”, subrayó el director del festival Nikita Mijalkov.
Depardieu rueda en estos momentos en Moscú y en Grozni, capital de Chechenia, Biriuzá ( Turquesa ), su primer filme desde que se mudara a Rusia y en la que interpreta a un gánster enamorado de la hermosa británica Liz Hurley.
Además, protagonizará una película sobre los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, que se celebrarán en febrero de 2014.
El actor se ha empadronado en la ciudad de Saransk, capital de la república rusa de Mordovia, a unos 600 kilómetros al este de Moscú, donde tiene previsto abrir un restaurante. “Estoy muy orgulloso de estar aquí. Aproveché la oportunidad y acepté este pasaporte. No se puede cambiar de nacionalidad (francesa), pero se puede escoger un Estado, una vida, una libertad, una democracia, como yo lo entiendo”, declaró Depardieu.
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