La propuesta de un complejo habitacional dirigido a la clase media que propone la recuperación de la quebrada Los Negritos, en barrio Escalante, fue la ganadora del Primer Concurso de Vivienda Sostenible para Clase Media.
Así se dio a conocer ayer en el acto de premiación realizado en el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).
El anteproyecto es obra del equipo 50 al Este, liderado por el arquitecto Rodrigo Carazo. Ellos recibieron $20.000, así como apoyo en la estructuración financiera para concretar el proyecto.
Asimismo, se entregaron dos menciones honoríficas: una fue para el equipo Sostenible, de Benjamín García Saxe, y la otra para Arquitectura y Sostenibilidad, de Marcos Liberman.
Ellos se impusieron a 40 equipos inscritos que presentaron un total de 21 anteproyectos.
El jurado estuvo integrado por German Samper (Colombia), David Marillón (México), Marcelo Cavalho (Brasil), Manuel Arguello y Gabriel Kleiman (Costa Rica).
La convocatoria del concurso se dio en mayo con el fin de promover el diseño de complejos habitacionales verticales (al menos tres pisos), los cuales fueran una opción de vivienda sostenible en la Gran Área Metropolitana (GAM).
Aparte de ser edificios verticales, los lineamientos del certamen exigían que las propuestas usaran materiales que tuvieran un menor impacto en el ambiente, buscaran un aprovechamiento de las energías limpias, tuvieran un menor consumo de agua y un manejo integral de residuos.
Asimismo, las propuestas debían ser económicamente viables para personas de clase media y factibles de ser construidas.
Este primer concurso fue promovido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Banco Popular, así como por los ministerios de Ambiente y de Vivienda.
Carazo explicó que su propuesta utiliza un sistema de biojardineras dispuestas en zigzag que filtran y sanean el agua de escorrentía y las aguas grises, las cuales pasan a una planta de tratamiento para ser purificadas y devueltas al río.
Lo quebrado del terreno también representó un reto para el equipo de arquitectos e ingenieros, ya que el cañón del río abarca más del 50% del área y tiene una caída de diez metros con ángulos de 80 grados. Eso lo solucionaron creando un parque lineal donde se plantarán especies que atraigan aves.
“Se mapearon todos los pájaros de la zona y se hizo un estudio de vegetación. Queremos que sea un corredor biológico por el río Torres”, explicó Erick Calderón, quien se desempeñó como urbanista.
“La idea es que todo ese parque lineal, aunque es terreno privado, se le ceda a la comunidad para que sea de todos. No es solo para quienes viven ahí, sino que es para toda la ciudad”, agregó Carazo.
Asimismo, la propuesta ganadora contempló el contexto donde se construirá el complejo habitacional de 90 unidades. Esto, con el propósito de evaluar la cercanía a servicios públicos, transporte, centros de trabajo y estudio, lo cual incide en la huella ambiental de cada ciudadano.
“La construcción sostenible no es más que el compromiso que adquirimos con cada uno de nosotros”, destacó Grethel Aguilar, directora regional de UICN.
Esto, dado que el 75% de los latinoamericanos vivimos en áreas urbanas, y se calcula que, en el mundo, el número de personas que habitarán las ciudades se duplicará al llegar el año 2030.