El Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) vuelve ser noticia debido a un proyecto de ley, presentado el miércoles 24 de enero por el Poder Ejecutivo, para reestructurar la cartera, que propone la eliminación de algunas entidades adscritas, la desaparición de juntas administrativas y consejos y juntas directivas, así como un mayor poder de decisión del jerarca de turno. De inmediato, saltaron las reacciones del medio cultural que alertan de la concentración de poder y los cambios innecesarios que promueve la iniciativa.
El de Cultura es un ministerio con una estructura burocrática muy compleja, ya que posee una administración central que, además de varias oficinas técnicas, también está integrada por cinco grandes direcciones (Gestión Sociocultural, Centro de Patrimonio, Bandas, Sistema Nacional de Bibliotecas y Centro de Producción Artística y Cultural) y departamentos como Proveeduría, Servicios Generales y Financiero Contables, entre otros.
Asimismo, el MCJ cuenta con 14 entidades adscritas (órganos desconcentrados), entre ellas el Teatro Nacional, el Centro Nacional de la Música, el Archivo Nacional, el Museo Nacional, el Teatro Melico Salazar y el Museo de Arte Costarricense.
Precisamente, la propuesta elaborada por el propio MCJ y Mideplan (Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica), llamada “Ley para el fortalecimiento y modernización del Ministerio de Cultura y Juventud”, pretende eliminar la desconcentración y personalidad jurídica de cinco museos, que son parte de sus adscritas: el Histórico Juan Santamaría, el Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer, el Rafael Ángel Calderón Guardia, el de Arte Costarricense y el de Arte y Diseño Contemporáneo.
El Ejecutivo pretende que los cinco se conviertan en programas de la administración central del MCJ.
Desaparición de los órganos colegiados del MCJ, un tema espinoso
Según el proyecto de ley, todos los órganos desconcentrados, a excepción del Consejo Nacional de la Política Pública de la Persona Joven, tendrían grado mínimo de desconcentración y desaparecerían los órganos colegiados, desde juntas administrativas, juntas directivas hasta consejos directivos de la entidades. Las funciones de esos órganos colegiados se las traslada a la persona directora de cada institución, un puesto de confianza nombrado por el ministro de turno.
Los especialistas consultados por La Nación aseguran que la eliminación de los cuerpos colegiados de cada entidad es, precisamente, uno de los grandes problemas del proyecto de ley.
Para Jody Steiger, exdirectora del Teatro Nacional, y Hugo Pineda, exdirector del Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer y asesor en tema de museos, los cuerpos colegiados, como las juntas y consejos directivos, son sumamente importantes para los directores de las adscritas porque les brindan mucho soporte, orientación, diversidad de puntos de vista y balance. Incluso los acuerpan desde un punto de vista jurídico en su toma de decisiones claves para el sector, desde presupuestos hasta fondos concursables y otros.
“Es una equivocación quitar la Junta... Cuando era directora del Teatro Nacional, mi grupo más cercano era la junta directiva. Me apoyaban, me hacían pensar mejor las decisiones y, si era necesario, me abrían los ojos. Siempre son personas nombradas por el jerarca y aportan diferentes puntos de vista; es decir, mejoran las decisiones de la dirección”, explica esta experimentada diseñadora de luces y mujer de teatro.
Steiger no ve cómo esta propuesta apoyaría al público costarricense ni al gremio cultural. “No se justifica hacer el cambio. Además, nuestros problemas no serían atendidos por este proyecto”, afirma.
Pineda estima que la concentración en la administración y de poder producirá un debilitamiento en las instituciones. “Primero, eliminar y trasladar esas responsabilidades requeriría un largo proceso de acomodo. Lo otro es que las juntas directivas son órganos que dan mucho soporte, orientación y acuerpamiento a los directores”, dice.
A su juicio, es cierto que se requiere actualizar y hacer cambios en el MCJ, pero debe ser con una visión de futuro y sentido de realidad. “El país no está para esto (el proyecto de ley)”, remarca.
Se eliminaría la representación del sector de cine
En el caso del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (Centro de Cine), la iniciativa del Ejecutivo eliminaría el Consejo Nacional de Cinematografía y sus funciones se trasladarían por entero a la dirección. Marcelo Quesada, exdirector artístico del Costa Rica Festival Internacional de Cine y codirector de la distribuidora Pacífica Grey, asegura que dicho Consejo tiene una incidencia muy importante en el gremio audiovisual. En ese órgano participan dos representantes del gremio audiovisual, que abarca cine, televisión, animación y otras partes de la industria; el otro campo le corresponde nombrarlo al MCJ.
“Es un contrapeso y espacio de diálogo. Tanto la cabeza del Ministerio como la dirección del Centro de Cine son puestos de confianza, no siempre tienen el conocimiento técnico de un ámbito tan particular como el cinematográfico. El Consejo ha sido un espacio serio y técnico que ha permitido enfocar mejor la política pública en el ámbito”, manifiesta.
Otro aspecto a considerar es que el Consejo cuenta con participación del sector audiovisual y, advierte Quesada, más bien muchos otros proyectos de ley y propuestas en este ámbito en la última década han querido ampliar la cantidad de personas que conforman el órgano para tener perspectivas más amplias.
El codirector de Pacífica Grey aportó otra alerta: “Tengo que decir que estos últimos seis o siete años, desde el sector de cine, la tónica ha sido defender lo poco que hay porque los liderazgos en Cultura han tenido una vía de bajar presupuestos y reducir mucho la incidencia del Ministerio, así que en este panorama hay una preocupación latente porque exista una concentración de poder”.
Debe recordarse que a mediados del 2022 fue el Consejo Nacional de Cinematografía el que frenó el despido de Raciel del Toro como director del Centro de Cine, una remoción a la que se oponía el gremio audiovisual. Esa negativa a despedirlo le costó su puesto al primer viceministro de Cultura de la actual administración, Ernesto Calvo, por “pérdida de confianza”, como argumentó la ministra Nayuribe Guadamuz.
Decisiones de Cultura quedarían en pocas manos
La toma de decisiones en unas pocas manos es un tema que también inquieta a la seccional de la Asociación Nacional de Empleados Públicos en la Orquesta Sinfónica Nacional -agrupación que forma parte del Centro Nacional de la Música.
“Este proyecto de ley, así como el que recientemente presentó el partido Nueva República, deben de ser analizados a consciencia para comprender el efecto que tendría. Es una lástima que en la creación del proyecto no se haya realizado la gestión adecuada de los interesados a través de un proceso horizontal”, expresa la violista Irene Monterroso de la seccional.
Los consultados se preguntan, además, cuáles son las mejoras significativas que la iniciativa aportaría para el país y de qué forma esto moderniza a la cartera.
Las alertas no paran de dispararse con las primeras lecturas de las 46 páginas del proyecto de ley para reformar el MCJ, que se tramita en la Asamblea Legislativa con el expediente N.° 24.144 desde el miércoles.