La lluvia arrulladora y perenne, que baña los campos verdes de los que brotan flores de colores inspiraron al artista Álvaro Gómez para crear su más reciente exposición
La muestra se exhibe en la Galería Nacional del Museo de los Niños y reúne 17 obras entre pinturas y grabados a modo de poesías pictóricas que exaltan la majestuosidad del bosque lluvioso.
El artista fijó su atención en un tipo de paisaje muy familiar para los costarricenses; sin embargo, poco explorado en las artes visuales. “En Costa Rica llueve durante ocho meses al año y por esta razón la lluvia y el paisaje alrededor de ella son los protagonistas de mis pinturas ”, explicó el artista.
Las 17 obras –8 acrílicos sobre tela, tres serigrafías y seis monotipias– son el resultado de una extensa residencia artística en Monte Azul, un hotel de lujo cuyo concepto se basa en la conservación de la naturaleza y la promoción del arte contemporáneo. Durante un año, Gómez trabajó sus obras en el estudio de Monte Azul, cuyas instalaciones están ubicadas en Chirimol de Rivas en Pérez Zeledón.
“La riqueza visual del bosque primario en las faldas de la cordillera de Talamanca, específicamente del cerro Chirripó, inspiran mis obras de una forma casi poética. El agua, el viento y los llamativos colores de las flores en medio del verdor toman el lienzo con trazos libres y espontáneos”, dijo Gómez. Así, en vez de escribir versos, el artista deja que las manchas, las texturas y las pinceladas perfilen con gran fuerza visual la exuberante flora que resguarda el bosque lluvioso.
Sin embargo, el escenario podría ser cualquier jardín doméstico. “Mis obras encierran un mensaje positivo que exhorta al ser humano a proteger su más valioso tesoro, la naturaleza”. La muestra se exhibe hasta el 29 de agosto.