Es domingo por la noche y hay dos bandas de bagajes muy diferentes que son servidas como un par platos principales, en una velada que suma cerca de tres horas de metal.
No es la primera vez que la Productora Black Line consigue juntar en el escenario a dos propuestas disímiles logrando sumarlas en un combo que se siente natural. Quien quiere disfrutar la doble tanda llega temprano y se queda hasta el final. A quien solo se le antoje uno de los dos grupos, planea su llegada y salida a su conveniencia. Es así de fácil.
Sin embargo, tanto Eluveitie como Overkill tienen mucho que dar. Si se les buscan similitudes, la presencia de ambos en tarima es atrayente y su propuesta es enérgica, sin miramientos.
Eluveitie es una banda suiza de folk metal que tiene poco más de 15 años sobre los escenarios. Su obra se caracteriza por la mixtura entre el death metal melódico y la influencia explícita de la música celta, con un desenlace que cabe en el folk metal.
La fusión es atractiva en el escenario por el contraste entre la instrumentación usual de un grupo pesado y la adición de elementos más tradicionales como una zanfona, violín, buzuki irlandés, un arpa celta, gaita y pequeñas flautas irlandesas.
En las voces son primordiales los gritos guturales cortesía del líder Chrigel Glanzmann, pero se suman las melodías de la soprano Fabienne Erni; así entonces los temas transitan en dos mundos diferentes, complementarios.
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De Eluveitie quizá pueda sentirse una ambivalencia. Sus momentos más ‘tarreados’ permiten apreciar la calidad de sus integrantes y la buena sincronía del conjunto, pero luego el momentum baja con frases que aluden a un metal quizá un poco empalagoso y “mágico”. De todas formas, su energía nunca cae en su show de duración justa para quienes desean un repaso por su material discográfico que mantiene la esencia del grupo en vivo.
En Eluveitie, el baterista Alain Ackerman dejó una gran impresión por su destreza y velocidad. Tomando en cuenta que la barra había quedado alta, Jason Bittner, batero de Overkill hizo un trabajo impresionante, para la segunda presentación de la noche. Bittner es la última ficha de la agrupación estadounidense de thrash metal. Su inclusión fue un acierto para la interpretación que exige el cancionero del grupo: ensordecedor, apabullante y de precisión rítmica. Las dos guitarras y el bajo punzante se suman en una marcha avasalladora.
Overkill lanzará su disco número 19, antes de que se termine el mes de febrero. Todavía mantiene la esencia sónica de sus álbumes de los años 80. Quizá ese efecto perdura especialmente por la voz aguda de Bobby “Blitz” Elsworth, que canta como si los años no pasaran.
Es un frontman que administra bien la energía, se mueve poco, pero grita mucho. Seguramente habrá quienes describan su interpretación como “puros chillidos” pero ese sonido ha sido parte de la firma de la banda, desde su fundación.
El grupo fue capaz de saltar a tarima detonando como un bombardeo y ni siquiera la falla técnica que los calló temporalmente apenas en la primera pieza, impidió que el conjunto regresara al ataque con la misma intensidad.
Overkill mantiene vitalidad y la aplica en un setlist que ofrece piezas de distintas épocas: Wrecking Crew, de 1987, Coma e Infectious de 1991, Ironbound, del 2010 e inclusive Head of a Pin, un adelanto de su venidero álbum Wings of War.
La historia del thrash quizá no le ha dado el mérito que se merece esta banda, mientras que su música sigue llena de energía; aplastante.
EL CONCIERTO
ARTISTAS: Overkill, Eluveitie
LUGAR: Peppers Club
FECHA: 10 de febrero
ORGANIZACIÓN: Black Line Productions