Cada 60 años, los Tao Tie reptan hacia la superficie y, con sus masivos cuerpos serpentinos, amenazan con destruir la China medieval. Ante la fuerza arrasadora de estos monstruos alienígenas, la Gran Muralla ofrece una protección suficiente, pero endeble. Cada vez que los Tao Tie emergen, la humanidad peligra.
En medio de un nuevo ciclo de destrucción, dos mercenarios europeos se tropiezan con un ejército chino en pie de guerra. William (Matt Damon) y Tovar (Pedro Pascal) venían a la China medieval en busca de los secretos de la pólvora, pero se encuentran prisioneros entre los guerreros más temidos de Asia, el General Shao (Zhang Hanyu) y el Estratega Wang (Andy Lau).
Así empieza La Gran Muralla (2016), un espectáculo visual que confirma las apuestas de China por convertirse en el nuevo superpoder del cine de blocksbusters . La Gran Muralla no es una película de acción nada más: es un evento.
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La producción más costosa de la historia china ($135 millones) aterriza hoy en Costa Rica con su mezcla improbable de acción y fantasía, alienígenas, Matt Damon y las coreografías de batalla de Zhang Yimou, acuerpada por una taquilla robusta en su tierra de producción, pero algo tibia por las críticas mediocres en todas partes.
La película se ve cara. En estridente 3D, ofrece un trabajo de cámaras de agilidad heroica, así como escenas de lucha planificadas para lograr un impresionante sentido de conjunto, proporción y energía.
Dalian Wanda Group Co. ha apostado todo por La Gran Muralla . Por ello sedujo a Matt Damon, una de las estrellas occidentales más populares en China, atraído quizá por la posibilidad de un mercado inmenso y también por el ojo de Zhang: “Puedes ver una película de Zhang Yimou sin saber su nombre y de inmediato sabes que es una película de él. Quería trabajar con él desde hace mucho tiempo y finalmente tuve la oportunidad”.
También Willem Dafoe se vio atrapado en la superproducción, que se realizó en Qingdao y contó con más de 100 traductores en el set. “Algo agradable sobre esta película, además de ser una fantasía y una aventura, es que se ocupa de diferencias culturales y motivaciones de personas, por qué hacen lo que hacen”, dice Dafoe, quien interpreta a otro mercenario europeo.
Con ellos, Zhang Hanyu, Andy Lau y Jing Tian, célebres por sus cintas de acción, conforman un reparto ecléctico e inédito, adelanto, quizá, del cine espectacular que dominará los años venideros.
Deleite. Si el filme tiene una trama confusa, no importa tanto: quienes han seguido la trayectoria de Zhang Yimou saben que encontrarán un espectáculo visual incomparable. Uno de los directores más prestigiosos del mundo, Zhang es el artífice de dramas que dieron nuevo aire a la cinematografía china, como Sorgo rojo (1987), Ju Dou (1990) y La linterna roja (1991).
Pero su carrera tomó otra senda con filmes como Héroe (2002), La casa de las dagas voladoras (2004) y La maldición de la flor dorada (2006), que ofrecen paisajes sobrecogedores, acrobacias imposibles y un diseño de vestuario tan intrincado que uno duda que sus guerreros pudieran correr o saltar mucho.
Todo eso, pero sin silenciador ni paciencia, promete desbordarse en La Gran Muralla . Pero ni el oficio muchas veces probado de Zhang parecen haber salvado el guion de la trama enredada, los personajes ligeramente desarrollados y el ritmo pesado. En Douban, un sitio web especializado, tiene una calificación de 5,0 de 10, promediado entre 186.000 calificaciones de usuarios.
Tal recepción ha provocado un pequeño alboroto en China, donde el gobierno y los medios oficiales se toman muy en serio la apuesta de sus compatriotas por dominar el mundo del cine.
Como reportó The Economist , tanto Xinhua como el Diario del Pueblo , medios de corte oficial, criticaron a quienes habían reseñado negativamente la cinta, argumentando que “harían más difícil que las películas chinas se hicieran globales”. Algunos sitios borraron o alteraron sus calificaciones negativas; usuarios de redes sociales, por su lado, hicieron lo que quisieron. Al final, los medios progobierno terminaron cediendo, según The Economist .
“Para los medios oficiales, había parecido más fácil disparar al mensajero que examinar por qué los estudios supervisados por el estado están produciendo tantas películas que el público no quiere ver”, sentenció el semanario británico.
“Funciona bastante bien como un juego de acción y aventura, también, a pesar de su simplista trazado”, dice The Observer . “Qué decepción que todo lo que se les ocurrió al maestro chino Zhang Yimou y a la estrella de Hollywood Matt Damon fue una película de monstruos de clase B con delirios de grandeza”, lamenta Rolling Stone .
En RottenTomatoes.com, alcanza 35% de calificación, pero 55% entre votos de la audiencia. ¿Es La Gran Muralla un placer culposo? ¿Una gran diversión sin muchas complicaciones? ¿Una cinta que, sin alcanzar la grandeza, no es tan mala?
Dichosamente, los cinéfilos ticos tendrán oportunidad de decidirlo por cuenta propia a partir de hoy. La mezcla explosiva de Matt Damon y dragones chinos (¡en 3D!) era una receta inimaginable previo a nuestra era. ¿Cómo a nadie se le ocurrió antes?