¿Cómo un pedazo de plástico puede dar tanta alegría? Eso es algo que pensamos ahora, de grandes, cuando vemos a un niño entretenerse con un juguete por un buen rato. Y aunque hoy estos pedazos de plásticos tienen a las pantallas como competencia, el encanto propio de los juguetes no se les ha esfumado.
Mis primos, por ejemplo, pueden pasar horas jugando Minecraft o paseándose por mundos coloridos con Mario, pero en la escuela o cuando mamá les quita las pantallas, las figuras de plástico recuperan su magia.
De ese encanto nace The Toys That Made Us, una serie documental de Netflix dedicada a líneas de juguetes que son reconocibles en cientos de países.
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Los primeros cuatro episodios fueron lanzados el 22 de diciembre y cuentan la historia detrás de las figuras de G. I. Joe, Barbie, He-Man y Star Wars. Si alguna vez tuvo alguno de estos juguetes en sus manos, esta serie le será adictiva.
The Toys That Made Us no es brillante por recurrir al chantaje emocional ni a la nostalgia innecesaria, sino por mostrar las impresionantes historias de cada uno de estas líneas de juguetes, hoy considerados clásicos.
Quizá ahora es lógico y hasta normal que existan todos estos juguetes, pero hace unos 40 o 50 años, producir en masa muñequitos, era una locura. Cada episodio de una hora nos muestra la historia de las empresas, diseñadores y ejecutivos que arriesgaron todo para hacer estos juguetes posibles.
La historia detrás
Uno de los puntos más interesantes de The Toys That Made Us es el crédito que le dan a las figuras de Star Wars como determinantes en la industria.
Aunque los muñecos de G. I. Joe aparecieron primero, en los años 60, pero el fenómeno de Star Wars fue el que catapultó la forma en la que se pensaban y proponían juguetes.
El primer episodio es dedicado a este fenómeno, y aunque inicia con una dramatización muy pobre –que por suerte no vuelve a aparecer en todo el episodio–, es uno de los capítulos más reveladores.
La idea de que una saga galáctica atrajera al público sonaba como una locura, pero George Lucas estaba convencido de que sus naves, héroes y personajes espaciales tenía potencial.
Después de que las casas de juguetes más importantes lo rechazaran, él hizo un trato con Kenner, una pequeña empresa de Cincinnati, Ohio, que pronto se volvió un negocio multimillonario.
La existencia de una línea tan exitosa llevaría a Mattel a crear a He-Man y los Amos del Universo, una línea de juguetes elaborada para que luciera más grande y más fuerte que cualquier Darth Vader.
En el caso de He-Man, la serie animada llegó después de haber creado los juguetes y sus creadores jamás se imaginaron que esas historias tendrían sentido en alguna pantalla. Pero terminaron siendo otro hit.
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Los documentales también explican los orígenes bélicos de G.I. Joe y la visión de un hombre y una mujer de crear la muñeca perfecta para todas las niñas, Barbie.
Hay que decirlo de nuevo: más que nostalgia, estos documentales nos mantienen sorprendidos.
Quién iba a pensar, por ejemplo, que fue por el miedo de que llamaran “muñecas” a los G. I. Joe que se acuñó el término “figuras de acción”. O que hay una figura de colección de Star Wars que vale $15.000 por su rareza.
De niños, los juguetes nos ayudaron a inventarnos las más exageradas fantasías. Pero ahora de grandes podemos darnos cuenta de que, como suele suceder, la historia real siempre es la que nos regala los cuentos más interesantes y descabellados.