Una empresa creó un vaso en apariencia similar a otras, pero con una función que asombra: siempre sabe qué líquido tiene en su interior y no solo revela si, por ejemplo, es una gaseosa, sino que diferencia si es Pepsi, Coca-Cola o Dr. Pepper.
Usando sensores en sus paredes internas, el recipiente analiza en 10 segundos la composición molecular del líquido y sus valores nutricionales. Luego transfiere esos datos, vía inalámbrica, a una aplicación en el teléfono del propietario cada vez que rellena el envase.
Los datos alimentan un registro diario de qué y cuánto bebe la persona, ya sean bebidas frías o calientes, así como calorías, proteína, azúcar y cafeína consumidas.
El envase busca promover mejores decisiones en la ingesta de líquidos y complementar pulseras y relojes inteligentes que rastrean los vaivenes del cuerpo.
De paso, este vaso inteligente de 385 mililitros, libra al interesado de la tediosa tarea de ingresar manualmente todos los datos.
Con una pequeña pantalla vertical, el artefacto incluso alerta cuando la persona debería tomar más agua, mediante una línea azul que se eleva o desciende según el nivel de hidratación del propietario.
A través de una aplicación para teléfonos Android o iOS, el usuario además podrá fijar límites o metas en su alimentación.
Trasto conectado. Se llama Vessyl y es el fruto de siete años de investigación de Justin Lee, cofundador y director ejecutivo la empresa Mark One, con sede en San Francisco.
Reacios a detallar cómo opera el aparato, la compañía solo afirma que los sensores en el envase no tienen contacto directo con el líquido. Un procesador y algoritmos son responsables de detectar de cuál bebida se trata, entre miles ya evaluadas por el equipo de Mark One.
Sin embargo, sus creadores sí enfatizan en que el dispositivo no depende de una biblioteca preinstalada de nombres de bebidas para poder determinar el contenido nutricional de un fluido; hasta los batidos caseros son susceptibles de este análisis.
Esto explica cómo, incluso en la misma categoría de brebaje, el aparato puede discriminar la marca comercial del fabricante.
En un video de Mark One, Lee explica que, con tanta abundancia de aparatos y aplicaciones para el escrutinio de actividades corporales, juzgaron oportuno derramar alta tecnología en un utensilio tan mundano y habitual en la vida diaria, como un tenedor o un plato.
El problema obvio del vaso con interior antiadherente y tapa magnética deslizable contra derrames, es la obligatoriedad de servir allí todos los refrescos del día para un escrutinio exacto de hábitos. Eso y el repunte de viajes al fregadero para limpiarlo en cada servida.
El vaso se carga colocándolo sobre un plato conectado a la pared. Mark One afirma que una hora de carga lo mantiene activo de cinco a siete días antes de una recarga.
La firma planea producir los Vessyl a inicios del otro año con un precio introductorio de $199. Sin embargo, como maniobra para asegurar el capital necesario para la fase productiva, el costo baja a $99 si se hace ya el pedido.