Impresión en tercera dimensión, ingenio y emprendimiento, son los elementos que se conjugan en el país para abrirle camino al desarrollo de prótesis e implantes craneales.
David Meléndez, de 33 años, y Adrián Quesada, de 27, son dos de los jóvenes que han asumido el reto de desarrollar este tipo de dispositivos con ayuda de impresoras 3D.
Meléndez concentra sus energías en las prótesis mecánicas, por medio de su empresa Avant BioMedical. También se enfoca en el desarrollo e investigación de implantes craneales.
Según explica el joven, el secreto es que el diseño sea personalizado, es decir, que se adapte a las necesidades y características de cada usuario.
Una vez identificados los interesados, “se les contacta y se les hace una entrevista. Se toman fotos para determinar dimensiones, y para saber qué actividades realizan. Si, por ejemplo, alguien es deportista y le gusta alzar pesas, usted le adapta la prótesis”, aclaró.
La compañía de Meléndez se dedica a las prótesis mecánicas; esto es “que el movimiento que hace es abrir y cerrar (la mano), nada más”, explicó Meléndez.
El joven se apoyó en una organización llamada Take a Hand, con sede en Chile, donde se imprimieron las piezas más grandes de la prótesis, otras las imprimió y ensambló él mismo.
América Silva, cofundadora de Take a Hand explicó que la empresa desarrolla y diseña prótesis biomecánicas. "David con Avant Biomedical es el gestor, comunicador y pionero tecnológico, que hace posible que las soluciones lleguen a Costa Rica".
Meléndez trabaja en la actualidad en una prótesis para un muchacho de escasos recursos que perdió la mano tras el estallido de una bombeta. Su caso todavía está en estudio.
Otro de los proyectos que desvela al diseñador es el de los implantes óseos. En esta área del diseño comenzó a interesarse en el 2009. “Hay software que te permite traducir tomografías o resonancias magnéticas de las personas en modelos 3D”.
Eso le permitirá conocer la geometría exacta de una persona y así crear un implante a la medida para quien ha sufrido una lesión en el cráneo.
Estos componentes se realizan con material biocompatible, ya sea con titanio o con PMMA (un polímero), indicó Meléndez.
Nueva oportunidad. Otro de los jóvenes que se ocupa del desarrollo de prótesis en 3D es Adrián Quesada. El dispositivo diseñado por él “es totalmente electrónico, funciona con dos sensores: un sensor que detecta la actividad muscular y otro capacitivo (de tacto)”, según explicó.
Esto quiere decir que la prótesis se pone en acción, o se mueve, gracias a que el sensor lee la actividad en los músculos de quien la lleva en su cuerpo.
El primero en recibir la prótesis será Byron Carranza, un estudiante del Colegio Científico de Alajuela. “Él me contactó y me dijo: ‘Quiero estudiar Ingeniería Electrónica; nací sin mi brazo derecho, y me gustaría ayudar en la investigación”, contó Quesada.
El joven ingeniero explicó que uno de los principales retos de desarrollar una prótesis es el poder integrarla al cuerpo de una persona.
Quesada aspira a que su proyecto, Nueva Oportunidad, permita brindar prótesis a quienes las requieran, pero no planea venderlas, sino que estas lleguen a quienes las necesitan por medio de donaciones.