“Todos los días, ellos (los muchachos recluidos en la cárcel de menores) tratan de socavar la infraestructura para lograr fugarse”.
Así, Nils Ching, subdirector de la Policía Penitenciaria, lamentó la actitud de los jóvenes que están recluidos en ese centro penal, ubicado en San Luis de Santo Domingo, Heredia.
Dio esas palabras luego de que trascendiera que, la noche del martes, dos muchachos hicieron un hueco en el techo de uno de los dormitorios de esa prisión para intentar escaparse. Sin embargo, la rápida acción policial lo impidió.
Para Ching, este es un comportamiento que han notado de los internos y que se ha extendido por todo el centro con el objetivo de debilitar la estructura como tal y después poder escaparse o, bien, solo para “hacer el daño”.
Esa actitud es conocida luego de que, el 23 de febrero, tres jóvenes incendiaran un módulo de esa cárcel para “asustar” a los otros reclusos y mostrar poder, confirmó la ministra de Justicia, Fiorella Salazar, en aquel momento.
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Dos días después, cuatro menores de edad de esa misma prisión intentaron hacer un motín porque no les dieron permiso para salir a una actividad deportiva.
El ambiente tan convulso que hay en esa prisión mantiene preocupadas a las autoridades, sobre todo porque, puntualmente, este centro ya tiene varias décadas encima y no fue construido para ser una cárcel. Eso, a criterio de Ching, hace que las instalaciones sean más “débiles aún”.
"Antes era un convento. Hay muchas partes de la edificación que son una combinación entre cemento y concreto y madera. Principalmente las zonas que tienen que ver con los cielorrasos, entonces eso genera una cierta fragilidad en estos puntos que debemos cuidar.
“Las acciones de la Policía van dirigidas a prevenir y evitar que los privados sigan con ese socavamiento, porque también lo hacen hasta para poder hacer armas hechizas. Es una situación que desmejora el ambiente de los centros penales”, puntualizó Ching.
Último intento de fuga
El intento de fuga ocurrió a eso de las 10 p. m. de este martes, pero no trascendió hasta este miércoles.
Según esa cartera, se trata de dos jóvenes que están en condición de indiciados (acusados de algún delito). Sus identidades y el ilícito que cometieron no son revelados porque son protegidos por la ley penal juvenil.
Ellos estaban recluidos en el módulo A, del Centro de Formación Juvenil Zurquí, en Santo Domingo de Heredia. Había otros tres jóvenes, quienes no participaron del escape.
En un momento, estos dos comenzaron a hacer un hueco en el techo del dormitorio para así poder escaparse. Lograron salir del cuarto, pero, para poder huir del centro, debían superar un segundo anillo perimetral.
Ellos ya estaban en área verde y caminaron entre dos y tres metros, cuando uno de los oficiales de seguridad, que custodiaba la zona desde el fortín, divisó a los jóvenes y alertó al resto de compañeros.
Según Ching, los reclusos estaban entre 12 y 15 metros de la segunda malla perimetral.
"Cuando socavan y estaban por salir, los oficiales que estaban a cargo de ese módulo escuchan un ruido. Coordinan con la Oficialía de Guardia para hacer coordinación con los fortineros y estar alertas”, apuntó el subdirector, quien recalcó que no hubo daños a la integridad física ni de los jóvenes ni de los oficiales.
Por su parte, la directora del centro, Sofía Segura, indicó por medio de la oficina de prensa que les aplicarán “las sanciones” respectivas a los jóvenes, de acuerdo con la Ley Penal Juvenil.
Se intentó conocer cuáles serían estas medidas, pero Ching solo expresó: “Se debe valorar por parte administrativa si amerita una sanción a ese nivel o si se eleva a una situación penal”.