Un grupo de reos de la cárcel de Pérez Zeledón vendía serruchos, pinturas, rodillos, alicates, madera y otros artículos prohibidos al resto de sus compañeros, en una pequeña ferretería instalada dentro de una celda.
Tras una requisa realizada el pasado 25 de julio en los siete módulos del centro, la Dirección General de Adaptación Social señaló que esa actividad, al parecer, no estaba autorizada porque nunca fue informada al Instituto Nacional de la Criminología (INC).
“Muchos privados de libertad hacen artesanías y es lógico que ocupen instrumental para este tipo de trabajos, pero estas herramientas se usan en el taller y no pueden pasarlos a sus dormitorios. Un formón, un martillo, un destornillador se vuelven en armas”, comentó Jorge Rodríguez, director de Adaptación Social.
La Policía también notó, durante la requisa, el exceso de comodidades con las que vivía la mayoría de los 728 reclusos, que se sale de los lineamientos establecidos por las circulares N.° 2-2000 y 7-2000, del INC.
William Venegas, subdirector de la Policía Penitenciaria, detalló que durante el operativo se decomisaron nueve televisores, seis radiograbadoras eléctricas, nueve sartenes, cinco microondas, seis planchas y 362 punzones.
Según las circulares citadas, solo puede haber un televisor y un microondas por pabellón.
Además, los reos tenían ocho cafeteras, cinco cortadoras de pelo, tres iPods y nueve hieleras; una de ellas tenía carne y mariscos para comercializar entre los presidiarios. Esto fue decomisado.
Ante tales hallazgos, Rodríguez ordenó el 27 de julio abrir una investigación inmediata para determinar eventuales responsabilidades administrativas contra los funcionarios de la cárcel.
“Hay que sentar todas las responsabilidades y ver cómo se dejaron ingresar los artículos no permitidos en esa cantidad.
”También, cómo se autorizó el ingreso de la carne y el manejo de la ferretería, que incluye dinero, sustancias peligrosas y el traslado de herramientas al interior del centro”, manifestó Rodríguez.
La Policía Penitenciaria ha realizado nueve operativos de requisa después del intento de fuga en La Reforma, el 11 de mayo pasado.
Las acciones han resultado con más de 1.400 puñales, 100 celulares y cerca de ¢4,5 millones en efectivo decomisados. El último operativo se hizo en la cárcel de San Carlos.