Se trata de Harold Josué Álvarez Varela, de 20 años; Randall Gustavo Morales Calderón, de 21; y Jerson Enrique Rivera Mora, de 22.

A ellos, el Tribunal Penal de Cartago los condenó la mañana de este lunes a 20 años de prisión a cada uno por el delito de homicidio calificado. Por separado, también se sigue un proceso penal a dos menores de edad.

Los jueces los responsabilizaron por la muerte de Wendy Batista Pérez, de 43 años, ocurrida el 3 de agosto del 2017 en Coris de Cartago.

La Fiscalía había solicitado 25 años de cárcel para los imputados, pero los jueces consideraron que lo más adecuado era interponer la pena mínima del delito.

El complot

El Ministerio Público indicó, en la lectura de la acusación, que el hijo de Wendy, de apellido Batista, decidió salirse de la agrupación delictiva, por lo cual tuvo problemas con el Pollo.

“Los integrantes de esa banda idearon un plan delictivo para acabar con la vida de la mamá (de Batista) para vengarse de su decisión”, reprochó la fiscala Ana Moya al inicio del juicio.

Moya detalló que uno de los menores de edad, conocido como Cuco, se aprovechó de la relación de confianza que tenía con la ofendida, pues ella fue su madrastra.

Al parecer, Cuco la contactó por teléfono y le pidió que se reuniera con el líder de la banda criminal en Patarrá de Desamparados.

“Por esa relación, Wendy aceptó. Salió de su casa para concretarlo. Para facilitar el plan delictivo, los acusados se apersonaron en un vehículo y le solicitaron que ingresara a ese carro”, indicó Moya, quien añadió que esa acción fue observada por un testigo.

Luego de que la mujer abordó el vehículo, continuó la fiscala, los hombres se dirigieron hacia Cartago, lugar donde le dieron muerte.

“Sin poder saber quién, pero todos de común acuerdo, apuntó el arma de fuego hacia la mujer y a corta distancia la accionó en tres ocasiones dando muerte de manera inmediata”, apuntó.

Una vez que se leyó la sentencia, los familiares de Batista se pusieron a llorar y señalaron que “al fin llegó un poco de justicia”.

Una pariente, quien pidió reservar su identidad por razones de seguridad, aseguró: “Ha sido muy doloroso, nos cambió la vida por completo. No estamos del todo satisfechos con la sentencia porque eso no la va a devolver pero al menos van a pagar”.