Dieciocho miembros de un grupo narcotraficante presuntamente liderado por un hombre de apellidos Rodríguez Chaves, conocido como Pioja, cumplirán un año en prisión preventiva, anunció este lunes el Poder Judicial.
La investigación, denominada caso Imperio, cuenta con 24 imputados, sin embargo, seis evitaron la prisión como medida cautelar, según determinó el Juzgado Penal de Hatillo. Cuatro de estos sospechosos estarán bajo arresto domiciliario con dispositivo electrónico y dos deberán firmar cada 15 días, con impedimento de salida del país.
El caso Imperio trascendió el pasado 19 de julio, cuando 19 miembros de la organización, que al parecer se dedicaba al narcotráfico y la legitimación de capitales, fueron detenidos en 34 allanamientos que realizó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en San José, y otros cantones metropolitanos.
El grupo, asentado en María Reina de Los Ángeles, en Hatillo, incluso reclutaba vendedores con horarios fijos y vacaciones. La banda comercializaba marihuana, éxtasis, clorhidrato de cocaína, crack, tiqui (un tipo de éxtasis), entre otras drogas.
Según estimaciones de la Policía Judicial, el grupo generaba cerca de ¢100 millones por semana. Al parecer, la banda llegó a reclutar a un funcionario de un banco estatal, así como abogados y notarios. Estas personas habrían facilitado información sensible a la organización en procura de impunidad. También habrían ayudado al cambio de dinero en la banca nacional, así como la certificación de documentos simulados para inscribir todo tipo de bienes, como vehículos de lujo y viviendas, entre otros.
La investigación se inició en el 2020, cuando las autoridades recibieron información confidencial sobre el desarrollo de estas actividades ilícitas.
Pioja, el supuesto líder, “es una figura icónica en el crimen organizado de la zona y que ha regentado esta zona de María Reina de Los Ángeles desde hace muchos años”, declaró el director del OIJ, Walter Espinoza, al momento de los arrestos. Según fuentes judiciales, el ahora imputado prefería evitar conflictos, por lo que concentró su dominio en una barriada y no buscaba extenderse a otras zonas.
Para legitimar el dinero ilícito, Rodríguez Chaves habría abierto una tienda en Hatillo. También tenía casas de alquiler y otros negocios.
A pesar de su bajo perfil, vivía en un lujoso residencial en Sabana sur. A su nombre se reportan ingresos mensuales superiores a ¢1 millón, tiene un vehículo marca Toyota del 2014, así como ocho propiedades, una en Sabana y siete en Hatillo.
Asimismo, su esposa, una mujer de apellidos Matamoros Alfaro, posee registrados dos vehículos y cuatro propiedades, todas en Hatillo.