El abogado penalista Francisco Castillo González murió anoche a sus 79 años. El jurista era oriundo de Atenas, Alajuela, casado, padre de varios hijos y vivía en Betania de Montes de Oca. Era egresado de la Universidad de Costa Rica (UCR) donde presentó su tesis en 1967.
“Fue el más connotado jurista del derecho penal que ha tenido nuestro país, reconocido y respetado por la doctrina europea y latinoamericana como muy pocos en la historia jurídica costarricense”, dijo Federico Campos, penalista litigante que fue uno de los alumnos de Castillo en la Maestría de Ciencias Penales de la UCR.
“Sus clases eran realmente exquisitas. Nos deja como herencia una invaluable producción literaria fruto de su constante investigación científica en el campo del derecho penal”, agregó Campos, quien destacó sus virtudes académicas y personales.
Castillo escribió sobre temas tan variados como tipicidad del Derecho Penal, legitimación de capitales y estafas informáticas. Sus aportes fueron fundamentales para el Código Penal de 1970.
Castillo fue profesor de Derecho Penal de la UCR desde 1970, cuando regresó de sus estudios de doctorado en Francia, luego volvió a especializarse en Alemania para obtener un segundo doctorado en Derecho, hasta constituirse como uno de los principales penalistas de América Latina, según palabras del penalista colombiano Fernando Velásquez Velásquez, uno de los que citaba con frecuencia sus escritos.
Entre los casos en que Castillo fue abogado figuró el referido al descalabro financiero del Banco Anglo Costarricense, en el que defendió a finales de los 90 y principios de este siglo a cinco exdirectivos, entre ellos Manfred Amrhrein y Rónald Fernández. También fue el abogado del exdiplomático costarricense Félix Przedborski, en una causa por difamación contra el periodista Mauricio Herrera, quien primero fue condenado y luego absuelto por un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.