La empresa constructora MECO giraba el pago de dádivas a funcionarios del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) por medio de un tercero y de una empresa de alquiler de equipo pesado. Lo hacía así “a fin de ocultar la trazabilidad de los recursos invertidos en los actos de corrupción, bajo la justificación contable de “pago de servicios profesionales”, afirma la Fiscalía en el primero de los expedientes del Caso Cochinilla que ya cuenta con acusación y solicitud de apertura a juicio.
Según la acusación, de la cual La Nación tiene copia, MECO hacía esos desembolsos por medio de Tobías Arce Alpízar, un gestor de cobro ajeno a la constructora, quien también figuraba como presidente de Trac Pesados S. A. El objetivo de las dádivas, indica el Ministerio Público, era lograr que en el Conavi se agilizara el pago de facturas de MECO por concepto de millonarias obras de conservación de vías públicas que estaban en ejecución al momento de los hechos, entre marzo y abril del 2020.
Por estos asuntos están señalados Carlos Cerdas Araya, presidente de MECO, así como su gerente comercial, Alejandro Bolaños Carballo y su gerente de operaciones, Abel González Carballo. También Carlos Solís Murillo, gerente financiero del Conavi, Édgar Meléndez Cerdas, gerente de conservación de vías y puentes y Hugo Zúñiga Fallas, ingeniero de verificación de calidad en la gerencia antes mencionada. Por último, el gestor Arce Alpízar y las personas jurídicas MECO y Trac Pesados. Los delitos acusados son cohecho propio y penalidad del corruptor.
Este proceso se sigue en el expediente 24-000130-1218-PE, el cual es un testimonio de piezas (expediente secundario) originado de la sumaria principal (19-000025-1218-PE). La Fiscalía explicó que se formularon dos acusaciones porque se imputan hechos distintos.
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Agregó que la causa principal continúa bajo investigación en contra de al menos 67 personas más. “Si embargo, debido a la multiplicidad de hechos y personas investigadas, y en razón de que ya se contaba con prueba idónea para formalizar cargos (...) fue que se logró concluir el expediente secundario”, argumentó el Ministerio Público en un comunicado de prensa del 29 de abril.
Estructura criminal
En el recuento de antecedentes, la Fiscalía asevera que entre el 2019 y el 2021 operó un “grupo criminal” compuesto por funcionarios de empresas constructoras, administradores viales, laboratorios de control y funcionarios del Conavi, entre otros, que realizó acciones ilícitas tendientes a generar beneficios indebidos en favor de las empresas en los procesos de contratación y ejecución de proyectos de infraestructura vial.
En el testimonio de piezas se hace referencia a hechos ocurridos entre marzo y abril del 2020, cuando los acusados de la empresa constructora habrían ofrecido almuerzos, botellas de licor y dinero en efectivo para que los funcionarios del Conavi agilizaran el pago de facturas pendientes, todo con la intermediación de Tobías Arce.
Por ejemplo, se cita que entre el 23 de marzo y el 2 de abril, Hugo Zúñiga Fallas habría recibido ¢50.000 en efectivo y un almuerzo en el restaurante Lukas, cuya factura ascendió a ¢41.380 para que procurara el pago ágil de las facturas pendientes a nombre de MECO, por ¢1.228 millones. En aquella época este ingeniero, oriundo de Puntarenas, era el encargado, entre otras funciones, de la aprobación de facturas de obras.
En esas mismas fechas, también se cita que Édgar Meléndez Cerdas habría recibido dinero en efectivo y una botella de licor a cambio de presionar a sus subalternos para apurar el pago de facturas de MECO por un monto total de ¢781,5 millones.
En el caso de Carlos Solís, gerente financiero del Conavi, el Ministerio Público asegura que recibió diversas dádivas, entre ellas, almuerzos en Lukas y el Novillo Alegre, licor y una suma de dinero mensual que no fue determinada. Sobre ese monto, la acusación hace referencia a una intervención telefónica ocurrida en junio del 2020 entre Mélida Solís, dueña de la constructora H Solís, y Juan Carlos Abarca, de la empresa Also Frutales, en la que se sugiere que MECO le pagaba $5.000 al funcionario del Consejo.
Las gestiones del gerente financiero
Al gerente financiero del Conavi, Carlos Solís, entre otros hechos, se le achaca haber redactado cartas de autorización para que sus subalternos pudieran transitar sin restricciones en época de pandemia y pudieran llegar a la sede del Conavi a agilizar el trámite de facturas en favor de la constructora. Según la Fiscalía, en abril del 2020 las acciones del gerente habrían permitido el trámite rápido de ¢2.752 millones por obras ejecutadas por MECO.
Según el expediente, si los pagos no se ejecutaban con celeridad, Carlos Solís entraba en altercados con sus subalternos. Esto también quedó constatado en una llamada telefónica entre el funcionario y Abel González, gerente de operaciones de MECO, la cual fue transcrita en el legajo:
– Carlos: Yo aquí no puedo faltar (...) Ayer la vieja esta hijue**** me hizo lo impensable. Me dijo que todo estaba resulto mae, hasta hora está pasando las facturas la muchacha que le tocaba hoy (...).
– Carlos: Mae, solo por desquitarse, porque la otra le dejó 47 (facturas) ayer y entonces (...) yo suponía que ayer se iba a entregar todo mae, entonces yo dejo las cosas tranquilo huevón. Diay, a las 4 de la tarde recibo un correo de esa hembra diciendo la quejaba, que no había podido ni meter ninguna de las 30 facturas, huevón, mae.
– Abel: ¡Manda huevo!
– Carlos: O sea, yo tengo que estar ahí encima. Decirle a una hijue****, esto tiene prioridad (...). Yo daba por descontado, como yo las fui a ver, le dijo, diay ¿falta meter todo esto? Me dice sí. (...). No metió ninguna, porque lo que hizo fue desquitarse con la otra huevón.
– Carlos: (...). Les dije que no podía con esas actitudes, yo aguantarlas, o sea, amor con amor se paga huevón mae, estoy que me lleva la pu** mae con esa vara huevón.
Como para ese entonces aplicaba la restricción vehicular sanitaria, Solís le dijo a González que iba a confeccionar una carta para que todos los funcionarios circularan sin impedimento. Adicionalmente, le pidió a González que lo excusara con el presidente de MECO, Carlos Cerdas, que le explicara lo ocurrido y por qué las facturas no saldrían tan pronto como lo tenían planeado.
– Carlos: Hoy sinceramente no esperen mayor cosa mae, pero el martes sí (...). Decíle de una vez y aclárale a Carlos (Cerdas) qué pasó de una.
– Abel: Sí no, porque ahora le hablamos a Carlos y Alejandro dijo que vos nos ibas a ayudar. Ayudanos en todo lo que podás ahora.
– Carlos: No, esas pobres (las subalternas) están… Diay no, ya no me quieren hablar porque las cagué todas.
Una vez las facturas fueron tramitadas, Abel González le ordenó a Tobías Arce que le comprara licores de alta gama al funcionario, como parte de la dádiva por colaborar con la agilización de las facturas, agrega el Ministerio Público.
El documento señala que el 7 de abril del 2020, Alejandro Bolaños, gerente comercial de MECO, y Carlos Solís acordaron verse para que Solís recibiera unos “documentos”. Al parecer, Solís propuso el Conavi como punto de encuentro, pero Bolaños se opuso porque le daban miedo las cámaras de seguridad.
La acusación señala que Abel González y Alejandro Bolaños tuvieron una conversación en la que se da a entender que este último iba a entregarle dinero al gerente financiero del Conavi, Carlos Solís.
Ese día, a las 11 a. m., Bolaños le habría dicho a Solís, por teléfono, que saliera porque estaba en las inmediaciones de la rotonda de Betania, Montes de Oca, zona en la que se encuentra la sede del Conavi. La Fiscalía detalló que decomisó videos captados por las cámaras de la entrada y el costado sur de Conavi, que muestran a Solís salir del edificio, entrar a un carro parecido al de Bolaños e irse del lugar. Minutos después, el auto dejó a Solís al frente de Conavi, quien se bajó sin ningún documento en sus manos, lo que según la Fiscalía refuerza la tesis de que en realidad recibió dinero en efectivo.
Al parecer, ese mismo día Conavi aprobó mediante acuerdo el pago de ¢2.752 millones a favor de MECO, monto que había sido mencionado por los acusados en las llamadas sobre las facturas que Solís ayudó a cancelar.
El Ministerio Público agregó que revisó las transacciones de la cuenta en el Banco Nacional de Trac Pesados, donde el 8 de abril se registró un pago por ¢148.401 al Restaurante Lukas.
Según la acusación, conversaciones entre Abel González y Tobías Arce muestran que las facturas para cobro que este último presentaba a MECO eran “con el fin de que se le giren los dineros que este utiliza para las dádivas dadas a los funcionarios públicos”. En apariencia, quien hacía las facturas a nombre de Trac Pesados, por concepto de servicios profesionales, era el hijo de Tobías Arce, de apellidos Arce Barrantes, y a quien se le sigue una causa aparte.
Entre octubre del 2019 y diciembre del 2020, Trac Pesados habría registrado ingresos por ¢66 millones por concepto de servicios profesionales y honorarios, mientras que los egresos fueron solo por gastos y ventas administrativas, por ¢63 millones. Para la Fiscalía, esto es incongruente con el fin de la empresa indicado en el Registro Nacional, el cual es “alquiler de equipo, construcción de obras civiles, comercio, industria, agricultura, minería, turismo, y ecología”.