El volcán Turrialba emitió este lunes una intensa emanación de ceniza que alcanzó un kilómetro de altura y cubrió vehículos, vegetación y varios instrumentos de medición en las estaciones cercanas al coloso.
Jean Paul Calvo y Alejandro Argüello, técnicos de la Red Sismológica Nacional captaron este lunes varias fotos y video de la actividad que prácticamente ha sido constante durante lo que llevamos de febrero.
Floribeth Vega, geógrafa del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) relató que no han sido erupciones explosivas, pero al ser repetitivas generan reportes de caída de ceniza desde varios puntos del Valle Central, así como de los poblados en las cercanías del cráter.
El material más grueso es el que cae más cerca del volcán, mientras que las partículas finas quedan suspendidas por horas en la atmósfera y el viento las deposita en Heredia, Alajuela, Escazú y otros puntos del Valle Central, donde el viento las empuja y, ante la escasez de lluvias, no hay barreras que corten su trayectoria y viajan hasta unos 50 kilómetros.
A las 4:30 a. m. de este lunes la pluma alcanzó un kilómetro de altura desde la cima y en la tarde algunos pulsos rondaron los 600 metros, dijo Vega.
El 30 de enero pasado la columna también alcanzó un kilómetro, situación que se repitió el martes seis de febrero.
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Las estaciones sismológicas y cámaras de vigilancia requieren mantenimiento constante debido a la actividad eruptiva de los últimos días, en aras de permitir a los científicos seguir el pulso de ese volcán que está a 3.340 metros sobre el nivel del mar.
De acuerdo con Floribeth Vega, las personas con propensión a alergias, asma y otros problemas respiratorios deben procurar no exponerse al material volcánico.
Dijo que la señal sísmica del coloso no revela señales fuertes y que por ahora se espera que siga así, como parte de lo normal en un volcán activo.