El 80% de los fallecidos en un terremoto no mueren por el aplastamiento debido al colapso de las casas o los edificios, sino por el desorden en la evacuación, pues la gente se golpea o tropieza con los muebles o paredes al no encontrar las rutas adecuadas para llegar a un sitio seguro.
“La mayor parte perece porque los armarios u otros objetos pesados caen y golpean a las personas y no por fallas estructurales de las edificaciones”, afirma Alexánder Solís, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Tales situaciones, dice Solís, ocurren en países con características sísmicas similares a las de Costa Rica, donde se producen en promedio 12 temblores diarios, aunque en su mayoría no son percibidos por la población.
Uno que definitivamente sí se sintió fue el temblor del pasado 25 de junio a las 11:23 p. m., con una magnitud de 6,3. Se trató del sismo más importante desde el terremoto de Nicoya del 2012 (7,6) y más fuerte que el terremoto de Cinchona (6,2, en el 2009). No obstante, este sismo no generó daños mayores porque ocurrió en una zona despoblada de Panamá, a escasos 11 kilómetros de Corredores, cantón de Puntarenas.
Sin embargo, para estar listos en caso de que ocurra un evento de esta o mayor magnitud en zonas más pobladas, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) toma previsiones.
El lunes 19 de agosto a las 10 a. m. se realizará por primera vez en Costa Rica un simulacro que involucra a familias, empresas privadas e instituciones estatales, con la intención de definir y practicar dos acciones básicas que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte en caso de terremoto.
Una es identificar las rutas o salidas de evacuación, y otra, dirigirse a un punto seguro en cualquier lugar donde se encuentre.
Lorena Romero, directora de gestión del riesgo de la CNE, explicó que el ejercicio tiene un componente cultural para que cada persona aprenda la importancia de salvaguardar la vida tanto en su casa y lugar de trabajo, como en cualquier otro escenario.
Recientemente, Tim Callaham, experto de la Oficina para Atención de Desastres en el Extranjero (OFDA) de la Agencia Internacional para el Desarrollo, alertó sobre la urgencia de desarrollar simulacros que, muchas veces, se quedan en escritorios, principalmente en zonas rurales.
Alexánder Solís, presidente de la CNE afirmó que hasta el pasado 3 de julio se habían inscrito en el sitio web unas 84.815 personas y agrupaciones de las siete provincias, principalmente de San José, Alajuela y Heredia.
Las 76 estaciones de Bomberos en todo el país están inscritas en el sitio web de la CNE y la instrucción el día del simulacro es que algunas unidades lleguen a los sitios que tienen más personas por evacuar, con base en las instituciones o empresas anotadas.
“Nuestra participación va a ser de evaluadores en los sitios de mayor concurrencia de personas. En las redes sociales estamos instando a la gente a participar en el ejercicio y a que tengan los equipos de protección y señalización necesarios, así como la organización para salir”, afirmó el director de Bomberos, Héctor Chaves.
Procedimiento para realizar un simulacro
Se orienta a que todos conozcan la ruta de evacuación y los sitios seguros
FUENTE: CNE. || J.C. / LA NACIÓN.
Todos los días tiembla
La CNE escogió la amenaza sísmica para el simulacro porque el país es muy propenso a temblores y porque es uno de los desastres que a más personas afecta, por lo tanto, hay que alcanzar a la mayor parte para que sepa cómo proteger su vida.
“Un temblor es el evento que percibe la mayor cantidad de gente al mismo tiempo y que tiende a desestabilizarnos más. En términos coloquiales, nos mueve el piso a todos y eso asusta. Además, cada uno tiene la posibilidad de evaluar cómo reacciona ante el sismo”, sostuvo Solís.
Según dijo, en redes sociales de la CNE algunas personas han cuestionado que para qué tanta preparación si al momento del sismo toda la gente sale corriendo. “Justamente salir corriendo es lo que tenemos que evitar. Eso se logrará en la medida que practiquemos”, replicó.
Con este simulacro, donde esperan que participe activamente más de un millón de personas, la CNE planea definir el 19 de agosto de cada año como el Día Nacional del Simulacro, para entrenar a la sociedad sobre la respuesta ante diferentes amenazas.
Realizarlos todos los años y en las siete provincias se sumará a otras medidas históricas que marcan diferencia a la hora de afrontar un desastre.
Solís recordó que años después del terremoto de Cartago en 1910, se prohibió el uso de la teja en techos, así como las construcciones de adobe, lo cual comenzó a salvar vidas.
De igual manera, en 1974 se publicó el primer código sísmico en nuestro país, que se actualiza permanentemente y ha sido destacado por los geólogos y sismólogos como vital para resguardar la integridad de las personas ante desastres.
Solís citó como ejemplo el terremoto de Nicoya del 2012, donde mucha gente mantuvo la calma porque era un evento anunciado y la mayoría de empresas, hoteles, industrias y lugareños habían tomado previsiones oportunamente.
Esa vez, a pesar de los daños materiales, no hubo víctimas que lamentar pese que el sismo fue de 7,6 grados.
“Cuántas vidas hemos salvado nosotros a partir de esas medidas de prevención que se tomaron desde el siglo pasado, difícilmente las vamos a poder cuantificar”, acotó.
En Japón, por ejemplo, por ser altamente sísmico, se enseña a los niños desde que están en guarderías sobre la forma de protegerse. Incluso saben que los asientos que usan, les sirven para guarecerse.
Ellos aprenden que, ante la violencia de los sismos, no pueden evacuar mientras está temblando, pues en Japón los temblores hacer perder el equilibrio, entonces saben que una vez que termina el movimiento, van al punto de reunión.
“Esto es lo que queremos promover en el simulacro, que la gente aprenda a que hay que ir a un punto de reunión definido previamente y que el edificio o la vivienda tienen que ser evaluados antes de volverlos a ocupar”, manifestó.
Tomando en cuenta el lugar donde cada persona estima que permanecerá ese día a las 10 a. m. , les invitó a inscribirse de forma personal o grupal en el sitio web simulacro.cr que pueden accesar desde su celular o computadora.
No es requisito inscribirse para participar en el simulacro, pero eso permitirá a la CNE medir y mapear resultados de la práctica en diversos puntos del país. Al mismo tiempo, brindará a quienes se inscriban consejos e información que le ayudarán en caso de un fuerte sismo.
Los estudios de sismología realizados por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovscori) revelan que dentro de unos ocho años, bajo la península de Osa en la zona sur de Puntarenas, ocurrirá un terremoto con magnitud de 7 grados o más.
Varios años de estudios en esa zona, permitieron a los científicos llegar a esa conclusión, pero la fecha exacta es impredecible, afirmó Marino Protti, del Ovsicori.
No se cuenta con estudios como los realizados en Osa para todo el territorio, por lo que el científico advierte que antes de esos ocho años, otro sismo fuerte podría ocurrir en cualquier otra parte del territorio nacional.
Niños, mascotas y sitio seguro
Las familias que tienen niños pequeños, deben definir en su plan de evacuación quién se encarga de ayudarlos y cómo los van a sacar.
Cuando se trata de niños de cinco años o más, ellos deben conocer la ruta y haberla ensayado. También deben tener claro lo que no se debe hacer.
El funcionario recordó un incendio años atrás donde una menor de cinco años perdió la vida en la zona de Los Santos, porque no vio que la mamá llevaba a su hermana en brazos, que era una bebé y se devolvió a buscarla.
“En estos casos, con todos los chicos hay que definir tareas para dejar claro quiénes se harán cargo de los niños menores y de la mascota, así como por dónde vamos a salir y a dónde vamos a llegar”, dijo Solís.
Qué hacer con las mascotas y cuál es el sitio seguro en las casas, son otras de las dudas que plantean quienes llaman al número que la CNE habilitó de 8 a. m. a 4 p. m. para consultas sobre el simulacro.
Una pareja de adultos mayores que vive sola, preguntó cómo pueden hacer con los siete perros y un pez que son su compañía.
Se les orientó para que distribuyeran entre ambos la función y cada uno supiera cuántas y cuáles mascotas se iba a llevar al sitio seguro, para no perderlas en el proceso.
Sobre el punto seguro, hay que identificarlo según cada construcción. En primera instancia los marcos de las puertas suelen serlo, pero en algunas casas puede ser la sala, el patio u otros que estén lejos de donde puedan caer objetos pesados, utensilios calientes, árboles o postes del tendido eléctrico.
En las edificaciones altas se deben tener rociadores por si se diera un incendio, así como ascensores con planta propia, escaleras de emergencia y sistemas de alerta sonoros y luminosos, que sean perceptibles para personas con alguna discapacidad.
Las personas en silla de ruedas o embarazadas tienen que ser consideradas con especial atención, sea que trabajen en el sitio o lleguen como clientes o visitantes.
“Durante un sismo a veces es difícil caminar o moverse. Los muebles grandes deben estar anclados o atornillados a la pared, los vidrios grandes deben tener una película plástica para que si se quiebran no caigan, pues la caída de objetos es lo que más lesiona”, afirmó Héctor Chaves, de Bomberos.
Cuando el sismo pasa, salvo que haya daños estructurales, las escaleras de emergencia y las ordinarias son igualmente válidas para evacuar.
La gente tiene que entender que los cuerpos de socorro en una emergencia no pueden llegar a todos los lugares, pues puede haber puentes falseados o caídos, carreteras dañadas, carros atrapados o postes caídos.
“Nosotros vamos a responder primero a los hospitales, edificios que hayan colapsado, lugares donde haya fuego y a los lugares donde la gente tiene menos posibilidades de evacuar por sus propios medios”, acotó

Centros educativos
Muchos padres de familia laboran mientras sus hijos están en centros educativos por lo que la responsabilidad se traslada a terceros.
El deber fundamental de los padres es verificar que el sitio donde los hijos pasan tanto tiempo sea seguro y tenga un plan de evacuación y condiciones óptimas de seguridad para evitar que en una emergencia queden encerrados en un punto ciego.
El centro educativo debe ser capaz de realizar una evacuación y manejar a los menores durante la emergencia..
En muchos centros de trabajo y educativos existen brigadas para guiar y ser la primera respuesta, pero en los hogares todos deben aplicar los procedimientos básicos. Tener clara la ruta de salida evita que la gente se alarme tanto al momento de un temblor y tome la decisión correcta.