Un reloj en mal estado fue la valiosa prueba que sirvió para desarticular un comando de cuatro exoficiales del OIJ al cual se le culpó por el asesinato del finquero Ciro Monge Mena.
El crimen fue perpetrado el 27 de julio de 1994, cuando la víctima regresaba de una finca en Río Hondo de Siquirres hacia su casa en San Isidro de Heredia.
El cuerpo, decapitado y sin manos, apareció el 31 de julio de 1994 en un barranco de la carretera Braulio Carrillo, que comunica a San José con Guápiles.
El 18 de agosto de ese año, agentes del OIJ detuvieron a Minor Quesada Mora, Randall Rodríguez Masís, Mauricio García Reyes y otro de apellido Jiménez (todos laboraban en la Subdelegación de Siquirres) como los sospechosos del crimen.
El arresto se produjo luego de que un agente del OIJ de Turrialba entregó a Gustavo Mata (hoy jefe de Investigaciones Criminales del OIJ) el reloj de Ciro Monge. El testigo dijo que el reloj se lo había dado Quesada quien, además, le contó otros pormenores del homicidio.
Por drogas. El asesinato de Monge presuntamente ocurrió por una pugna por drogas. El 31 de agosto de 1994, el Juzgado de Instrucción de Cartago acusó a Quesada, García y Rodríguez por el homicidio. Jiménez fue dejado fuera del proceso por falta de pruebas.
El 30 de setiembre de 1997, el Tribunal Superior Penal de Cartago condenó a 12 años de cárcel a Minor Quesada y Randall Rodríguez. García fue enjuiciado por la muerte Monge en mayo del 2001 y sentenciado a 12 años de cárcel.
El Ministerio de Justicia informó ayer que Mauricio García cumplió la pena el 26 de agosto del 2010. Minor Quesada salió de la cárcel el 10 de noviembre del 2009 y Randall Rodríguez el 1.° de noviembre del 2006.