Al menos tres adultos murieron y un menor permanece desaparecido a causa de diversos accidentes acuáticos que ocurrieron durante este pasado fin de semana en la costa del Pacífico del país.
Además, un padre y su hijo, turistas de nacionalidad venezolana, fueron rescatados, por un guardavidas voluntario y el Servicio de Guardacostas,.
El número de personas que murieron ahogadas en el Pacífico durante los últimos días podría estar relacionada con un fuerte “tren” de marejadas que habría desencadenado oleajes de hasta tres metros de altura, indicó Omar Lizano, oceanógrafo del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El especialista señaló que ese “tren” de marejadas habría sido propiciado por "una tormenta muy intensa que se dio allá por el Pacífico sur, cerca de Nueva Zelanda, la cual envió una marejada que tiene periodos muy largos entre cresta y cresta y esos oleajes rompen con mucha fuerza en nuestras playas”.
El oceanógrafo explicó que esto genera las corrientes de resaca. “Por supuesto esas olas son peligrosas, no solo por su periodo, sino por su altura”, agregó Lizano.
Alejandro Gutiérrez, director del Instituto Internacional del Océano, de la Universidad Nacional (UNA), hizo eco de la gravedad de estas corrientes.
Un estudio de su autoría señaló que, entre 2001 y 2017, las corrientes de resaca han cobrado más de 800 vidas en las playas costarricenses, para un promedio de 50 muertes por año. La investigación de Gutiérrez, junto a Isabel Arozarena, se llama “En torno a las corrientes de resaca y la seguridad en las playas costarricenses”, publicado en junio de este año.
Es importante destacar que estas cifras corresponden sólo a muertes relacionadas con este fenómeno ya que, solo en el 2017, murieron ahogadas en Costa Rica un total de 116 personas.
Según la publicación, y basados en los datos de la sección de estadística del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), las corrientes de resaca serían la segunda causa accidental de muerte en nuestro país, solo por detrás de los fallecimientos producidos por accidentes de tránsito.
De acuerdo a los datos del OIJ, este tipo de corrientes se podría considerar un problema de salud pública en el país. Durante este periodo de 16 años, en 2001, 2008, 2009 y 2011, las muertes sobrepasaron los 60 casos a causa de ese fenómeno.
¿Qué son las corrientes de resaca?
Estas corrientes son flujos concentrados y estrechos dirigidos hacia el mar, detallaron Arozarena y Gutiérrez. Pueden tener extensiones variables y se producen por la acción del oleaje rompiente.
Su peligro radica en dos factores principales. El primero es la gran capacidad que estas corrientes tienen para arrastrar mar adentro y el segundo sería la falta de percepción de riesgo por parte de las personas que visitan las costas de nuestro país.
¿Se pueden identificar?
Afortunadamente, los expertos coinciden en que las corrientes de resaca muchas veces pueden reconocerse mediante observaciones.
Entre ellas están la interacción de la espuma con la corriente para determinar si hay manchas de espuma en dirección mar adentro. También, la presencia de manchas de sedimento y un oleaje caótico podrían indicar la presencia de estas corrientes.
Se recomienda tener precaución con zonas de aparente calma, ya que, muchas veces, estas pueden ser el lugar de formación para este tipo de corrientes.
La presencia de una geografía ondulada podría ser señal de fuertes corrientes de resaca.
A la hora de visitar playas donde ocurre el desove de tortugas o que son populares para la práctica del surf se recomienda precaución, puesto que, tanto las tortugas como los surfistas, encuentran útil la presencia de estas corrientes para avanzar rápidamente mar adentro.
En lo que va del año, la Cruz Roja reporta 99 muertes violentas por accidentes acuáticos. En los últimos cinco años, el 2017 ha sido el de más muertes con 116, seguido por 2015 con solo una menos.
Durante el 2013, el 2014 y el 2016 se reportaron menos de 100 ahogados.
Recomendaciones
Atender la señalización en las playas.
No bañarse si uno acaba de ingerir alimento.
Observar en marea baja depresiones que no se ven en marea alta.
Estar pendiente de los niños y adolescentes.
Preguntar por las condiciones de la playa o el río antes de meterse en ellos.
Instalarse cerca de un puesto de guardavidas en las playas que cuentan con uno. Si no hay guardavidas en la playa, buscar lugares donde haya surfistas, que sin duda conocen la dinámica del lugar.
Ingresar al mar hasta donde el agua llegue a la cintura.
En caso de ser arrastrado por una corriente recuerde:
Mantener la calma.
Flotar y mover las manos despacio para no gastar energía.
Nadar perpendicularmente a la dirección de la corriente.
Tenga en consideración:
Meterse al mar por el sector donde rompen las olas.
Ingresar al mar con compañía y evitar hacerlo durante las noches.
Tener cuidado con los clavados y conocer la profundidad del lugar donde se van a ejecutar.
Alertar al 9-1-1 si ve una persona en peligro.
Colaboró en esta información la periodista Eillyn Jiménez