Vendedores de copos, abrigos que remiten a trajes de fuerza o enaguas doradas: el Mercedes Benz Fashion Week San José 2016 trajo propuestas para todos. El último día contó con un equilibrio perfecto entre diseñadores nacionales, propuestas internacionales y desfiles de marcas comerciales.
Lo usable. Pink Filosofy mostró atuendos frescos, fáciles de llevar y adecuados para el clima costarricense. La seda y el algodón, junto con tonos como el vino y los azules, eran los ejes de una colección muy inspirada en los años 70. Una de las marcas que me encantaría encontrar en Costa Rica.
Lo atrevido. La propuesta de Óscar Hernández, de Toribio, fue tan atrevida que Facebook podría censurarla -bien sabemos que la red social es una señora conservadora que se escandaliza al menos vestigio de un pezón- Los bolsos, pulcramente trabajados como se esperaría de él, no se apreciaron tanto como debería ya que los flecos y los leggins terminaban robándole protagonismo. También se debe rescatar la presencia de prendas femeninas, algo que muchas esperaban luego de conocer la calidad de sus trabajos para hombres.
Lo contrastante. Rob Chameleo fue de los que sacó un mayor partido a las posibilidades de la pasarela, al menos para esa noche. Algo tan simple como colocar dos botes de basura, en el cual los modelos depositaban sus abrigos y volvían a desfilar rompió la monotonía del desfile. Su propuesta, que se ha caracterizado por ser oscura y hasta algo "gótica", se apoyó de tonos brillantes y reminicencias noventeras. Más tarde, en la conferencia de prensa, Rob dijo algo que enamoró a esta periodista y a su emisaria: contó cómo su propuesta se inspiró en los Power Rangers, héroes de la infancia para muchos de nosotros, y sus decadencia. En esos actores que pasaron de la fama al olvido, a la cárcel, a accidentes automovilísticos.
Aunque es novedosa e interesante, "Chapuí" es tan experimental que solamente podría hallar un público reducido como mercado. Eso no lo hace menos válido: lo ideal sería tener más ticos dispuestos a vestir de neopreno y menos de ropa china.
Lo favorito. "Tea for two" de Alfredo Martínez fue una colección que me enamoró y -confieso- no esperaba que me sorprendiera tanto. Vanguardista, elegante y con una transición de colores finamente cuidada a la hora de enviar a las modelos a la pasarela, lo único triste del trabajo de Alfredo Martínez es que no es posible encontrarlo en Costa Rica. Mis favoritas, las chaquetas a rayas y las enaguas de corte lápiz que estilizaban la figura de las modelos.
Lo mágico. El hindú radicado en Nueva York, Bibhu Mohapatra, logró algo que nunca creí probable: que me gustara algo peludo. Sin embargo, fueron los cortes de sus vestidos y la caída de sus telas lo que más impresionada. La exquisita mezcla de texturas, bordados y estampados fue la mejor manera de cerrar la noche.
El MBFWSJ me deja una sonrisa de satisfacción. Cada año se consolida más y se convierte en ese espacio definitivo para conocer propuestas de diseñadores ticos y el trabajo extranjero. Lo que esperaría ahora sería que se incluyan trabajos de diseñadores de la región pues Centroamérica empieza a articular varias semanas de la moda que se realizan durante el año y, dado el tamaño de nuestros mercados, puede ser interesante trabajar en conjunto. "Unidos somos más", tal y como decía el lema de esta semana de la moda.