
9 de abril: falleció el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, esposo de la reina.
21 de abril: cumpleaños número 95 de la reina Isabel II.
23 de abril: el príncipe Luis llega a sus tres años.
29 de abril: Guillermo y Catalina, duques de Cambridge celebran su décimo aniversario de bodas.
Abril es, definitivamente, un mes especial para la familia real británica. Sin embargo, este 2021 las celebraciones por cumpleaños y aniversarios podrían verse un poco opacadas por el dolor del duelo y los problemas que existen a lo interno de la familia (y que, obviamente, trascienden a lo público).
A partir de este 2021, en el palacio de Buckingham, se conmemorará el fallecimiento del duque de Edimburgo, compañero fiel de la reina Isabel durante sus 73 años de matrimonio. Fue el hombre que siempre estuvo detrás de la monarca, el que fungía la función de cable a tierra y de sostén de una familia cargada de responsabilidades y de un peso social de ser perfecta.
El duque falleció el viernes 9 de abril a los 99 años, murió en paz y acompañado por sus seres queridos, según informó Buckingham.

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El funeral del príncipe se llevó a cabo una semana después. El sábado 17 de abril una comitiva familiar de 30 invitados se unieron para despedir al amor de la reina Isabel. Entre ellos asistió el príncipe Enrique, quien ha sido el motivo de un distanciamiento en la familia Windsor, sobre todo desde que decidió renunciar a sus deberes en la monarquía e irse a vivir junto a su esposa Meghan Markle a Estados Unidos.
Aparentemente el funeral ha servido para limar un poco las asperezas de Enrique y su familia, intensificadas tras la incendiaria entrevista que le ofrecieron él y su esposa a la periodista Oprah Winfrey, en la que señalaron diferentes problemas internos.
En ese sentido parece, que una vez más, el príncipe Felipe fungió como conciliador hasta su muerte.
Los cumpleaños

El príncipe Luis, tercer hijo de Guillermo y Catalina (quinto en la línea de sucesión al trono de Gran Bretaña), cumplió sus tres años el 21 de abril. El pequeño solo ha tenido una gran celebración desde su nacimiento, ya que el año anterior por motivos de la pandemia su fiesta de cumpleaños tuvo que ser cancelada.
Sin embargo, en el 2020, el festejo no pasó desapercibido y desde las cuentas de redes sociales del palacio de Kensington, los duques de Cambridge compartieron tiernas fotos del niño para compartirlas con sus súbditos y sus fans. Este año, probablemente, el festejo de sus tres años sea algo muy íntimo, en casa, ya que Inglaterra sigue bajo estrictos protocolos de salud para controlar los contagios del nuevo coronavirus.
Algo similar pasa con el festejo más importante de los royal ingleses y es que el 21 de abril la cabeza de la casa real, la reina Isabel II, cumplió 95 años. Como es costumbre las pompas para celebrar a la monarca siempre han sido de gran altura, pero desde el año pasado, también por causa de la pandemia, la fiesta no fue como antes.
Al cierre de esta edición la reina pidió al gobierno británico cancelar todo acto público en conmemoración de su natalicio. La monarca está de luto y por supuesto no quiso armar gran alboroto a su alrededor luego de quedar viuda tan recientemente.
Así las cosas y aunque 95 es un número nada despreciable en la vida de un ser humano, Isabel prefirió no desviar la atención hacia ella. Entonces, los espectaculares parabienes a la reina no se llevaron a cabo, por ejemplo el Ministro de Defensa confirmó que no se lanzarían las esperadas salvas de cañón desde la Torre de Londres y el céntrico Hyde Park para festejarla, según informó el diario El Mundo.
Tampoco se develará el retrato de la reina que, cada año, se realiza para recordar sus cumpleaños. Esta actividad se trasladó para una fecha posterior.
De acuerdo con Vanity Fair a la reina la acompañan en su hogar su fiel personal de servicio y sus tres perros gorgis, pero también la familia ha elaborado una agenda de visitas para que nunca se quede sola.
El periódico inglés Daily Mail afirmó que la reina iba a reunir a una pequeña parte de su familia más cercana para almorzar juntos el día de su cumpleaños. La cinta sería en el castillo de Windsor, donde la monarca ha vivido desde que comenzó la pandemia.
¿Qué implica el cumpleaños de la reina?
Aunque cada año, los reyes y reinas de Gran Bretaña celebran dos veces su cumpleaños, el día del nacimiento de la reina Isabel y sus 95 años implica algo más profundo que el simple hecho de apagar candelas.
Por tradición, el segundo sábado de junio se festeja el cumpleaños del o la monarca, siempre. Ese día se lleva a cabo el evento Trooping the Colour, en el cual hay un espectacular desfile de soldados y caballos que saludan a la cumpleañera, además de que hay fiesta con músicos.
La orden de realizar el Trooping the Colour fue impuesta en el siglo XVII cuando reinaba Jorge II. Se hace así para que el festejo no cayera cualquier otro día del año y correr el riesgo de que el mal tiempo aplacara el cumpleaños de los monarcas.
Pero dejando de lado la arista de celebración, que Isabel llegue a 95 años con 69 de ellos portando la corona, implica que poco a poco haya tenido que delegar más responsabilidades en su hijo Carlos y su nieto Guillermo (primero y segundo en la línea de sucesión al trono, respectivamente) para hacer paulatinamente la transición de la monarquía.

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Carlos, el eterno príncipe, y Guillermo han ido tomando mayor compromisos para representar a la Corona, mientras que a la reina (por su avanzada edad) se le mantiene bajo mucho cuidado. Por ejemplo, en los últimos años ellos han asumido más viajes al exterior y representación en actos oficiales al interior de Gran Bretaña.
Carlos (de 72 años), ya fue designado sucesor de su madre como cabeza de la Commonwealth, mancomunidad voluntaria de 54 naciones relacionadas al Imperio Británico.
“Desde el punto de vista constitucional, la muerte del príncipe Felipe no cambia nada, pero hay que entender que la reina está más frágil y vulnerable. Claramente, con la muerte de Felipe empieza la transición hacia el futuro y el inicio del fin de esta etapa de la monarquía”, explicó el historiador Ed Owens, al periódico La Nación de Argentina.
Actualmente la reina goza de buena salud (física y mental), pero si ocurriera algún quebranto que le impida continuar con sus funciones, Carlos podría asumir como príncipe regente. De acuerdo con la Ley de Regencia promulgada en 1937, Isabel le cedería ciertas funciones a su primogénito.
“La última vez que se recurrió al Acta de Regencia fue en 1811 cuando Jorge III, incapacitado por enfermedad mental, fue reemplazado en sus funciones por su hijo, el futuro Jorge IV”, explicó el diario El País de España.
A la situación de la edad de la reina y el luto que se vive en la familia, se debe de sumar la crisis que existe. Las relaciones entre Carlos, Guillermo y Enrique se vieron muy golpeadas desde la renuncia de este último y parece que a la monarca le ha afectado profundamente el distanciamiento.
Pero para realidades, el tiempo. Carlos deberá de esperar por el trono hasta que su madre fallezca, lo mismo que el Reino Unido para proclamar a su nuevo rey. Tras la muerte de la monarca, el nuevo soberano será coronado un año después.
Bodas de aluminio

El príncipe Guillermo y su esposa Catalina, los duques de Cambridge también están de “manteles largos” este fin de mes. Los esposos llegan a sus primeros 10 años de casados, es decir a sus bodas de alumunio, según la tradición.
Catalina y Guillermo se conocieron en el 2001, mientras estudiaban en la universidad de St. Andrews, en Escocia. Ella cursaba la carrera de Historia del Arte, él Geografía. Desde esos tiempos, la historia de amor entre los jóvenes comenzó a rodar tinta en los medios ingleses ya que Catalina podría convertirse en la próxima en llevar la corona de reina en Gran Bretaña, eso si Guillermo le proponía matrimonio.
La relación avanzó y pese al constante asedio de los medios de comunicación, ávidos de historias rosa en torno al príncipe y su romance, tanto Catalina como Guillermo supieron llevar la presión con buena nota (y una que otra amenaza de demanda a los medios).
Poco a poco Catalina empezó a hacerse un nombre en el círculo de la familia real y también en el corazón de los súbditos, porque a muchos su manera afable de ser les recordaba a la fallecida princesa Diana de Gales, madre del príncipe.
En el proceso, Catalina y Guillermo terminaron un tiempo, pero volvieron con más fuerza y con la intención de casarse. El príncipe le entregó el anillo de compromiso a su novia en el 2010, dicha sortija fue la que su papá le dio a Diana como muestra de su intención de llevarla al altar. Este emotivo gesto terminó de conquistar a muchos en el Reino Unido, quienes finalmente le dieron el visto bueno a Catalina Middleton para convertirse en la esposa del príncipe.
El enlace matrimonial se llevó a cabo, como merecía, en medio de una celebración cargada de excesos. Se casaron el 29 de abril del 2011 en la Abadía de Westminster, recibiendo de parte de Isabel II los títulos de duques de Cambridge.

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Ambos son altezas reales. Él desde nacimiento y ella por matrimonio. Concibieron (hasta el momento) tres hijos: Jorge (2013), Carlota (2015) y Luis (2018). Los pequeños tienen el título de príncipes, Jorge por su parte es el tercero en la línea de sucesión de la corona, algún día él llegaría a ser el rey.
Curiosamente, después del longevo reinado de Isabel, los próximos monarcas del Reino Unido serán hombres.
Desde hace 10 años que los duques de Cambridge son un pilar fundamental en el servicio de la casa real a su pueblo. Ambos son parte de The Royal Foundation of The Duke and Duchess of Cambridge (antes también pertenecía Enrique), la fundación trabaja en temas de conservación del medio ambiente, reforzamiento de la salud y la salud mental, así como la seguridad y educación de los niños y niñas.
Ambos están realmente comprometidos con su labor social y la fundación es una muestra de ello. Aunque nació como parte del trabajo de los príncipes Enrique y Guillermo, la duquesa se alió durante su matrimonio y la fundación mutó hacia los duques.
Juntos también realizan labores humanitarias y, constantemente (antes de la pandemia), viajaban a diferentes países para estudiar las situaciones y apoyar a organizaciones sin fines de lucro enfocadas en el bienestar de los menores de edad.
Guillermo actualmente ostenta el cargo de Lord Alto Comisionado de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, esto significa que representa a la corona en las actividades oficiales que demande dicha institución religiosa.
En el último año, debido a los protocolos por la pandemia y porque tanto su abuela como su padre son adultos mayores, Guillermo y su esposa Catalina han sido exigidos mucho más en las labores de representación de la corona británica. Además, debido a la salida de Enrique y Meghan de la monarquía y sus consecuentes responsabilidades, el trabajo recayó sobre los Cambridge.
En un 2020 y ya avanzado el 2021, los duques han enfrentado la emergencia por la covid-19 con delicadeza y siempre anteponiendo la salud como tema principal, así que su labor se ha enfocado en apoyar a los servicios médicos y también a instar a la población al cuidado y vigilancia constante.

Ellos han sido el rostro activo de la casa Windsor en la emergencia mundial. Definitivamente este año pandémico ha sido una de las mejores escuelas para Guillermo y su esposa, de cara a que ellos serían los futuros monarcas del Reino Unido.
En medio de tanta responsabilidad, la pareja ha destacado por intentar mantener una familia lo más normal posible, dentro de lo que implica ser miembros de una familia real. Ambos están muy al tanto de la educación de sus hijos, se sabe que no dejan todo el trabajo a las niñeras, son padres que tienen un trabajo como millones en el mundo (aunque un trabajo no tan normal), pero en medio de todo son papás presentes y preocupados por sus retoños.
Catalina, quien viene de una familia muy unida y Guillermo, quien recibió todo el cariño que pudo de su madre, saben muy bien la importancia de la crianza responsable de los pequeños, así que pese a ser duques y los futuros reyes del Reino Unido, tratan en la medida de lo posible de ser auténticos padres de familia.
Aunque sea un aniversario de bodas muy especial, los duques de Cambridge posiblemente también lo celebren de manera muy íntima, en su casa y con sus hijos. Por el momento, solo queda esperar a que sean Instagram y Facebook los medios por los que, los británicos y el resto del mundo, puedan unirse al festejo de los homenajeados.