Ha pasado más de un año desde que, a mediados de noviembre del 2022, una línea roja de 20 centímetros de grosor y 1.060 metros de extensión, pintada sobre el pavimento y las aceras, despertó la curiosidad y el desconcierto de quienes transitaban por el centro de San José.
Esta era una raya trazada con pintura sobre la cual no había demasiada información. Solo se sabía que la obra era parte de un proyecto de la Municipalidad de San José en conjunto con el sector privado.
El trazado iniciaba en el hotel Holiday Inn, continuaba por la acera oeste del Parque Morazán; luego, tomaba calle 5, pasaba frente al Cine Variedades, y doblaba a la derecha sobre la avenida central josefina hasta la fuente que se ubica al noroeste de la Plaza de la Cultura. En ese punto, se desviaba hacia el sur hasta llegar a la entrada del Gran Hotel Costa Rica.
Semanas después de que apareciera, el gobierno local confirmó que esta formaba parte del proyecto Kilómetro Centro, que pretendía convertir las áreas del lobby de los hoteles en centros de atención a turistas, ya sea para consultas o para emergencias como robo, asalto, acoso y discriminación, entre otras.
Es decir, la línea era como una especie de guía para que las personas en problemas supieran a dónde dirigirse ante cualquier situación.
En aquel momento, el proyecto generó gran cantidad de comentarios y terminó desatando la polémica no solo por su color, sino porque en partes la línea estaba torcida, dejaba manchas a su paso y se pintó de forma continua, incluso en la acera del edificio patrimonial conocido como Maroy (edificación que se construyó en 1923, es decir, es una estructura centenaria). Y aunque no hay certeza de la antigüedad de las baldosas de la acera, se sabe –y sabía– que tiene valor histórico.
Poco a poco, las personas se fueron acostumbrando a ver la línea pintada de rojo, la ignoraban y caminaban sobre ella. Los meses pasaron, llegó la época lluviosa, así como hubo más transeúntes y más turistas, y la raya continuó ahí... despintándose.
En diciembre del 2023, la obra finalmente cumplió un año desde su inauguración; sin embargo, su color no ha desaparecido del todo, no se ha vuelto a pintar y ahora la raya ni siquiera se ve continua. Del proyecto, nadie volvió a hablar y las dudas sobre su efectividad continúan en el aire.
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¿Qué pasó con la polémica línea roja?
La Municipalidad de San José descartó la línea roja como una medida efectiva para su idea inicial (de seguridad en la capital), por ello no la volvió a pintar y tampoco está en sus planes retomarla.
Aunque se intentó conversar con el alcalde Johnny Araya sobre el proyecto, desde el Departamento de Comunicación de la Municipalidad de San José se indicó que Mauricio González, director de la agencia local de innovación y desarrollo de municipio, daría las declaraciones sobre el tema.
González no considera que la línea roja haya sido un fracaso, sino que lo toma como una “experiencia aprendida” y como un proyecto que evolucionó.
“Esta línea roja no es una cosa que se inventó San José; en realidad, en muchas ciudades del mundo existen para estos efectos. Aprendimos que el tema de la seguridad no se puede delimitar a una línea roja, a un callejón seguro, sino que toda la ciudad debería ser segura y quedó muy claro que tratar de delimitar la acción de la Policía tanto Municipal como de la Fuerza Pública a una acción tan puntual no tenía sentido y te lo reconozco como experiencia aprendida”, afirma.
Además, reconoció: “Evidentemente, se requiere una estrategia de seguridad turística mucho más integral en la ciudad”.
En lugar de la controvertida raya, dijo González, se va a colocar una señalización que permitiría acceder a códigos QR y encontrar información sobre diferentes puntos de la capital en los cuales se puede pedir ayuda.
“Lo que va a comenzar a aparecer, en vez de línea roja, va a ser una señalética como muchas ciudades desarrolladas del mundo. En vez de pintar una línea roja en el suelo, lo que vamos a hacer es un sistema de información con una señalética especial. Es un proyecto que ya empezamos a diseñar”, expresó.
Insistió en que será una estrategia más global. “No hay éxito, ni fracaso: usted aprende y mejora”, añadió.
Además de la línea roja, el proyecto Kilómetro Centro incluía líneas de otros colores, como naranja y celeste; no obstante, esas otras etapas de la iniciativa no se llevaron a cabo.
Las obras iniciales fueron desarrolladas por la agencia de Articulación Urbana 24×7, dirigida por Jaime Figueres, quien defendió en redes sociales el trazado ante las múltiples críticas surgidas.
Para el vocero del municipio capitalino, uno de los problemas fue que no hubo suficiente interés por parte de los comercios por donde pasaba la línea roja, a pesar de que la Cámara de Comercio de Costa Rica era uno de los impulsores más importantes del proyecto.
“Inclusive en temas de seguridad fueron convocados a charlas los dueños de los negocios, dueños hoteles y se hacían charlas virtuales, donde de 80 negocios inventariados, participaban dos o tres... Demandan seguridad, demandan limpieza, que no haya basura, pero luego los convocas y hay mucha apatía por parte del comercio”, aseguró González.
Ejecución frenó avance de línea roja
Hasta la fecha, la Cámara de Comercio de Costa Rica espera los resultados que el gobierno local le prometió cuando decidió participar en el proyecto. Esta organización considera que hubo “un claro problema de ejecución y comunicación”.
Según Alonso Elizondo, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Costa Rica, el proyecto de la línea roja no prosperó porque las autoridades municipales “se asustaron” por la reacción inicial que tuvo la población.
“Ahí es donde uno ve que las autoridades se asustan, cuando hay una reacción de la gente que no entendía qué era esto, porque primero ellos no tuvieron una muy buena estrategia de comunicación de lo que se iba a hacer y por qué se iba a hacer. No han trabajado coordinadamente entre ellos; no han sabido comunicar las cosas, explicar el proyecto, hablarlo con la propia comunidad ni con los propios dueños de negocios”, manifiesta.
La inconformidad de la Cámara va más allá de la línea roja, pues Elizondo detalla que en el proyecto escrito “en papel” se establecieron una serie de mejoras (un mejor alumbrado y presencia policial, por ejemplo) para desarrollar en diferentes plazos; sin embargo, nada de eso se ha cumplido.
Pese a que entienden que en el sector público “la velocidad de las cosas no es la misma que en el sector privado”, esperaban que el avance fuera mayor y mejor.
“Creemos que no se le ha dado la prioridad necesaria a un proyecto que luego de un año no ha mostrado los resultados que todos pensábamos que íbamos a tener. Esperábamos una mejora en la cara de la ciudad, al menos del casco central; esperábamos nuevas rutas funcionando, mejor iluminación; esperábamos que el plan se hubiera cumplido o ejecutado en al menos un 60% en el primer año y yo creo que los números no están ni cerca”, comenta.
De hecho, la Cámara ni siquiera se ha reunido recientemente con la Municipalidad de San Jose y espera que este enero puedan encontrarse para replantear los objetivos de la estrategia que “no han funcionado como se planteó en el papel”.
El director de la Cámara de Comercio fue enfático en que participaron en este proyecto pues San José requiere darle “una cara diferente”; o sea, que la ciudad sea más amigable y segura para los visitantes, tanto costarricenses como los extranjeros, en que haya “rutas seguras” que funcionen todos los días y a todas horas.
“Esta era una iniciativa en ese sentido, pero la ejecución fue bastante deficiente. De nuestra parte, vamos a rejuntar fuerzas para ver cómo echamos a andar esto y no vernos expuestos nosotros a participar en algo que fracasa, porque nosotros nunca participamos en nada que fracasa y si no enderezamos esto, parece que no va a llegar a feliz puerto”, detalla.
Eso sí, admitió que en el último año se han dado mejoras en materia de seguridad en el centro de San José, pero no cree que eso se le pueda atribuir al proyecto Kilómetro Centro.
Arquitecto considera que la línea roja se efectuó sin planificación
“Una chambonada”, así es como cataloga al proyecto Andrés Fernández, arquitecto e investigador de la ciudad de San José.
Desde el inicio de las obras, el experto fue crítico de Kilómetro Centro; incluso, advirtió hace un año que la línea roja no iba a funcionar, pues no era un trabajo bien planificado.
“A la vista de los resultados, reitero lo que dije cuando se presentó el proyecto: esta es una cosa mal hecha y quedó a medias, porque no tenía un fundamento histórico ni mucho menos de otros tipos, por ejemplo, sociológico. En este momento es muy probable que más del 70% de la línea no se vea y solo quedan restos”, afirma Fernández.
¿Qué falló? A su juicio, nunca hubo una exposición de motivos claros de por qué se iba a hacer ni un detalle acerca de las características de la iniciativa. “Eso es lo que llamamos los ticos: una chambonada”, asevera el especialista.
No solo no aportó, desde su punto de vista, sino que también dañó el patrimonio existente, en referencia a los daños en la acera que rodea al edificio Maroy.
“Independientemente, si las piedras de andesita son declaradas patrimonio o no, son de valor patrimonial e histórico, entonces ¿cómo las van a pintar? Eso no llega al grado tan terrible de pintar una esfera de piedra, pero hay que restaurarlas igual que una esfera porque, repito, son de valor histórico. La pintura se va a quitar con el caminar de la gente, pero hay partes que van a quedar pintadas de rojo, entonces tenemos aceras históricas con parches rojos sin ningún respeto, ni sentido de nada”, advierte el arquitecto.
Por ahora se desconoce con exactitud cuándo se colocará la nueva señalización, esa que ya no incluye pintura roja que genera un aluvión de reacciones y se despinta en cuestión de meses con la lluvia y el caminar de nacionales y extranjeros.