“A mis 25 años decidí que no quería tener hijos. Analicé lo que me gusta hacer, cómo me veo en un futuro. Viajo mucho, por mi profesión paso ocupada con cosas de terceras personas. Es demandante. La maternidad requiere de una atención que no se puede dar al 100% si uno también se dedica a la profesión, como es mi caso”. Así entramos a la historia de Karine Sánchez Astúa, mujer que fue operada por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para no tener hijos.
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Tras una espera de casi cuatro años, Karine fue operada en un hospital público costarricense para no tener hijos. La abogada había pensado en la idea de la esterilización y luego de averiguar, y persistir, al ser asegurada social, no tuvo que incurrir en ningún gasto extra.
La opción por la que ella optó, llamada salpingectomía, también la han tomado otras costarricenses que decidieron no ser madres. De hecho, conoció a algunas el día que la operaron.

Se solicitaron datos a la Caja Costarricense de Seguro Social sobre las mujeres sin hijos que han pasado por este proceso. Por medio de la oficina de comunicación se suministraron los egresos hospitalarios debidos a salpingectomía, sin embargo, allí aparecen todas las cirugías realizadas entre el 2019 y 2023, sin especificar cuántas se hicieron a muchachas que nunca han sido madres.
“En cuanto al dato, del total de las salpingectomías a mujeres que no tienen hijos, el sistema de información no cuenta con ninguna variable que lo indique”, respondieron desde la institución ante una nueva consulta.
Persistencia
Inicialmente, Sánchez no tenía claridad de si la Caja le brindaría esta atención. El boca a boca decía que no se lo hacían a mujeres menores de 30 años o a aquellas que no tuvieran hijos. Ella se ocupó del tema y profundizó en las posibilidades.
“Empecé a investigar desde los 23 años. No veía posibilidades de que se pudiera hacer en la Caja. Ya tenía un antecedente médico: problemas en la lumbar, de ovarios y demás. Estos podían provocar un problema en un eventual embarazo. A los 25 años tomé la decisión de que en mi proyecto de mi vida no quería hijos”, afirmó la mujer, quien al tener doble nacionalidad valoró la opción de viajar a esterilizarse a Canadá.
Más adelante le explicaremos en qué consiste la salpingectomía y quiénes pueden realizársela mediante la CCSS, entre otros datos relacionados.
En el 2020, cuando tenía 27 años, Karine empezó a enfrentar efectos secundarios derivados de las pastillas anticonceptivas. Entonces, insistió ante la CCSS: expuso que si no había posibilidad de operación para no tener hijos, que entonces, le brindaran otro método de anticoncepción; le ofrecieron un dispositivo intrauterino conocido como T de cobre.
“En una cita de medicina general me la proporcionaron (la T de cobre) y cuando la llevé a la ginecóloga me dijo que no era candidata para este dispositivo. Cuando le dije a la ginecóloga de la Caja que quería empezar el proceso de operarme dijo que me iba a hacer una referencia, pero que quizá no avanzaría por mi edad. Empecé a presionar a nivel de servicio de la Caja para que ellos me ayudaran con la cirugía”, contó.

El inicio del proceso
La referencia que le dio la doctora, en enero del 2020, fue el inicio de un proceso en el que hubo una pandemia de por medio. Lo siguiente era realizarse exámenes de laboratorio y asistir a una charla inicial.
“Cuando por fin se dio la charla, yo esperaba que fuera para conocer más acerca del proceso, pero fue, sobre todo, para explicar que es irreversible y estar seguras de que no queremos tener hijos. No me hablaron de cuidados. Ni de cómo me iba a sentir después. Eso fue en el Ebais de San Francisco de Dos Ríos. No sé si en otros lugares brindarán más información”, afirmó.
Después de los análisis de laboratorio y la charla, le dieron una nueva referencia para remitirla al centro médico en el que realizarían el proceso. En su caso, en el Hospital de las Mujeres Dr. Adolfo Carit. Para este momento ya era agosto (del 2020). Tras entregar el documento, la mujer quedó en lista de espera.
Unos seis meses después, recibió la llamada de una psicóloga que le hizo varias preguntas relacionadas con si tenía hijos, sus razones para elegir no ser madre y si estaba totalmente segura de la decisión, pues en su caso, la operación no es reversible.
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“En esa época estaba soltera y ella insistía en que si luego conocía una pareja y que si quería tener hijos, que qué haría”, recordó Karine. La mujer resalta que sí sintió un poco de “coacción” durante el proceso.
En esa conversación, le dejó claro a la psicóloga que su decisión de no tener hijos era personal y que una pareja no influiría. Sánchez recibió el visto bueno para continuar en el proceso. Pasaron dos años.
En julio del 2023 hubo una nueva llamada del centro médico en la que le preguntaban si continuaba interesada. La respuesta fue afirmativa y también en noviembre, cuando le volvieron a consultar por su deseo.
“Me dijeron que la cirugía sería en marzo del 2024″.

Con la cirugía programada, Karine sintió temor. No por lo que había decidido, sino porque entraría a un quirófano por primera vez.
En diciembre recibió otra llamada en la que le dijeron que tenían un espacio para “pasado mañana”. Lo aceptó.
“Fue demasiado el susto. Uno no sabe cómo va a reaccionar. Vuelven a repetir exámenes de sangre y después se va a una segunda charla un día antes. Ese día descartaron a personas que fumaban. Ellas no sabían que por fumar dejaban de ser candidatas”, detalló.
La abogada considera que su petición fue atendida porque ella persistió, pues reconoce que el proceso es largo. Karine compartió su experiencia en su cuenta de TikTok y allí topó con cientos de comentarios en los que otras chicas le contaban de experiencias similares, mientras que otras se sorprendieron, pues no conocían que la CCSS ofrecía ese servicio.
“Es gratuito y lo incluye el seguro social”, reiteró.
La cirugía y la recuperación
La cirugía y la recuperación representan otra de las grandes interrogantes para las mujeres que quieren realizarse la salpingectomía. Karine las tuvo y por ello, en videos de TikTok le ha contado a otras usuarias cómo fue su experiencia para sacarlas de su desconocimiento. Ella profundizó con Revista Dominical sobre la intervención ambulatoria.
Cuenta que previamente le dijeron que el procedimiento se realizaría por medio del ombligo. Cuando ya iba para la sala le dijeron que sería a nivel pélvico.
“Es la misma herida que hacen como con una cesárea”, precisó.
El 6 de diciembre, día de su cirugía, ella fue citada a las 2 p. m. En la misma fecha operarían a siete mujeres, ella era la última.
“Las enfermeras me dijeron que antes de la anestesia tenía la oportunidad de arrepentirme. Yo estaba muy segura. Como yo era la última iba viendo el proceso de cuando las otras chicas ingresan, salen y se recuperan. Una podría asustarse. La primera paciente salió adolorida y llorando”, detalló Karine, quien en todo tiempo se mantuvo firme en su decisión.
Llegó su turno. A eso de las 7 p. m., la pasaron al quirófano. El procedimiento tardó unos 25 minutos. A las 8:30 p. m. se despertó de la anestesia y poco después tuvo la salida. Su cirugía es definitiva. A ella “le cortaron, quemaron y amarraron las trompas de falopio”, confió Sánchez.
Con relación al dolor, Karine comenta que se siente como “fuego”. Dice que compró medicación para sobrellevarlo.
“La evolución de la cirugía fue buena. Hay días donde se pasa por incertidumbre. No explican cómo son los días posteriores. Me ayudó conocer personas que pasaron por cesárea, me iban explicando cosas normales, qué hacer y qué no. La primera semana fue cuando necesité asistencia, porque la inflamación es tanta que una no se puede levantar, ni sentar sola, si se hace mucha fuerza se puede formar una hernia”.
Tras la operación, Karine recibió una incapacidad de dos semanas. Cuenta que su vida diaria continuó bien, solamente procuró no hacer demasiada fuerza al ser consciente de que la herida tarda hasta seis meses en sanar internamente.
“Yo me siento muy bien. Tengo cuatro meses de operada y continúo mi vida con normalidad. La herida es cada vez más pequeña. Fue una buena experiencia, recibí buen trato y la recuperación es rápida”.
A la fecha, Karine está convencida de que todo el proceso “vale la pena”.
“Tengo cuatro meses sin darle anticonceptivos a mi cuerpo”, celebró.

Una decisión personal en la que no faltan las opiniones
Si bien la decisión de Karine Sánchez es totalmente personal, haber elegido operarse para no ser madre ha sido todo un tema de discusión.
Cuenta que hay quienes se sienten en “posición de opinar”. En el caso de su familia, contó con el apoyo de su mamá y hermanos pero otros parientes no estaban contentos con su elección.
“Ahora que tengo pareja, él me ha apoyado al 100% porque siempre supo que la decisión es mía. Para él ha sido difícil, en cuanto a la presión que existe alrededor de que no seamos papás”.
Karine comenta que hay mucha controversia alrededor porque socialmente “está muy arraigado” que las mujeres se conviertan en madres.
“Hay personas que relacionan el no querer hijos con no gustarle los niños y se equivocan, a mí me encantan los niños, soy una tía apasionada, pero tengo mis convicciones con respecto a la maternidad que no son negociables”.
La abogada continuó: “Mi mamá siempre ha sido una madre presente, vivo orgullosa de ella, hizo lo mejor que pudo con las herramientas que tuvo a su alcance; para sacar adelante a sus tres hijos tuvo que sacrificar tiempo en familia para trabajar mucho. Ella me ha apoyado en mi decisión desde el primer momento y eso me ayudó muchísimo en mi proceso, aseveró.
Sánchez es contundente cuando la han cuestionado por su decisión. “Amo tanto a mis hijos que decidí no traerlos a este mundo. Les explico a las personas las razones sociales, económicas, a nivel del mundo, cosas que veo en mi trabajo que no son bonitas de ver, que influyeron en mi decisión (...)”, agregó.
En este momento, Karine dice que su decisión no repercutió emocionalmente. Asegura que no tiene tristeza ni arrepentimiento.
“Para las mujeres que están decididas, creo que lo mejor es empezar el proceso. Quienes hemos planificado años, vemos repercusiones. Pienso que la mejor decisión es dar este paso para así no arriesgarnos a una maternidad no deseada. Por no saber que esta posibilidad está abierta, se dan embarazos no deseados”
— Karine Sánchez
El servicio de la CCSS para esterilizarse
Luego de conocer la historia de Karine Sánchez Astúa, consultamos a la Caja Costarricense de Seguro Social sobre quiénes pueden realizarse este procedimiento y desde hace cuánto, entre otras preguntas.
Toda la información fue facilitada por la doctora Ileana Quirós del Área de Atención Integral a las Personas, de la CCSS.
-¿Cuáles mujeres pueden realizarse este procedimiento en Costa Rica?
De acuerdo con el Decreto Ejecutivo N° 27913-S de 1999, cualquier mujer mayor de 18 años que solicite y consienta libremente el procedimiento.
-¿Desde hace cuánto tiempo la CCSS brinda este procedimiento a mujeres que nunca han dado a luz y que, de igual manera, deciden no tener hijos?
Desde la vigencia del decreto mencionado, desde 1999.
-¿En qué se basa la decisión de la CCSS de ofrecer este procedimiento a las mujeres que deciden no tener hijos?
En lo fundamentado en el decreto mencionado, como Institución del Estado:
Primero, que es función del Estado velar por la salud de la población. Segundo, que la salud de la población es un producto social y como tal se construye a partir de las condiciones de vida particulares de las y los individuos, grupos sociales y comunidades. Tercero, que estas concepciones de salud se sustentan en las concepciones de Derechos Humanos políticos, sociales y ambientales y en el desarrollo de la ética en la atención de la salud.
La doctora continuó: Cuarto, que nuestro sistema democrático se basa en la libertad individual y en el respeto a los Derechos Humanos y que una sociedad democrática solo puede crecer y desarrollarse si cada una de las y los individuos tienen esa posibilidad en todos los campos de su vida. Quinto, que es responsabilidad indelegable del Estado costarricense velar por la protección de los derechos a la salud sexual y reproductiva de la población, así como respetar y cumplir los compromisos internacionales asumidos en esa materia, que reconocen el derecho de todas las personas a controlar todos los aspectos de su salud y, en particular, su propia capacidad reproductiva.
-Antes de que llegue el día del procedimiento, entiendo que las usuarias reciben varias llamadas en las que les preguntan si están seguras de esta decisión. ¿Por qué hacen esto y cuál es el proceso que ellas deben seguir?
No son llamadas, son consultas, espacios con la usuaria interesada. Cuando una mujer tiene interés o solicita el procedimiento, se realiza lo que se llama la consejería. Esta es una intervención que consiste en un espacio donde existe un intercambio de información relacionada con el procedimiento, que le permite a las mujeres tomar una decisión libre e informada sobre la esterilización.
“En esta se le explican varios aspectos como que el procedimiento quirúrgico es permanente, la disponibilidad y las características de otros métodos, los motivos de la elección de la usuaria, detalles del procedimiento, la posibilidad de éxito y la firma de un formulario de consentimiento informado.
“La información debe proveérsele de forma clara y sencilla, se aclaran dudas y se da el espacio para lo que requiera cada mujer. No necesariamente este proceso se implementa en una sola visita. Se explica, además, que puede retractarse en cualquier momento.

-¿Qué es una salpingectomía?
La doctora Ileana Quirós del Área de Atención Integral a las Personas, de la CCSS, explicó en qué consiste este proceso.
“La salpingectomía es un método anticonceptivo quirúrgico permanente indicado para mujeres en edad fértil con vida sexual activa, nulíparas o multíparas que deseen un método permanente o definitivo de anticoncepción embarazada y que no existen afecciones médicas que limiten el momento, el lugar o el modo en que debe realizarse la esterilización”.
-¿En qué consiste?
“Consiste en una intervención quirúrgica donde se identifican las trompas de Falopio, las cuales se cortan y se ligan para impedir el paso del óvulo al útero y que se encuentre con los espermatozoides, evitando así el embarazo.
“Es uno de los métodos anticonceptivos más efectivos (aunque conlleva un riesgo pequeño de falla) y durante el primer año después del procedimiento de esterilización, se registra menos de 1 embarazo por cada 100 mujeres. En general, la tasa de falla a 10 años de la realización de la anticoncepción permanente femenina es del 1 % al 2%.