Luego de varios arrestos y ser por casi 18 años el principal sospechoso de la desaparición de la estadounidense Natalee Holloway, el holandés Joran van der Sloot confesó haber asesinado a la joven estudiante. Se trata de una historia que combina a un sospechoso que negó un asesinato que sí cometió, a una familia que se negó a quedarse sin saber qué pasó con la estudiante, con un nuevo asesinato, extorsión y fraude.
Los hechos se remontan al 2005, cuando Natalee, originaria de Alabama (EE. UU.) se encontraba en el paseo de graduación de la secundaria junto a sus compañeros en Aruba.
“Se acabó. Joran van der Sloot ya no es el sospechoso del asesinato de mi hija. Él es el asesino”, dijo Beth Holloway, madre de la joven, en declaraciones reproducidas por CNN.
Según la madre de la joven, el hombre de 36 años reveló los detalles como parte de un acuerdo de culpabilidad. De acuerdo con People, el hombre, quien en aquel entonces tenía 17 años, le hizo “insinuaciones sexuales” a Natalee luego de abandonar un bar en Aruba, en el que ambos se encontraban; sin embargo, ella lo rechazó.
El hecho molestó tanto a Van der Sloot que le rompió la cabeza a la joven de 18 años “con un bloque de cemento”, le dijo en exclusiva a People el abogado de Holloway, John Q. Kelly.
Afuera de los tribunales, Beth Holloway continuó el relato ante los periodistas presentes en el lugar: “Dijo que después de matarla en la playa de Aruba, arrojó el cuerpo al agua y esa fue la última vez que la vio”.
“Me siento satisfecha de saber que él lo hizo, que lo hizo solo y que se deshizo de ella solo”, añadió Beth, quien de acuerdo con CBS añadió que la confesión fue comprobada con una prueba de polígrafo.
Una pesadilla
La madre de la joven asesinada en el 2005 aseguró ante los medios que esta confesión pone fin a una pesadilla en la que ha vivido la familia desde hace 18 años, debido a que nunca encontraron el cuerpo de Natalee.
De hecho, cinco años después de su desaparición, en el 2012, un juez de Alabama firmó una orden para que se declarara oficialmente su deceso, aunque aún no tenían pistas de dónde podía estar su cuerpo.
El caso de la desaparición de Natalee se hizo muy mediático no solo en Estados Unidos, sino que también fuera de Norteamérica. A la joven la buscaron soldados holandeses, la Fuerza Aérea de Holanda, agentes especiales del FBI e incluso buzos tácticos.
Por este caso, Joran van der Sloot fue puesto bajo arresto en varias ocasiones como el principal sospechoso del asesinato; no obstante, siempre lograba quedar en libertad por falta de pruebas.
La primera vez fue en el 2005, cuando las autoridades también detuvieron a los hermanos Deepak y Satish Kalpoe, como los otros sospechosos de la muerte de la joven.
Dos años más tarde, en el 2007, los tres sospechosos volvieron a ser arrestados y acusados por las autoridades de Aruba, por supuestamente participar en el homicidio voluntario de la joven. Sin embargo, semanas más tarde fueron liberados porque no se pudo comprobar con pruebas certeras que los hombres tuvieran algo que ver con el delito.
El medio Infobae detalla que el padre de Joran, Paulus van der Sloot, un abogado holandés con mucho dinero, intervino para que su hijo saliera ileso de las acusaciones.
Sin embargo, en el 2010, Van der Sloot nuevamente pasó a ser el principal sospechoso del crimen, cuando contactó a la familia de la joven con la intención de venderle información sobre la ubicación de los restos de ella, pues sabía que la madre de la muchacha había viajado en varias ocasiones a Aruba para buscar información sobre su hija.
Según relata People, que obtuvo una copia de la acusación de ese año, “el 10 de mayo del 2010, Beth le había pagado a Van der Sloot unos $25.000 ($10.000 en efectivo y otros $15.000 transferidos a su cuenta) a cambio de la ‘ubicación específica’ de los restos de Natalee y los ‘detalles específicos sobre la forma de su muerte, cómo fue su muerte’”.
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Posteriormente, Van der Sloot recibiría $225.000 de parte de la familia de la joven si se confirmaba que los restos eran de la joven. Para ello, el abogado de los Holloway, John Q. Kelly viajó a Aruba y, luego de recibir la primera parte del dinero, envió un correo inicial que indicaba que la información que había proporcionado “no tenía ninguna validez”.
Kelly corrió a informar a la Policía de lo que había pasado. Cuando fue acusado de cometer los delitos de extorsión y fraude electrónico, en junio del 2010, Van der Sloot había abandonado Aruba y se había instalado en Perú.
Nuevo asesinato
Tan solo semanas después de su huida a territorio suramericano, un nuevo crimen llevó a que Van der Sloot fuera acusado de asesinato, pero en territorio peruano. En esa ocasión, su víctima fue Stephany Flores Ramírez, de 21 años, quien fue hallada muerta en la habitación de un hotel en Lima.
El holandés confesó haber cometido ese crimen. Al parecer, Flores leyó un mensaje en el que amenazaban a Van der Sloot por estar implicado en el asesinato de Natalee, por lo que la joven se asustó.
“Estaba en la cama cuando le di un fuerte golpe con el codo derecho y creo que su cabeza se fue hacia atrás y se golpeó contra la pared, entonces empieza a sangrar. Inmediatamente, me subo encima de ella y con ambas manos la empiezo a estrangular, manteniéndola así por un minuto. Después de eso, la tiro al suelo, pero ella sigue respirando. En ese momento me quito la camisa y se la pongo en la cara, presionándola. No recuerdo por cuánto tiempo, pero ella deja de respirar. De esta manera creo que causé su muerte”, contó Van der Sloot a las autoridades cuando fue detenido, según informó el medio ABC con base en una información de Associated Press.
Luego de asesinar a la joven, el holandés huyó a Chile, donde fue detenido y extraditado para ser juzgado. En este caso, no había dudas de que él la mató: a Stephany la encontró una mucama del hotel, quien se preguntó por qué nadie contestaba cuando tocaba a la puerta, a pesar de que escuchaba el televisor encendido.
La habitación estaba a nombre de Van der Sloot, quien ya se había ido y había dejado el cuerpo allí, por lo que las autoridades no tuvieron dudas de quién cometió el crimen. El hombre fue sentenciado a 28 años de prisión.
Cuando Beth Holoway se enteró de lo ocurrido en Perú, viajó allí para tratar de averiguar qué había pasado con su hija, pero el holandés no quiso hablar con ella.
Según People, a pesar de haber confesado que fue él quien asesinó a Natalee, en Aruba la prescripción de un asesinato es de 12 años, por lo que Van der Sloot no podrá ser acusado por ese delito.
Sin embargo, el hombre ahora deberá cumplir 20 años de prisión por delitos financieros, pues este 18 de octubre también se declaró culpable de un cargo de extorsión y otro de fraude electrónico.
Van der Sloot fue extraditado a Estados Unidos en junio, precisamente para que se enfrentara a este juicio.
Ahora debe terminar su condena de 28 años en Perú, para luego trasladarse a una cárcel estadounidense y cumplir 20 años de condena. Además, deberá pagarle $250.100 a Beth Holloway.