Solo 115 personas, incluyendo a los actores principales: jugadores, cuerpo técnico y cuarteto arbitral, hubo en el estadio Fello Meza de Cartago. A las 8:00 p.m. del pasados martes, los brumosos recibieron a la Liga Deportiva Alajuelense, 65 días después de haberse suspendido el campeonato nacional de la primera división, en medio de la pandemia por la enfermedad covid-19.
En tiempos recién pasados, más de 10 mil aficionados habrían llenado de alegría las gradas con su bullicio de apoyo o reproche. Esta vez, en cambio, en medio del silencio reinante solo se podían escuchar las voces de los jugadores en la gramilla y de sus compañeros de reemplazo desde las gradas.
Paradójicamente, hubo mucha atención en el desarrollo el encuentro, sobre todo por la logística de su organización. Había mucha expectación, no solo en Costa Rica sino incluso en otros continentes, porque nos convertimos en el primer país de América que reanudó el campeonato.
Y el protocolo sanitario, efectivamente, fue puesto a prueba. Las mascarillas, caretas, guantes y desinfectantes asumieron su anunciado protagonismo. Solo jugadores en la cancha y árbitros, durante el desarrollo del partido, prescindieron de ellos, aunque antes y después del juego debieron usarlos igual que los demás.
Desde el autobús que los trasladó hasta la Vieja Metrópoli los rojinegros usaron mascarilla. Lo mismo hicieron los árbitros en su microbús y nadie se movió dentro del reducto sin esos implementos.
Los aficionados acataron las disposiciones y solo alguno que otro pasaba en carro gritando alguna frase de apoyo para sus jugadores o de reproche para los rivales.
Al final, los locales cargaron con la derrota y los visitantes celebraron con la recomendada distancia física los dos goles del triunfo. Pero, en general, el triunfo fue para todos porque se cumplió con el protocolo y se le demostró al mundo que con educación y buena actitud se pueden lograr grandes cosas.
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l Club Sport Cartaginés recibió a la Liga Deportiva Alajuelense, en partido de la jornada 16 de la Copa Promérica, Clausura 2020. Ambos equipos se enfrentaron a puerta cerrada, luego de dos meses sin partidos por la amenaza del nuevo coronavirus y cumpliendo estricto protocolo sanitario. Desde algunos pequeños boquetes, en el portón de accesso en la esquina noreste, se pudo apreciar parte del ambiente dentro de la cancha y alrededores. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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Desde las 6:00 p. m. se empezó a ver algún movimiento alrededor del estadio, pero los actores principales debían presentarse una hora antes del encuentro. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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Ronaldo Araya (19), Jameson Scott (centro) y Marcel Hernández fueron suplentes del Cartaginés y por eso debieron usar mascarilla en todo momento.Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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Hernán Guillén, conductor del autobús que trasladó a Alajuelense, desinfectó todos los espacios internos del vehículo apenas el equipo ingresó al estadio. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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Desde la calle se podía apreciar el triste panorama de las gradas vacías. Allá al fondo habría estado ubicada La Doce, barra organizada del cuadro manudo. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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Llegada la hora, el equipo casa espera la señal para desfilar a la cancha desde el sector norte. Esta vez no usaron su camerino oficial, ubicado debajo de gradería de sombra este.Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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Ahora los juntabolas son muchachos mayores de 18 años. Deben usar mascarillas, guantes y cargar recipiente con desinfectante y un paño para aplicarlo a los balones reiteradamente. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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En la gradería de sombra este se ubicaron los jugadores suplentes del equipo casa, así como los pocos miembros de prensa con derechos de transmisión. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
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Este aficionado fue de los pocos que se arrimó, durante unos minutos, para ver en vivo y a todo color algo de lo que ocurría dentro del terreno de juego. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)