Asistir a un mundial sub 17, consolidarse con el paso de los años y luego llegar a una copa de nivel mayor es una misión titánica para los ticos, o al menos así lo refleja la historia.
Costa Rica disputará a partir del próximo 19 de octubre su novena cita infantil, cuando asista a Chile 2015, y desde ahí los futbolistas dirigidos por Marcelo Popeye Herrera iniciarán un reto para revertir la regla.
En los ocho mundiales anteriores de esta categoría, fueron llamados 154 jugadores, de los cuales solo 14 pueden decir que escalaron hasta la máxima competencia. Es decir, apenas el 9% de los futbolistas.
Los únicos que fueron capaces de superar esa meta son Hernán Medford, Carlos Castro, Pablo Chinchilla, Gabriel Badilla, Randall Azofeifa, Christian Bolaños y Roy Miller.
También resistieron el proceso Daniel Cambronero, Keylor Navas, Dave Myrie, Celso Borges, Marco Ureña, Yeltsin Tejeda y Joel Campbell.
Para Gerardo Puro Ureña, quien dirigió dos selecciones sub 17 mundialistas, esta es una tendencia que también sucede en otros países.
“Se da en Alemania, España, Brasil... Normalmente los jugadores que van a U-17 no llegan a un mundial mayor. Es difícil, créame que uno trabaja todos los conceptos y les da el conocimiento táctico del juego, pero ahí (nivel mayor) es mucha competencia. Hay jugadores que tienen un talento enorme pero no lo desarrollan y se quedan estancados por falta de actitud”, explicó.
Por su parte, el técnico Rónald González se mostró sorprendido por el bajo porcentaje, pero lo relaciona con lo lejos que están los jugadores del profesionalismo a esa edad, por lo que corren un gran riesgo de perderse en las siguientes etapas.
“El dato me parece extraño porque es una de las categorías potenciales en FIFA con respecto a la proyección de jugadores, pero no significa que todos lo logren, algunos llegan cuando hay un seguimiento en el proceso", dijo.
Los 23 jugadores de la actual selección sub-17 se ilusionan con mantener un buen nivel durante su carrera, para más adelante defender los colores del país en una Tricolor mayor.
“Creo que eso cuesta demasiado, porque pasan viendo jugadores de todo el país. Hay que esforzarse y darlo todo, ya que si en algún momento uno baja los brazos lo pueden sacar”, afirmó el arquero Alejandro Barrientos.
La regularidad es al final la que puede marcar el camino, afirma el timonel Marcelo Herrera.
“Depende de la constancia, es la única manera; si dejo de trabajar un solo día, de seguro no voy a llegar al lugar que quiero”.