Palmares, Alajuela. Como si fuera una pecera inversa, mientras Yasser Reyes corría y respiraba para llegar a la meta de primero, lo observaban cientos de personas que bebían del líquido color amarillento que por estos días inunda las calles palmareñas.
El ambiente que se vive en esta ciudad alajuelense es de fiesta, de música y comida, pero por 19 años consecutivos el atletismo ha encontrado un pequeño oasis en la semana en que los ojos del país se turnan hacia las fiestas de ese pueblo.
La Clásica Palmarín se caracteriza por sus columpios y cuestas interminables que la convierten en una de las carreras más duras, aún para los atletas de élite.
“Esta carrera es larga y dura, yo creo que junto a la Carrera Sol y Arena son las más complicadas en Costa Rica”, manifestó la ganadora en femenino, Cristina Marín, quien venció por sétima vez y lo hizo con gran facilidad.
Pese a esa dureza, Yasser Reyes fue constante durante todo el recorrido y superó a un equipo de Coopenae que tenía varios corredores en la punta pero nunca pudieron alcanzar al joven de apenas 23 años, cuya camiseta está limpia, ningún patrocinador se ha fijado en él.
Al inicio de carrera, Reyes se mantuvo en un paquete junto a estos corredores. Pero fue en el kilómetro seis cuando decidió que él no había ido a Palmares a hacer amigos y en la cuesta más abrupta decidió sacar una significativa ventaja que le alcanzó los 7,5 kilómetros restantes de carrera.
“Decidí atacar en esa cuesta, sabía que si ellos se quedaban allí no me iban a poder alcanzar y esa es la estrategia que he estado usando”, manifestó Reyes, quien el año pasado había terminado tercero.
Apenas se escapó empezó a recibir el apoyo de las personas que salían de casas y bares con cervezas en las manos. La fiesta apenas arrancaba en este pueblo.
Coopenae lo intentó, Roy Vargas y Javier Fernández dieron todo, pero se tuvieron que conformar con un segundo y tercer lugar.
Vargas dijo que apenas viene recuperando su ritmo para iniciar este año, por lo que llegar detrás de Reyes es un gran mérito.
“Yo no estoy con ritmo y por eso vine a esta carrera que es más dura que la Bansol –que se disputará hoy– y para prepararme para la Candelaria (9 de febrero)”, expresó el veterano corredor.
Precisamente la carrera Bansol fue la que provocó que llegaron muy pocos de los mejores atletas en Costa Rica, ya que esta no es tan fuerte como la de Palmares. Esa ausencia no pesó tanto en el ritmo de la prueba, que se mantuvo alto.
Reyes llegó con un tiempo de 45 minutos y 53 segundos y Vargas llegó apenas 10 segundos después.
Otro factor positivo fue la gran inscripción que alcanzó los 1.500 corredores, pese a que competía por el fin de semana con Bansol, la Saprissa y la Carrera Ecológica de Dota, que es a campo traviesa.
Lo único que quedó debiendo fue la organización, que no hizo un buen manejo de la salida y del tráfico durante la carrera.