Los Ángeles (AFP). Los Golden State Warriors se hicieron fuertes esta noche en su casa y derrotaron 126-85 a los Houston Rockets, poniendo 2-1 la final de la Conferencia Oeste de la NBA.
Los Golden State Warriors se hicieron fuertes ayer en su casa y derrotaron 126-85 a los Houston Rockets, poniendo 2-1 la final de la Conferencia Oeste de la NBA.
Los vigentes campeones, que ganaron el primer juego en Houston pero fueron superados de principio a fin en el segundo, se apoyaron en Stephen Curry, Kevin Durant y su sólida defensa para ponerse de nuevo por delante en la serie.
Y eso que los Rockets, el mejor equipo de la liga en temporada regular, avisaron al comienzo de que iban con todo por el triunfo, con un parcial inicial de 8-4 que obligó a Steve Kerr a pedir tiempo muerto.
Pero, tras algunos ajustes, apareció el equipo imbatible de la temporada pasada, el de las mejores noches de los últimos años: insuperables atrás y letales en ataque.
Del 4-8, los locales firmaron un parcial de 9-0 y recuperaron la delantera, imponiendo un ritmo de juego endiablado, cortando líneas de pase y, ante el mal arranque exterior de los suyos, machacando la pintura una y otra vez.
Solo Harden, en acciones aisladas, ponía en dificultades a los de Oakland, que maniataron a Chris Paul. El base de los texanos se sentó tras cinco minutos sin haber visto el aro y anotó su primer punto, desde el tiro libre, a falta de tres minutos para el descanso.
Paul, en la primera final de conferencia de su carrera, es una pieza fundamental para los suyos, que lo necesitan en su mejor versión para poder aspirar a destronar al campeón.
Los Warriors no resintieron el mal inicio de Curry, lanzados por un brillante Durant, el factor diferencial de Golden State durante todos los playoffs.
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El exde los Thunder vio cómo le lanzaban diferentes defensores durante toda la contienda y los superó a todos ellos por tamaño y talento puro.
Los Rockets, con Paul desaparecido y Harden demasiado solo, no encontraban vías de anotación y, cuando aparecían, fallaban sorprendentemente.
El paso por los vestuarios despertó a Curry y, encendido, sentenció a los visitantes. El MVP en 2015 y 2016 pasó de un 3/11 a un 10/18 gracias a siete canastas consecutivas para ponerse con 27 puntos tras el tercer periodo.
La magia estaba de vuelta al Oracle Arena, que celebró cada canasta de su jugador como si del título se tratara. Con esta exhibición y gracias a un parcial inicial de 10-0, los locales estiraron su renta a 28 puntos, que acabó resultando definitiva.
El cuarto partido se jugará el martes en Oakland.