El negocio de la Selección Femenina de Costa Rica anoche en Washington fue redondo y se cerró con un golazo de chilena de Carolina Venegas que emocionó a todos.
Y la celebración fue lo mejor. La autora del gol buscó a quien la asistió, Katherine Alvarado, en su tercer pase-gol del día, y luego todas buscaron a sus colegas en la banca y se abrazaron efusivamente.
El 6-1 frente a la inocente Martinica mostró eso, un juego de equipo con mucha unión, que se ve reflejado dentro y fuera de la cancha.
La Tricolor amarró así un triunfo que la ratificó en el liderato del grupo B en el Premundial de la Concacaf y que ayer tuvo de escenario el vacío estadio Robert F. Kennedy.
“Somos una familia y nos conocemos de hace montones. No hay titulares ni banca, pues esto lo sacamos entre todas. Si no estamos unidas, no va a suceder. Es la mentalidad y cultura que hay en este equipo”, describió Raquel Rodríguez Cedeño, autora de dos conquistas.
El objetivo mundialista está cerca, luego de que ligó por primera vez tres victorias en fila en una primera fase de grupos, y ahora solo piensa en su siguiente paso, que es vencer el viernes a Trinidad y Tobago, en la semifinal en Chester, Pensilvania, para hacerlo verdad.
La despedida de la capital estadounidense se facilitó con una clarísima posesión de balón de 62% sobre 38% del cuarto lugar del Caribe y el equipo más goleado del torneo.
Gol tras gol. El técnico de la Femenina, Carlos Avedissián, hizo siete variantes con respecto al juego anterior, con el ánimo de darle reposo a las titulares y utilizar a quienes habían acumulado menos minutos o no habían participado del todo.
El experimento resultó pues las relevos le tomaron seriedad al compromiso, en especial la más joven, Gloriana Villalobos, quien a los 15 años hizo un despliegue meritorio de talento, clase y visión de juego para acompañar cada jugada.
La entrega en el campo se notó y ya a los 7 minutos se abrió la cuenta con un frentazo certero de la experimentada Fabiola Sánchez.
El duelo se jugó bajo una lluvia pertinaz y un frío congelador, pero eso no le quitó ritmo a las ticas, que ampliaron con la gran definición de Venegas al 25’ y el derechazo de Acosta al 32’. La Sele era más y el rival muy débil y sin argumentos.
Sin embargo, Martinica complicó en la complementaria, cuando presionó más la salida y descontó con el cabezazo tenue de Prisca Carin que sorprendió mal parada a la portera Yirlania Chila Arroyo.
Se vino la variante de Raquel Rodríguez y todo cambió para bien. En los últimos 10 minutos llegaron tres goles más, dos de Raquel y la gran chilena de Venegas. Un negocio redondo de la Femenina, que selló el partido con una clase de buen fútbol.