Estar al volante es una de las grandes pasiones del empresario y piloto Carlos Rodríguez, por lo que no sorprende que decidiera participar al anunciarse el regreso de Las Tres Horas de Costa Rica, una de las competencias más icónicas de la región.
En el pasado fue dueño del Autódromo La Guácima y organizador de esa competencia automovilística, donde compitieron los mejores conductores de las décadas de los 70, 80 y hasta el presente siglo. Por lo tanto, era de esperar que se enfundara nuevamente su uniforme y sacara su Corvette amarillo del “retiro” para competir el próximo 17 de diciembre en el Circuito Go Rigo Go del Parque Viva.
Sin embargo, para el veterano piloto, las circunstancias han cambiado y ahora disfruta del automovilismo como una forma de mantenerse activo, superar sus problemas de salud y hasta un divorcio mediático con la exMiss Costa Rica, Elena Correa.
Junto a su nieto David Pescod, Carlos Rodríguez espera poner a punto su Corvette, que según sus palabras, está “obsoleto”, pero que por el momento es su vía de escape de los problemas que lo han aquejado. A pesar de las adversidades, no se deja vencer y encuentra en los autos y las carreras una terapia para mantenerse positivo y enfocado en seguir luchando.
“Los últimos tres años han sido muy duros. Tuve un problema de salud, gracias a Dios ya lo superé. Gracias a Dios estoy perfecto. También enfrenté los problemas personales que ya todo el mundo conoce. Las carreras y los autos no solo me sirven de terapia, sino también para distraerme”, manifestó Rodríguez.
Carlos Rodríguez tuvo que ser intervenido por un problema en una cuerda vocal y recibió un tratamiento láser en el extranjero, lo cual le causó gran preocupación sobre cómo reaccionaría su organismo.
“El carro es como una terapia para mí. Eso me obligó a hacer mucho ejercicio, cuidarme en todo. Trato de alimentarme bien y prepararme físicamente. Moralmente me está ayudando mucho porque es como una ilusión que tengo y me ayuda a enfrentar los desafíos diarios de la vida”, agregó Rodríguez.
Para este piloto acostumbrado a correr su Corvette a velocidades superiores a los 280 kilómetros por hora en diversas pistas de la región, donde no puede dudar ni sentir temor, su situación de salud fue el incentivo para volver a competir y sentir la adrenalina una vez más.
“El automovilismo es como una droga para mí. Los autos los llevo por dentro, es algo que me motiva, me excita, me llena de energía y en este momento me cae muy bien. En este momento es una gran ayuda en la parte emocional. Siempre he creído que el ser humano debe levantarse por la mañana con la ilusión de cumplir sus sueños. No dejar de soñar”, declaró Rodríguez.
“Soy realista, no se puede soñar despierto. Por las circunstancias de mi vida, siempre me gustó luchar, el esfuerzo, el riesgo y creo que uno siempre debe arriesgar para llegar a donde uno quiere, para cumplir sus metas en la vida”, reiteró.
“Otra de las situaciones que llevó a Carlos Rodríguez a regresar a los circuitos fue su mediático divorcio con la exMiss Costa Rica, Elena Correa. Este proceso fue tenso en algunos momentos y él espera que pueda concluir de la mejor manera.
“Ahora no hay una relación cordial como yo quisiera, pero estamos tratando de ver si podemos llegar a una conciliación que nos convenga a todos. Esa es mi meta y único interés”, señaló Rodríguez.
El regresar al juzgado no se descarta, aunque su esperanza es poder conciliar con su ahora expareja y pasar las fiestas de fin de año, sin los problemas que enfrentó en los últimos meses.
“Es posible que tengamos que volver a los juzgados. Dependerá... pero ojalá que no. Le pido a Dios tener una Feliz Navidad y un Año Nuevo tranquilo. Mi ilusión es que eso llegue a suceder...”, comentó Rodríguez.
Carlos Rodríguez regresa 12 años después
Al ser uno de los precursores de Las Tres Horas de Costa Rica, que se corrió por primera vez en 1975, Carlos Rodríguez, de 75 años, tiene muy claro cuál es el significado para el automovilismo tico.
“Es muy interesante. Es una carrera histórica que introdujo al automovilismo un segmento social. Muchas veces la gente venía a las carreras y no entendía mucho del tema porque era un evento social donde la gente venía a compartir”, destacó Rodríguez.
“Cuando yo organizaba Las Tres Horas de Costa Rica, las programaba en diciembre porque todo el mundo estaba contento, tenía su aguinaldo, su platita, venían los tamales, las fiestas y todo el mundo estaba contento. Era una bonita forma de compartir con las familias”, añadió.
Después de competir por última vez en Las Tres Horas de Costa Rica en 2011, con el formato original, Carlos Rodríguez se prepara para un nuevo desafío con un vehículo en el cual deben realizarse una serie de mejoras, y el estar contra el tiempo es su máximo enemigo.
“En este momento, el problema es que este carro es obsoleto comparado con los autos de punta que van a participar en Las Tres Horas de Costa Rica. Estamos tratando de hacer algunas mejoras para poder ser competitivos”, añadió Rodríguez.
“Hemos mandado a hacer un motor, gracias a un amigo que me está ayudando, y esperemos que ese motor esté listo en dos semanas. Ahí vamos a ver si somos competitivos y no hacemos el ridículo, tratando de que el carro brinde un gran espectáculo a todos los aficionados”, aseveró.
Otro de los aspectos que deben mejorar en el Corvette que adquirió en 2006 es su aerodinámica y la caja de cambios, que no es secuencial. El no contar con ella le provoca perder al menos un segundo por vuelta en el circuito, al tener que meter el clutch y el vehículo pierde revoluciones.
“También debemos tener en cuenta una serie de variables. Por ejemplo, el Lamborghini Huracán, con sus adelantos tecnológicos, tiene aire acondicionado y uno de los principales problemas de mi carro es que dentro de la cabina, el calor que se percibe es de aproximadamente 50 grados centígrados. El desgaste físico es muy grande; es un enemigo muy fuerte para un piloto de mi edad. El calor es demasiado sofocante”, afirmó Rodríguez.