El fútbol se guardó las definiciones para la última jornada, en un ejercicio de posibilidades abiertas que aclarará quién queda primero, segundo, tercero y si el cuarto es Herediano, Grecia o Cartaginés.
San Carlos respira tranquilo porque si vence a Carmelita cerrará en la cima, con el plus nada despreciable de jugar el segundo partido de la finalísima en casa y lo que eso representa en su afán de campeón.
Podrían desbancarlo de esa posición Saprissa o Pérez, si los Toros pierden y la combinación de resultados desemboca en un plan desestabilizador que eleve a tibaseños o generaleños, algo que no sorprendería en este torneo gobernado por la irregularidad.
Herediano es el otro equipo al que la victoria lo redimiría de penas porque lo reafirmaría entre los cuatro clasificados e inclusive, en función del resultado y los otros marcadores, podría ocupar cualquier posición entre el primero y el cuarto lugar.
En Cartago, como en muchos pasajes de la historia azul, llegó el momento de bajar a los Santos, en el sentido más puro, porque requiere de batir al más incómodo de sus oponentes en los últimos certámenes y esperar acontecimientos en otros estadios.
Y la baraja de deseos blanquiazules es generosa: tiene que ganar 2-0, esperar que Herediano empate o pierda, y que Grecia no derrote a Saprissa, algo que no sería tan descabellado aunque los de Paté ya están clasificados y no tienen premuras.
Aquí es donde deben dolerle a Martín Arriola los partidos increíbles que dejó escapar, como aquel 0-3 parcial ante la U en el Rosabal, que terminó 4-4, la derrota 4-2 frente a la Liga en el Fello Meza, después de ir 2-0 arriba.
Pero, sobre todo, la increíble derrota en casa contra Guadalupe, aquel domingo en el que Darryl Parker se jugó el peor partido de su vida, cometiendo errores groseros impensados en un portero de paradas antológicas.
Y qué decir de las últimas derrotas, en Limón y San Carlos, en las que pudo amarrar la clasificación, pero los planteos timoratos y la pasividad pasmosa de sus futbolistas desembocaron en merecidas derrotas.
Saque la cuenta, hablamos de 14 puntos que lo tendrían como líder absoluto y sobrado, aspirante al título y epicentro de un fervor nacional porque, como sabemos, ¿a quién no le gustaría ver a Cartaguito campeón?
Pero esto es de resultados, no de merecimientos, y ahí está donde merece, complicado, difícil, de último en los juegos de posibilidades porque a como vino la mano en los últimos años, capaz que Pérez vence a Herediano, Saprissa a Grecia y Cartaginés pierde con Santos.
No extrañaría: ya los guapileños dejaron a los azules dos torneos seguidos por fuera, cuando Jeaustin Campos era el entrenador y con la victoria, los blanquiazules pasaban a segunda ronda. Ay, como duelen esos puntitos que no volverán…